Abre, que viene Paulo FG (+ FOTOS)

Temas aquí incluidos como La matadora, El papi happy y especialmente De amores, han ido cautivando ya a los melómanos de la isla.

De amores fue grabado a dueto con el salsero nicaragüense Luis Enrique y, al decir de Paulito, se trata de una canción que quedará de este álbum por ser muy fresca y profunda musicalmente. «Es uno de los más hermosos temas románticos que he escrito», confesó.

«Luis Enrique es un gran cantante, entre él y yo hay una admiración mutua. Todo fluyó muy bien en el estudio cuando grabamos el tema», comentó Paulito.

En Abre que voy hay mucha variedad: merengue tecno, bachata, timba, salsa… «Es un disco muy completo —dice Paulo FG—, aunque la respuesta más directa de su éxito es lo que dice el público».

De hecho, muchos músicos y seguidores le han manifestado su satisfacción con el álbum. Aun así el cantante aseguró que la próxima producción que tiene bajo la manga será mejor.

Paulito que tiene muchísimos proyectos entre manos y durante la presentación de Abre que voy anunció algunos como el DVD que reunirá sus éxitos en 20 años con su grupo La Élite, un disco de boleros y una canción para la Serie Nacional de Béisbol.

Además de su versatilidad en la música, recientemente Paulito se desdobló en el cine con un protagónico: Mario, un fotorreportero, en el filme Vuelos prohibidos, de su coterráneo Rigoberto López.

Según el músico, la película trata temas sensibles de la realidad cubana de una manera linda y amorosa.

Sobre este particular y en general sobre su música, conversamos.

—El disco Abre que voy tiene una variedad en cuanto a género. ¿Fue esta una forma de satisfacer a tu público, bailadores y románticos?

—La diversidad es una costumbre, desde mis inicios. Yo soy un cantante. Cuando empecé tenía que actuar en cabarets y presentarme con grupos de variedades, por tanto debía saber cantar rumba, guaracha, cha cha chá, boleros… de todo, y eso me forzó a ser un cantante diverso, me podía mover en diferentes cuerdas.

Nunca he querido que me enmarquen como un salsero o con cualquier otra clasificación, yo soy un artista. Creo que tengo la sensibilidad para cantar en diferentes géneros.

Desde niño siempre escuchaba mucho a Benny Moré y a Fernando Álvarez, y sobre todo del Benny siempre tuve muy presente esa frase de «elige tú, que canto yo».

Yo no pretendo hacer cualquier cosa, necesito que un tema me llegue, que yo lo sienta, para poder trasmitirlo.

—Tú no escoges los temas para un álbum al azar, no lo haces para rellenar, sino porque todo tiene un sentido. Si tuvieras que definir el sentido de Abre que voy, ¿cuál sería este?

—Abre que voy es un disco eminentemente bailable con ciertos descansos para el público, ya que la gente necesita un momento de relajamiento dentro del baile.

Desde que comienza el primer tema, se siente que el disco es para bailar intensamente. Eso necesita un reposo que yo propongo con otros matices.

—Dijiste que cuando propusiste el disco «en crudo» a la EGREM, inmediatamente te dieron luz verde. ¿Crees que el gancho haya sido esa diversidad?

—Creo que sí, que fue ese el gancho, aunque hay otros ingredientes, por ejemplo, la sonoridad del disco, que está muy bien definida y con mucha calidad. El álbum quedó bien masterizado y mezclado.

—Comentaste anteriormente que De amores era uno de los más bellos temas de amor compuestos por ti, ¿por qué compartirlo con otro intérprete y no cantarlo solo?

—En realidad no me lo propuse. A mi estudio vino un muchacho que trabaja conmigo y que conoce a Luis Enrique. Él escuchó De amores y me aseguró que a Luis le encantaría, me sugirió cantarlo con él y a mí me pareció espectacular. Enseguida Luis respondió y dijo: «Me encanta, dile a Paulito que venga, que vamos a grabar el tema». Fue así.

—Tu primer disco se llamó Tú no me calculas y te presentó como un músico atrevido, 20 años después nombras a este Abre que voy. ¿Se trata de una reafirmación del espíritu de Paulito?

—Sí. (Risas) Es lo mismo. Uno comienza una carrera, hace sus pausas y luego dice «abre que voy». Uno se levanta todos los días y se mira al espejo y cada cual va a sus ocupaciones cotidianas. Cuántas cosas hay por hacer siempre, pero lo que no podemos tener en la vida es miedo, por eso yo digo: abre que voy con tó.

—¿Por qué crees que Rigoberto te escogió a ti para protagonizar su película?

—Te juro que todavía me lo estoy preguntando. Él no tenía definido a su protagonista y una amiga, Ana Lourdes, le sugirió que me buscara. Él se sorprendió, «¿Paulito, el sofocador?», y fue a verme.

Yo no lo conocía. Rigo se sentó en el portal de mi casa y ahí conversamos. Yo no sabía nada de actuación.
 
—¿Era este un viejo sueño?

—Sí y no. Mi prioridad es la música, soy muy tenaz con mi obra, me gusta mi obra. Me gusta divertir a la gente y descargar toda la energía en el escenario. Actuar… creo que cuando me vea en la pantalla podré responder, porque lo que pasé fue duro haciendo la película. Fueron dos dramas, el del guion de la película y el mío para hacer el personaje.

—¿Cómo logras mantenerte físicamente?

—Yo vivo. Creo que el escenario me mantiene, soy muy enérgico cuando estoy en un espectáculo y en la vida. Hace tiempo que no hago ejercicios, aunque tuve que practicar un poco para la película porque tengo escenas semidesnudo. De vez en cuando hago algunas planchas, barras, y para el escenario siempre me estiro porque los conciertos exigen.
 
—Entonces, son el éxito y la felicidad los que te hacen lucir igual que hace años…

—Mi felicidad es hacer música, si tengo éxito o no, yo me siento bien de todas formas. Yo no busco el éxito. Tengo otras cosas lindas que valorar: mis hijos, que son, como dice Pablo Milanés, la gloria que se ha vivido.

Todo no puede ser trabajo, hay que disfrutar también, y el éxito me ha metido a mí en un montón de problemas, de hecho en un momento de mi vida me replegué y no me interesaba salir en televisión porque no estaba viviendo, eso me absorbía.

Ahora me gusta compartir con amigos y disfrutar de los detalles que enriquecen la vida.