Testimonio de una tragedia

Testimonio de una tragedia
Fecha de publicación: 
21 Noviembre 2011
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Casi treinta años han pasado desde el final de la dictadura argentina, pero las heridas que causó en miles de familias siguen abiertas. La tragedia prácticamente se ha enquistado en muchos, gente que siente que le arrebataron una vida con sus seres queridos: padres, hermanos, hijos desaparecidos, asesinados… Y como el horror perdura en la memoria, el arte argentino contemporáneo, en todas sus manifestaciones, está muy marcado por esa crónica reivindicativa: la sociedad necesita justicia, no se puede regodear en un olvido superficial.

Ahora exponen en el Centro Hispanoamericano de Cultura dos artistas argentinos que miran desde el presente aquellos años difíciles. Son dos muestras sin muchos regodeos “estéticos”, aquí se ofrece un mensaje duro, directo, sencillo… comprometido. Son fotografías que, desde distintos ámbitos estilísticos, devienen contundente testimonio y al mismo tiempo, denuncia. Sin que haya espacio para alegatos propagandísticos.

Lucila Quieto, hija de un desaparecido, reúne en Arqueologías de la ausencia a jóvenes que perdieron a sus padres con las imágenes de estos antes o durante los años del terror. Cada fotografía es en sí misma un performance: el joven y sobre él proyectadas las fotos de su ser querido. La metáfora es evidente, y quiere serlo: llevamos encima, grabada en la piel, la historia de nuestros progenitores, nuestros familiares… Y si es una historia trágica, los surcos son más profundos.

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La artista refuerza el dramatismo de las imágenes utilizando un blanco y negro sin demasiadas gradaciones. La composición es, hasta cierto punto, narrativa. De cada sesión se escogen unas cuantas fotos, que juntas ofrecen un cuadro mucho más abarcador y sugerente del drama personal de cada uno de los fotografiados. Más allá de la fuerza del mensaje, hay también una evidente estilización, pero no enfocada quizás a buscar lo “hermoso” sino más bien la efectividad comunicativa.

Gustavo Germano presenta Ausencias y Distancias, las dos primeras partes de una trilogía dedicada a reflexionar sobre los métodos represivos de las dictaduras: la muerte, el exilio y la cárcel. Aunque “reflexionar” no es exactamente la palabra. Germano hace, con el mayor sosiego, paralelismos entre el pasado y el presente. Parte de una foto familiar de antaño y hace otra de la actualidad, respetando en lo posible escenarios, incluso posiciones. La fotografía es la crónica resumida pero contundente del paso del tiempo. Es el punto de partida para que el espectador complete el puzle de una vida, pero sabiendo una verdad dolorosa: estamos ante víctimas.

Ausencias

En Ausencias se muestran fotos de álbumes familiares, casi siempre de momentos de tranquila felicidad. Y al lado, la imagen contemporánea, en la que siempre faltan algunos de los protagonistas. Los que faltan son los desaparecidos, los muertos de la dictadura argentina. No hay alardes de dolor, en todo caso concentrada gravedad.

Distancias

En Distancias los fotografiados son parte de la diáspora republicana de la Guerra Civil Española. A la izquierda, una foto de lo que fueron en su infancia o juventud; a la derecha, lo que son ahora. Entre punto y punto, una vida de exilio, cárcel, persecución, de nostalgias y reencuentros. Tampoco hay aquí dramatismos exaltados; de hecho, casi todos se muestran ahora aparentemente felices. Pero, ¿pueden olvidar? ¿Quieren hacerlo? ¿Deben?

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