Siria: Enroque en las alturas

Siria: Enroque en las alturas
Fecha de publicación: 
20 Noviembre 2015
0
Imagen principal: 

El escenario no puede ser más curioso. Mientras Estados Unidos promueve la salida del presidente Bashar al-Assad para favorecer a la llamada “oposición democrática”, Rusia defiende su permanencia en el poder, y Francia comparte la posición norteamericana.

Al paradójico contexto de tres potencias que opinan aproximadamente lo mismo respecto al Estado Islámico, y están comprometidas en la lucha contra él mediante bombardeos aéreos, se suma la posición de Bashar al-Assad, que rechaza la intervención tanto de Francia como de Estados Unidos, cuyos bombardeos considera ilegales, mientras agradece la participación de Rusia, a la que saluda como aliado y cuya solidaridad elogia.

En calidad de aliado militar de Bashar al-Assad, era de esperar que Rusia fuera adversaria de Estados Unidos y Francia, cosa que no ocurre, sobre todo después del derribo del Airbus A321, los atentados en Paris, y la amenaza a ciudades norteamericanas, lo que motiva el incremento de la participación rusa y francesa, y reclama la implicación de los Estados Unidos.

Actualmente parece haber conciencia de la necesidad de unir los esfuerzos en una coalición global, que solo puede ser construida a partir del acuerdo entre las tres potencias más comprometidas,  y para cuya eficacia es imprescindible la coordinación con las autoridades del país, que debiera ser reforzada. En realidad, Siria es hoy un territorio intervenido cuyas instituciones están virtualmente paralizadas.

Debido a la situación en Francia, el liderazgo en la formación de una coalición internacional se ha desplazado. Barack Obama parece haber dado paso al costado, y   Vladimir Putin carece de capacidad de convocatoria internacional, mientras que el presidente francés, apremiado por las circunstancias, emprende varias iniciativas, entre ellas viajar a Washington y Moscú, convocar al Consejo de Seguridad, y probablemente llamar a una cumbre antiterrorista.

Lo que en realidad ocurre es que las potencias involucradas, todas con influencias  políticas globales, capacidad para influir en esos ambientes, y potencial militar para aportar, son también las que corren los mayores riesgos. En cualquier balanza, las urgencias derivadas de los peligros planteados por la consolidación, y las capacidades mostradas por el Estado Islámico, pesan más que las diferencias en torno al presidente  Bashar al-Assad.

En este minuto, los presidentes ruso y francés, Vladimir Putin y Françoise Hollande, el primero aplaudido por Bashar al-Asad, y el segundo repudiado, están coordinando sus acciones en Siria, que también rechaza en la forma y no en la esencia cómo Estados Unidos libra sus acciones contra el Estado Islámico.

De hecho se trata de un enroque mediante el cual Obama, Hollande, Putin y al-Assad intercambian posiciones y roles, soslayan diferencias, aplazan decisiones y adelantan acciones al respecto.

Las próximas horas y días serán decisivas para la adopción de acuerdos políticos, en la planificación de acciones militares eficaces y decisivas encaminadas no a contener, sino a liquidar al Estado Islámico. Es ahora. Allá nos vemos.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.