Los trovadores también quieren pegar en la radio

Los trovadores también quieren pegar en la radio
Fecha de publicación: 
7 Marzo 2014
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¿Qué les queda por decir a los jóvenes trovadores cubanos? ¿Por qué en muchos casos se presentan como tal, sin embargo cuando los escuchas dan la impresión de que o no es trova lo que hacen, o uno no sabe lo que es trova?

Unos se pasan en la lírica y posiblemente ni ellos mismos entienden lo que dicen, influenciados quizás por las extraordinarias imágenes y metáforas de Silvio o Sabina, pero carentes del background cultural que asiste a ese par y de la exquisitez en la composición musical que los acompaña, pues, habrá quien no prefiera la voz del primero o no soporte la cadencia del segundo, pero son más los que no tienen recursos para tocar o cantar debidamente sus temas.

Otros, de los jóvenes, renunciaron definitivamente a la lírica y pretenden una trova de la cotidianidad que viene siendo un café aguachento, muy caliente como agua común y muy claro como café, en este caso sería, muy monótono como reggaetón y, cuando menos, muy simple como canción trovadoresca.

Los hay, gracias a todas las musas griegas, que han encontrado un estilo en alguno de los extremos o medio camino entre ambos, y hacen su propia trova, con las sonoridades, las fusiones rítmicas y la poesía de su tiempo. Cantan guarachas y blues con acierto y dicen cosas, sobre todo eso, sin palabras prestadas y con mucho sentido.

Sin embargo, son tantos, cada día más, los jóvenes trovadores cubanos y es posible nombrar los que se incluyen en el último párrafo. Obvio que todo grupo tiene su vanguardia, es natural eso, pero me inquietan los motivos por los que una buena parte de los que conozco desde hace más o menos una década y que parecían grandes promesas, no avanzaron mucho más.

No soy especialista, soy aficionada, es más, enamorada de la trova, desde la tradicional hasta la Nueva y la novísima y la más que novísima y lo seré de la que se comience a cantar mañana, por eso me y los convoco a pensar en el asunto. En 2008, Ariel Díaz echó luz en un artículo publicado en Cubarte sobre uno de los aspectos que no ha contribuido como podría y aquí nos toca la mea culpa a los periodistas:
Ariel Díaz
“Salvo algunas excepciones, los trovadores más jóvenes no hemos tenido críticos, nadie nos ha nombrado en la real dimensión, polémica y singular, en que nuestra obra ha florecido ya, en las calles de muchas ciudades de Cuba. O sea, un poco más allá de nuestras narices. Ya se ha hecho un poco tarde.

Resulta que el tiempo pasó. Que junto a las canas, los hijos y las barrigas nos han crecido canciones, hermosas y necesarias canciones. Muchas de ellas perdidas en nuestro propio olvido o en la ignorancia de las disqueras que nunca las grabaron, que hicieron que los programas de Radio y Televisión nunca las pusieran y provocaron que  tantas orejas jamás las escucharan”.

Todas las vertientes que acometo y yo tenemos una cita permanente y natural con la vida. ¿Cómo no escribir canciones de amor si del amor nací; cómo no tener presencia de lo afro si no es mi piel lo único que tengo de negro; cómo no hacer guarachas si somos puro gozo, picaresca y doble sentido; cómo no cuestionar y filosofar si nuestra propia existencia sigue siendo hoy una pregunta sin respuesta? Me veo como un meandro de cuyos afluentes brota la palabra deseosa de encontrar su desembocadura.

A Rey Montalvo uno de los que se estrena con bastantes créditos en el oficio de juglar le pregunté si la cosa sería que junto con una riquísima herencia Silvio, Pablo, Noel y, un tanto más cercanos Santiago, Varela, les dejaron cierto vacío, algo como después de tanto y tan bien dicho, qué hacer. He aquí la respuesta que me dio “despacio”, porque la cosa es compleja:
Rey Montalvo
“Si uno se pone a pensar todas esas cosas fabulosas que escribieron todos esos trovadores de los años 70, 80, uno simplemente no haría canciones, porque realmente hay dichas tantas cosas y tan bien dichas, que uno se pregunta qué más puedo decir, pero el trovador se debe a su tiempo más que a todo, a ser un reflector de la sociedad en que vive.

