Tigre acorralado

Cuatro balas para que el Tigre de Madrás logre al menos dos dianas y no se deje “arañar” ni una vez más, para al menos aspirar a defender su trono en las partidas de desempate.

Parece demasiado poco, la verdad. Ante un Carlsen que se ha visto sólido con una roca, y más concentrado que nunca para matar de una vez su obsesión de ser el líder del ajedrez mundial. El primer puesto en el listado planetario no es nada en comparación con la verdadera corona, la que luce sobre la cabeza de Anand desde hace casi una década desde la unificación.

Con casi el doble de la edad del aspirante, el indio se ha visto sin variantes hasta el momento, pero cuidado, el tigre puede estar agazapado, a la espera de lanzar su ataque, y aunque sería un zarpazo algo desesperado, Carlsen debe estar con su coraza lista para soportarlo.

Luego de intentar sorprender al asiático con una apertura de caballos en los dos primeros pleitos, el genio nórdico entró por los cauces más normales hasta que en la quinta encontró el premio con la apertura Inglesa. Su estrategia ha sido básicamente “acomodar” a su rival, y cuando este se siente a su aire esperar porque un exceso de confianza lo lleve a equivocarse, y lo ha conseguido par de veces.

Por su parte, Anand ha insistido hasta el momento con la Ruy López, pero quizás cambie de estrategia y se acoja a un Gambito para intentar sacar provecho a sus últimas oportunidades. Tan compacto ha sido el juego del visitante, que ni siquiera un viejo zorro como el indio ha sido capaz de encontrar un resquicio por donde colarse.

Todo no está dicho, pero la corona se inclina cada vez más hacia las frías tierras de la península escandivana, y a estas alturas solamente una intoxicación por curry pudiera impedir el reinado de Carlsen, pero para evitar eso mismo el Mozart del ajedrez cargó con propio equipo de cocina.