EEUU vive una desigualdad récord

EEUU vive una desigualdad récord
Fecha de publicación: 
30 Julio 2014
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La brecha entre ricos y pobres no ha parado de crecer desde la década de los setentas en la primera economía del mundo, especialmente tras la crisis financiera de 2008, según un estudio reciente de la Fundación Russell Sage y otro de los economistas Emmanuel Saez y Thomas Pikkety.

“Cada vez hay más estudios fiables que demuestran el incremento de la desigualdad en Estados Unidos. De hecho, su brecha económica es una de las mayores entre los países avanzados”, asegura a Nóvosti el profesor emérito de economía de la Universidad de Massachusetts, Richard Wolff.

Saez muestra que el 10% de los estadounidenses más ricos recuperaron rápidamente sus pérdidas de la Gran Recesión entre 2009 y 2012 en su actualización de septiembre de 2013 de un trabajo de investigación de años que publicó en 2003 junto a su colega economista Thomas Piketty, autor del libro best seller “El Capital en el siglo XXI”.

“La proporción de todos los ingresos del país del 10% más rico de la población en el 2012 es igual al 50,4%, el nivel más alto que en cualquier otro año desde 1917 e incluso supera al de 1928, el pico de la burbuja bursátil de los años veinte”, dice Saez en su estudio.

Por otra parte, el estudio de la Fundación Russell Sage revela que la riqueza media del 5% de la población de los EEUU con más dinero ha crecido un 14% en los últimos diez años, de los 1.192.639 dólares en 2003 a los 1.364.864. Sin embargo, el patrimonio neto de una familia estadounidense media ha caído un 36%, de los 87.992 dólares a los 56.335.

Los autores de este informe explican que esta disparidad se debe a que las familias acomodadas se beneficiaron del aumento de los mercado de valores después de la crisis del 2008, mientras que las familias de clase media se vieron gravemente afectadas por la disminución del valor de sus viviendas.

Causas de la brecha económica

Wolff, renombrado crítico del sistema capitalista, enumera cuatro causas del desequilibrio económico estadounidense: el aumento de la productividad de los trabajadores en los años setentas gracias a las nuevas tecnologías sin su correspondiente aumento de los salarios; la externalización de los trabajos a países como China, Brasil o India; los recortes de los impuestos a los ricos; y la pérdida de influencia de las organizaciones de trabajadores tras 30 años de ataques políticos.

“Sólo un 7% de los trabajadores estadounidenses son miembros de un sindicato”, afirma Wolff, y critica la clase política de los EEUU por no hacer nada para reducir la pobreza y los desequilibrios económicos entre la población estadounidense.

La lucha contra la desigualdad es el caballo de batalla del segundo mandato del presidente estadounidense, el demócrata Barack Obama. En sus dos últimos discursos sobre el Estado de la Unión, ha pedido al Congreso de los EEUU un aumento del salario mínimo federal y los legisladores de su partido han presentado proyectos de ley para subirlos de los actuales 7,25 dólares a los 10,10 dólares por hora.

Los republicanos, sin embargo, obstaculizan esta medida gracias a su mayoría en la cámara baja. Argumentan que este incremento provocaría una pérdida de puestos de trabajo.

A pesar de esta negativa, el debate de la desigualdad sigue candente entre economistas y políticos. Además, será uno de los temas más importantes en las elecciones legislativas de noviembre y las presidenciales de 2016. Por ello, algunos congresistas conservadores han empezado aceptar el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres como un problema crucial que hay que abordar.

Conservatismo compasivo

Los analistas políticos consideran que el plan para combatir la pobreza que el congresista de Wisconsin y ex candidato a la vicepresidencia de los EEUU en 2012, Paul Ryan, presentó la semana pasada en Washington es el regreso del Partido Republicano al conservadorismo compasivo de la presidencia de George W. Bush.

Las propuestas de Ryan se centran en una consolidación de programas de protección social y en una reforma del sistema penal. “Creo que los republicanos tienen mucho que ofrecer aquí, y han hecho caso omiso de este espacio por demasiado tiempo”, aseguró el legislador republicano.

Otros compañeros de partido y posibles candidatos a la presidencia en 2016, como los senadores de Florida y Kentucky, Marco Rubio y Rand Paul, y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, han lanzado también sus propuestas para garantizar “la igualdad de oportunidades”.

Los republicanos quieren deshacerse de la etiqueta de partido de los ricos para recuperar la Casa Blanca.

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