Cuba-papa Francisco: Angustia entre halcones

Su avanzada ha sido Diario las Américas al publicar este lunes un editorial bajo el titulo Las migajas de La Habana.

Opina que el acercamiento anunciado por Estados Unidos, Cuba y el Vaticano no derrite “la helada de las libertades que distingue al régimen de los Castro”.

Agrega que la curiosidad de miles de feligreses por acompañar al papa Francisco en la isla radica en escuchar “algo más que una frase de aliento”.

Luego delata su verdadera intención al enlazar esa idea con lo siguiente:

Cuentan que Karol Wojtyła, antes de ser nombrado papa Juan Pablo II, mantuvo una actitud de cierta avenencia con el Gobierno dictatorial y pro soviético de Varsovia, “mientras trataba de ganar un lugar en la sociedad del país.”

También dicen que conservó cierta distancia del movimiento sindical Solidaridad hasta que fue electo Santo Padre y entonces definió su posición junto al oprimido.

De manera provocadora añade que los cubanos no saben si algún día el cardenal de La Habana, Jaime Ortega, asumirá una posición similar a Wojtyła.

Pero “sí saben que el papa Francisco no arremeterá contra la dictadura en Cuba”, porque la Iglesia Católica quiere expandir su presencia en la isla.

Entretanto, como migajas de bienvenida, tal como sucedió años atrás durante las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el Gobierno cubano proclamó el indulto de 3 522 reclusos.

Sin embargo, prosigue el editorial, no hay un solo preso político en la lista, que excluye a quienes cometieron delitos contra la seguridad del Estado.

Tal apelativo, de acuerdo a Diario las Américas, incluye a quienes “difieren del criterio político instaurado hace 57 años”.

¿Es tal apreciación exacta? No, porque de nuevo trata de confundir una realidad vivida a lo largo de ese período.

Desde Washington y Miami han martillado la idea de que en Cuba existen presos debido a su pensamiento político.

Gente carentes de datos suficientes, ingenuos y mal intencionados la han hecho suya, pero la vida dice algo muy distinto.

Baste un solo ejemplo para triturar esa vieja engañifa: los generosos millones de dólares que desde Washington y Miami han hecho llegar a sus grupos “disidentes” en Cuba.  

El pasado 10 de abril, una publicación con sede en Miami, Progreso Semanal, reveló que, solo desde 1996 las tituladas asignaciones para lograr la democracia en Cuba llegan a unos mil millones de dólares.  

Su periodista Tracy Eaton aclaró que en esa operación subversiva han intervenido, entre otros, el Departamento de Estado, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia (FED).

También la Junta de Gobernadores de Radiodifusión, que supervisa a las ilegales Radio y TV Martí.

Y todo llevado de las riendas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otros aparatos de espionaje.

Desde 2004, afirmó Eaton, la USAID y el Departamento de Estado gastaron casi 90 por ciento del dinero dedicado a Cuba.

 Eso fue un año después que el entonces presidente George W. Bush creara la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre y declarara que estaba listo para “el día feliz cuando el régimen de Castro ya no exista”.

Más de 10 años después, comentó Progreso Semanal, los llamados planes de democracia perduran.

Ahora mismo, subrayó, el  Departamento de Estado tiene previsto invertir 20 millones de dólares en los programas de 2016.

Precisamente cuando en el actual proceso de restauración de lazos diplomáticos bilaterales una de las exigencias de La Habana es que estos finalicen.

Se trata de un comportamiento subversivo a plena luz que en julio de 1996 “legalizó” la Sección 109 de la ley Helms-Burton.

En ese contexto llegará el jefe de la Iglesia Católica a Cuba y Estados Unidos, mientras la angustia sobrevuela a los halcones de aquí y de allá.