Adir Ferrán: "Si tuviera miedo, sencillamente no estaría aquí"

Adir Ferrán: "Si tuviera miedo, sencillamente no estaría aquí"
Fecha de publicación: 
9 Septiembre 2014
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Ícaro cayó por vanidad; pero fue la fatalidad la que cortó alas a Adir Ferrán cuando tocaba el sol en su carrera deportiva. Tendidas sobre el home plate del estadio Latinoamericano, tan gravemente heridas como él, parecían quedar las esperanzas de un futuro en el béisbol para el máscara de los Elefantes: así lo creímos todos… Todos, menos él.

Adir Ferrán fue operado por fractura de cráneo en el hospital Calixto García, de La Habana, por batazo de Styler Hernández

Ocurrió el 30 de enero de 2013, durante el segundo choque de la subserie frente a los Industriales al término de la etapa clasificatoria de la 52 Serie Nacional. Transcurría la parte baja del quinto inning, el juego pintaba verde en medio de la marejada azul…, entonces el desordenado swing de Styler Hernández estrelló el bate sobre el lateral derecho del cráneo del receptor sureño: el resto fue conmoción.

Resultó un accidente de peligrosas magnitudes, al límite de fatales, si Adir (en realidad es Adil, con L) no tuviese una cabeza tan dura, como siempre le recuerdan sus allegados. El cemento quirúrgico –en lugar de platino– y una complicada operación le abrieron las puertas a una segunda oportunidad… Lo demás, y en mayor medida, era coraje.

¿Qué dice la familia de este regreso: tu esposa Arianna, tus padres…?

"Al final, están contentos: esto me gusta, ellos lo saben. Me apoyaron muchísimo y el poder incluirme en el equipo de Cienfuegos a la 54 Serie también repercute en ellos de manera positiva".

¿Y cuál fue la reacción de los médicos ante tu decisión, sus recomendaciones?

"Aclararon muy bien los riesgos de un posible golpe y la eventual recaída en otro trauma… Y bueno, estoy dispuesto a correrlos. Por supuesto, acudo a varios tipos de protección para evitar cualquier incidente.

"Ahora juego a la defensa con un casco y me pongo coderas en el turno a la ofensiva, antes no lo hacía muy a menudo. Además, tengo unos espejuelos contra impactos, de los que usan mucho los atletas de pelota vasca… A cada rato entreno con ellos, para adaptarme, pues tampoco es fácil con tantas cosas extras…".

¿Cómo ha sido la preparación para este retorno después de un largo período de rehabilitación, meses sin ejercicios físicos intensos y, de pronto, un cambio radical a dicha rutina?

"En un inicio, hace alrededor de tres meses y algo, empecé a entrenar aquí (en el estadio 5 de Septiembre) de una manera muy leve, buscando el estado físico, primeramente. Desde ese punto de vista me he recuperado bastante, salvo los pendientes de la parte coordinativa dentro del campo.

"Es una habilidad muy necesaria en el béisbol: son milésimas de segundos para fildear un rolling, batear, y trabajamos mucho en eso… Máxime en el cajón de bateo, al cogerle el tiempo al pitcher".

Saliste del terreno en una excelente forma deportiva y será lento el proceso para recuperarla, ¿te presiona esa situación?

"No, para nada. De hecho, soy consciente de que por azar no llegaré a la forma deportiva de antes del golpe… Todo exige una preparación, dedicación, lo sabe quien practica cualquier deporte: solo la constancia te hace mejor. Y resultó un tiempo fuera bastante extenso, alrededor de un año y ocho meses, por eso se necesitan muchos poquitos, detalles, estudio.

"Y no, no me presiona: creo que los próximos meses me darán el tiempo preciso para recuperarme. Ahora viene la Copa Antillana de Acero y cada uno de los partidos, con una exigencia cercana a los de Serie Nacional, servirán para saber cómo estoy, los posibles reajustes…".

El cambio de posición también genera readaptaciones, pues si bien desde antes del golpe te desempeñabas como inicialista y bateador designado, ahora debes asumirlo de forma definitiva, ¿cómo lo llevas?

"Lo más complicado es la psiquis: nunca cambia. Uno planifica las transformaciones pero, en realidad, yo estaba adaptado al trabajo de receptor. Antes defendía la primera base, sin tanta exigencia, y asumía el rol de designado alternando con Osvaldo (Arias); sin embargo, me mantenía en el calor del juego, me sentía cómodo.

