Marcia redimió los titulares de Manrique Larduet

Hoy hablaré de gimnasia artística, no solo por el hecho de que mis colegas me lo hayan pedido y porque pese a su bronce en anillas, el santiaguero Manrique Larduet merezca una estrofa; especialmente lo haré por una quinceañera de nombre Marcia Videaux, capaz de redimir y reencontrar la tradición de Cuba con dos saltos promediados en 14.737 puntos (14.575-14.900).

Creo que todavía Marcia no está consciente de su hazaña. Al menos no más allá de la sonrisa, el abrazo de su entrenador, y las miradas filosas de la dominicana Yamilet Peña (14.250) y de la canadiense Ellie Black (14.087), sus escoltas.

De hecho, sus palabras así lo denotan: “Estoy impresionada, es mi primera vez en Juegos Panamericanos, y ganar la medalla de oro significa la mayor satisfacción de mi carrera.

“Este es mi aparato preferido y tenía confianza en lograr un resultado positivo, sobre todo después de competir en la Copa Mundial de Portugal, donde logré el título. De cualquier forma, ahora no me sentí segura del triunfo hasta que vi la puntación de la última competidora”, sentenció al colega Aliet Arzola la granmense, para quien de seguro el título constituirá el mejor regalo de cara a su cumpleaños 16 el próximo día 21.

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Marcia con su rendimiento no solo trajo al presente a Leyanet González, sino que además fue capaz de elevar el orgullo de una escuadra antillana que había prescindido de los servicios de Yesenia Ferrera —causó baja por indisciplina de la armada élite—, y captó las miradas de todos los congregados en el Coliseo de Toronto donde una fecha antes todos, salvo los jueces, habían considerado vencedor en el all around al indómito Larduet.

Tanto él, como su mentor Carlos Gil, como millones de cubanos entre los que me incluyo, nunca olvidaremos las 0.50 décimas dichosas, que se encargaron de escamotearle a Larduet (89.600) entre los ejercicios a manos libres y un cierre de barra fija que mereció mucho más que las 15.150 unidades concedidas por los imparciales.

Incluso el propio estadounidense Samuel Mikulak (89.650), rey de la disciplina, acudió a saludar al diminuto acróbata de ébano, como si su mensaje fuese el siguiente: “mis respetos, la medalla brilla en mi pecho, pero tú la merecías”.

A propósito de lo acaecido este martes Larduet, quien con calificación de 15.450 y ejecución casi impecable espetó: “Todos salieron con rutinas de primer nivel, no en balde son medallistas olímpicos y mundiales. Aquí se esforzaron por enseñarle lo mejor al público. Estoy satisfecho por obtener una medalla junto a ellos y quedar con una nota bastante cercana”.

Sus predecesores resultaron el brasileño Arthur Zanetti, campeón olímpico y mundial en anillas, y el estadounidense Donnel Whittenburg, bronce por equipos del orbe, quienes salieron con notas de partidas por las nubes y desarrollaron sus rutinas a la perfección para totalizar 15.725 y 15.525 unidades, respectivamente.

Un impasse entre mortales y giros, la posibilidad de conciliar sereno el sueño y comenzar de cero este miércoles, en el cual solo existirán un potro de salto, dos barras paralelas y una fija en los músculos, y pensamientos dorados de Manrique Larduet. Sí, dorados, porque la estirpe indómita saldrá de seguro a relucir.

La sirena color miel

Sería injusto no hablar de la sirena de fibra total Yusmary Mengana. Máxime cuando junto con Jorge García se encargó de aupar el cierre de contundencia del canotaje, a razón de tres coronas per cápita.

Globalmente cada embarcación con su presencia contó con un talismán extra. Bajo esas condiciones revolucionaron las Aguas tranquilas de Welland y al compás del son Cuba acuñó seis títulos, dos platas y otros tantos bronces, superiores en el pulso con los  anfitriones (4-4-2).

Mengana sentenció los 200 desde la mitad del segmento (42.946) y prácticamente se echó a remolque en calidad de stroke a su coequipera Yurieni Guerra  para imponerse en el K-2 a 500, avaladas por 1:48.653.

Deseosa de bogar incluso en el K-4, no lo hizo atendiendo a una acertada estrategia, la pinera de 21 abriles Mengana enseñó en este 2015 sus potencialidades en instancias de Copa del Mundo con plata a 500 metros. Ahora fija su mirada en la clasificación olímpica y en un posible rendimiento excelso en el certamen del orbe.

Potencia, explosividad y brazos capaces de herir profundamente el agua en su recorrido, constituyen sus armas de triunfo. Esa fe ilimitada y las ganas de continuar acuñando su promisoria carrera en el piragüismo la convierten en una de las esperanzas olímpicas de cara a Río 2016.

Idalis, en tu judoguis cabe más oro

Nunca se puede esperar de Idalis Ortiz (+78 kg) menos que la victoria, eso sin importar el rival en cuestión. Este martes nuevamente la artemiseña titular olímpica de Londres 2012 puso sentencia dorada al accionar del judo antillano, con otro correctivo para la mexicana Vanesa Zambotti, sempiterna rival a este lado del Atlántico.

Apenas un shido la vio emerger ganadora en esta ocasión, a lo que sentenció: “Todos los combates son complejos, la cuestión es saber manejarlos. No siempre tienes que marcar o lograr una proyección espectacular. El nivel en América ha aumentado muchísimo, y aquí ya vimos a medallistas mundiales y olímpicas, detalle que nos obliga a esforzarnos y sacar lo mejor”.

Cayó el telón de dos disciplinas aportadoras. Otra tercera de casta, como la lucha, inicia este miércoles con los desbalances de sus clásicos en Mississagua.

Veremos si el ritmo dorado se mantiene o se intensifica, más allá de las oportunidades que como lenguado escurridizo se nos escaparon en los tatamis.