“Hoy, además de las influencias artísticas está el mercado que realmente está mediando en lo que hacen muchísimas personas, muchísimos artistas están trabajando para el mercado, están buscando cuál es la mejor fórmula de hacer una canción que logre un video clip impactante, que se ponga mucho en los medios y alcanzar la popularidad para llegar a trabajar en clubes nocturnos, llenar los conciertos, eso les está pasando a los trovadores y esas nunca habían sido las metas de los trovadores, o al menos no las primeras, sin embargo hoy, para algunos lo son y erróneamente consideran que la mejor forma de llegar a eso es no siendo leal a su canción trovadoresca y,  sin dudas, es la forma más fácil, pero a la larga se esfuman entre toda la gama amplia de artistas”.

Sí, el facilismo es un peligro que acecha y la pataleta infértil para merecer, y el talento con dedicación, el único camino verdadero. No es trova, es que realmente las disqueras los ignoraron mucho, la televisión no los ha acompañó suficientemente, pero si malo es el defecto, peor el exceso y de momento se ha sentido una especie de discriminación positiva de la trova que también le ha hecho daño.

En un material suscrito por Bladimir Zamora, Tony Ávila resumió en un par de párrafos lo que, a su juicio, le falta a su generación de trovadores y digo yo que bien se lo podrían aplicar las siguientes:

Tony Ávila“¿Qué le falta a mi generación? Le falta arriesgarse, le falta rescatarse a sí misma del aislamiento y dejar de ver la trova como un espacio limitado y no como el campo abierto para la creación que es. Le falta actuar en defensa propia ya que nadie lo hará por nosotros, le falta conocerse más a sí misma y asumirse sin ciertos prejuicios regionales y estéticos, incluso de estilo, lo cual actúa como una barrera conceptual. Le falta mirarse más por dentro que por afuera, y dejar de ver a ciertos trovadores como fantasmas traidores o herejes.”

“La vida es cambio y la trova es parte de ella. Mi generación debe hablar menos y hacer más. Somos un montón esparcido por toda Cuba, lleno de fatalismos que son más que geográficos. Silvio dijo que “la guitarra es la guitarra sin envejecer”, Vicente que “la trova es una actitud ante la vida”, y Pablo que “pobre del cantor de nuestros días que no arriesgue su cuerda por no arriesgar su vida”. A mi generación le falta saber qué hacer con lo que tiene, más que saber qué tiene y qué le falta.”

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Comentarios

Tony Avila promete, pero se la comio con la cancion esa timbiriche, la cancion mas horrenda de los ultimos 10 años, no tiene rima, no tiene ritmo, parece que va a ser una critica dura y respetuosa y resulta en una justificacion al estilo "conformate con lo que tienes que naciste sin nada", es decir sin timbiriche. saludos.
LOS PERIODISTAS NO PUEDEN CRITICAR LO QUE NO SE DIFUNDE, A MENOS QUE INVESTIGUE EN EL MUNDO UNDERGROUND. CREO QUE NO SOLO LA TROVA, TAMBIÉN OTROS GÉNEROS DE LA CANCIONÍSTICA HAN SIDO RELEGADOS AL SUBSUELO Y LO QUE SE ESTÁ DIFUNDIENDO A MI MODESTO ENTENDER SOLO APORTA A LOS QUE DESEEN BAILAR. NO LE ECHEN LA CULPA A LA PRENSA, A LOS CRÍTICOS. LA RESPONSABILIDAD ES DE LOS ENCARGADOS DE LA DIFUSIÓN, YA SEA RADIAL, TELEVISIVA, O INSTITUCIONES CULTURALES Y RECREATIVAS.

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