"Ahora, el hecho de ser solo designado te obliga a buscar alternativas, hacer ejercicios, a permanecer activo… Y en cuanto a la primera base, ya sumas otras responsabilidades y debes ubicarte en el lugar preciso, pues toda posición tiene sus complejidades. Algunas jugadas parecen sencillas y no lo son: la primera base no va solo por pisar la almohadilla y recibir los tiros de los jugadores del cuadro; también demanda asistencias, tácticas específicas, salir a buscar el toque, internarte a buscar un batazo entre dos y necesitas dominar cada movimiento a la perfección.

"Está la otra parte, el fildeo de rolling, al cual nunca me había enfrentado como receptor y me ha costado más, al no conocer la técnica, la colocación, los pasos… Si logro coordinar eso, el resultado será mejor".

El diamante te depara otros retos, entre ellos los lanzadores, quienes tratarán de desestabilizarte, pegarte la bola, incluso golpearte… Ha sucedido en situaciones similares con Alexei Bell, Norlis Concepción…

"El temor lo tuve al principio, en los dos o tres primeros turnos de los juegos de preparación: no sabía cómo vería al pitcher, me quito, no me quito… Ahora,  cuando me decidí a jugar, fue teniendo en cuenta eso y si tuviera miedo de hacerlo, sencillamente no estaría aquí ahora.

"Al pitcher no le interesará mi situación: tratará de sacar el out por todas las alternativas posibles. Con miedo, voy con un 50 por ciento de probabilidades en contra. Debes tener total disposición y seguridad, es una especie de 'autopsicología', para enfrentar el reto".

Regresas a un equipo completamente diferente al de dos temporadas atrás: nuevas caras, sistema de juego, cuerpo de dirección, estrategias… Háblame un poco de esa otra adaptación.

"Cuando sales al campo, de cierta manera, no conoces a la mayoría de los atletas, sobre todo dentro del terreno. De hecho, del último equipo donde jugué solo continuamos alrededor de siete, creo. Y sí, te sientes un poco fuera de lugar, es complicado; mas el clima es bastante afable y me he podido adaptar al nuevo sistema de trabajo, con sus particularidades… Yo trato de ayudar cuanto puedo".

Supongo que el instinto te lleve a conversar más a menudo con los catchers…

"Dijiste la palabra clave, instinto: es inevitable. Además, tuve la oportunidad de coincidir con la mayoría de estos muchachos, incluso (Ariel) Yera, aun juvenil, estuvo en algunos entrenamientos de los concentrados previos con nosotros.

"En algunas ocasiones se acercan y te preguntan, aclaran dudas, piden ayuda… Principalmente (Orlando) Roa, con quien más converso y me hace bastante caso. Siempre trato de estar ahí para ellos: por circunstancias de la vida, hoy juego otra posición, pero lo mío es la receptoría".

Hablemos sobre la afición: eres un jugador de experiencia y sabes de sus fluctuaciones en las buenas, o en las malas, y necesitas lidiar con eso.

"Eso lo asumes desde el principio de cualquier carrera deportiva. En Cienfuegos, hasta hoy, he vivido dos etapas: la primera, en mis inicios, con un equipo perdedor, de poca afición, muy exigente, fuerte en sus críticas, en la manera de cuestionar el juego… Y también experimenté aquella época de estadios llenos, de equipo ganador, donde te apoyaba la mitad de la grada y, cuando las cosas no salían bien, la otra mitad te cuestionaba con menos clemencia: era un equipo con más nivel y nos pedían el doble…

"De cierta manera me adapté a eso y soy totalmente consciente de que el público te grita de acuerdo a como estés: si las cosas no me salen, tendré muchos detractores; de lo contrario, otro tanto me respaldará… Por supuesto, siempre esperas lo mejor; sin embargo, no depende de uno: ponemos la intención, el deseo, la entrega, te enfocas, mas la decisión final dependerá de muchas cosas, incluso de la suerte. Por si fuera poco, tienes a nueve jugadores enfrente buscando evitar tu mejor momento… Y el público solo se fija en el resultado.

"Iday Abreu siempre nos decía: 'las victorias tienen muchos padres, pero las derrotas son huérfanas' y esa es nuestra realidad como deportistas. Muy a lo personal, debo agradecerle al pueblo de Cienfuegos por su apoyo durante mi lesión: lo viví bien de cerca y nada, cada quien es libre de opinar como desee, tampoco me toca andar cuestionando cuanto digan.

"Lo mío es enfocarme en el juego: tratar de hacer las cosas bien, contribuir a las victorias del equipo, tributar desde lo individual a ello… Lo demás, lo deciden ellos".

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