Una exposición recorre 50 años de canciones de Serrat
especiales
La primera guitarra de Joan Manuel Serrat, partituras manuscritas y cubiertas de decenas de discos son algunos de los más de 800 objetos que expone desde hoy el Arts Santa Mònica de Barcelona dentro de la muestra "Serrat, 50 años de canciones", que el propio artista ha definido como "muy personal".
"Me siento muy agradecido por todo el afecto que han puesto en su trabajo los organizadores de esta exposición, pero a la vez estoy un poco avergonzado de ver juntas tantas cosas, algunas procedentes de un mundo muy personal", ha señalado hoy el cantante en la rueda de prensa de presentación de la muestra, que se podrá ver en Barcelona durante tres meses y que después viajará a otras ciudades.
El autor de "Mediterráneo" ha recorrido las vitrinas repletas de objetos acompañado por los comisarios de la muestra y su primera reacción ha sido de "ahogo" ante tantos recuerdos, según ha dicho, aunque quizás también ante tanta expectación, ya que una nube de fotógrafos le ha acompañado en todo momento.
"Lo que más me sorprende son las fotografías de hace 50 años -ha reconocido-, pero tengo una relación cariñosa con aquel chico y nos tratamos el uno al otro con generosidad".
Humano y agradable, Serrat se ha mostrado "muy contento de lo que está pasando hoy" y ha aprovechado la ocasión para "agradecer a la gente que se ha interesado últimamente" por su salud, tras cancelar varios conciertos aquejado de una laringitis aguda.
"No sufráis, y ya no hace falta que preguntéis más por mi salud", ha añadido en tono bromista, consciente de que han corrido todo tipo de rumores.
La exposición arranca cronológicamente el 18 de febrero de 1965, año en el que Serrat se dio a conocer, con una actuación en directo en el programa "Radioscope" de Radio Barcelona, donde interpretó sus primeras composiciones, todas en catalán.
"Aunque la historia había empezado un poco antes -según reza en el primer texto de la exposición-, el 27 de diciembre de 1943", día en que nació este vecino del barcelonés barrio del Poble Sec que, casualmente, fue bautizado en el mismo edificio que ahora alberga la sala de exposiciones del Santa Mònica y que en aquella época era una iglesia.
"Yo vine a esta iglesia a bautizarme y luego vine a declararme agnóstico ante el mismo cura. Un hombre muy amable, pero en aquella época había que declararse agnóstico para poder casarte por lo civil", ha recordado.
El siguiente ámbito temático de la exposición es el dedicado al momento en el que decidió empezar a cantar también en castellano y fue seleccionado para participar en el Festival de Eurovisión.
Recortes de periódicos y extractos de entrevistas grabadas permiten entender por qué tomó aquella decisión y qué consecuencias le trajo.
Tras sus declaraciones en 1975 criticando abiertamente los fusilamientos franquistas tuvo que exiliarse a México y allí empezó su estrecha relación con Latinoamérica.
Como entonces, Serrat mantiene vivo su espíritu reivindicativo y hoy lo ha demostrado cuando ha dedicado unas palabras al IVA cultural impuesto por el Gobierno, que ha definido como "algo incomprensible, que ningún ciudadano europeo puede entender".
El compromiso, la poesía, la afición al fútbol, el amor a la naturaleza y a las mujeres, su carrera de actor y su trayectoria como compositor son algunas de las múltiples facetas de Serrat que salen a la luz en esta exposición.
Una muestra que se ha construido a partir de más de 300 discos, 250 fotografías y 40 carteles, según ha aclarado hoy el crítico musical Miquel Jurado, que ha comisariado la muestra junto a Lluís Marrasé y Fermí Puig.
Decenas de canciones de Serrat acompañan la visita a la exposición, que cuenta con una audioguía repleta de música y declaraciones del intérprete.
Además, el escenario, situado en el centro de la sala, estará abierto a todos los que quieran cantar temas de Serrat con un acompañamiento instrumental pregrabado, así como a cantantes profesionales como Andreu Rifé o Maria Coma, que rendirán su propio homenaje al maestro.
En conjunto, una exposición muy completa que, en palabras de Serrat, sólo sería mejor "si en vez de celebrar los 50 años celebráramos los 15".
Añadir nuevo comentario