Siria y la retórica de las armas químicas

Siria y la retórica de las armas químicas
Fecha de publicación: 
28 Agosto 2013
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La retórica sobre el presunto uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria empuja los acontecimientos hacia una posible agresión militar que a juicio de jefes de Estado y expertos políticos, incendiará la región.

Tras alegar la llamada oposición armada que las autoridades emplearon agentes tóxicos el 21 de agosto, se desató una virulenta campaña por medios de prensa y algunas capitales de Occidente y Oriente Medio contra Damasco, con amenazas que preludian un ataque casi inminente.

Baten cada vez con mayor fuerza las cornetas llamando a una guerra que como las más recientes, emprendidas todas por Estados Unidos desde Kosovo (1999) a Libia (2011), pasando por Afganistán (2001) e Irak (2003), han sido fabricadas con espurios pretextos.

Todavía frescas se encuentran en la memoria colectiva mundial las maniobras de Collin Powell, exsecretario de Estado norteamericano, mostrando en la ONU planos y pruebas que "demostraban" que Sadam Hussein disponía de armas de destrucción masiva.

La invasión a Irak se consumó y destruyó al país, pero nunca fue hallado rastro alguno de dicho armamento.

Esta vez no es la excepción: Washington, Londres, París, Ankara, Riad, Doha, Ottawa, entre otros, refieren que resulta incuestionable que la administración del presidente Bashar al-Assad usó armas químicas contra la población y "debe ser castigado".

No obstante, eluden presentar las pruebas que permitan calzar tales imputaciones.

El eje que parece dispuesto a invadir Siria pasando por encima de la autoridad de Naciones Unidas, del Consejo de Seguridad y de la legislación internacional, ni siquiera toma en cuenta que en Damasco se encuentra un grupo del organismo mundial que efectúa pesquisas sobre el uso de gases tóxicos y debe ser escuchado su veredicto.

Precisamente el hipotético ataque ocurrió tres días después de que llegara al país la comitiva liderada por el profesor Ake Sellstrom, jefe de la oficina de la ONU para la investigación de armas químicas, invitado por el gobierno para dilucidar las múltiples denuncias efectuadas con antelación.

Siria ha manifestado su interés de que se efectué el estudio y brindado su colaboración en el proceso, aún cuando en Occidente se intenta desconocer tal apoyo.

Analistas coinciden en que resulta poco realista y casi imposible creer que las propias autoridades efectuaran un ataque semejante en medio de tales circunstancias y a pocos kilómetros de la capital, en la región de Ghouta Oriental.

La zona es un punto de confrontación donde el Ejército Árabe Sirio combate a las bandas mercenarias apadrinadas por Occidente, que buscan hacerse del control de la capital: un eventual ataque químico sería desaconsejable para el gobierno teniendo en cuenta que morirían sus propias fuerzas.

Pocos refieren igualmente que los videos que dieron la vuelta al mundo y se esgrimieron como una "prueba de las atrocidades de al-Assad", fueron colgados en las redes sociales un día antes de efectuar la denuncia, lo cual refuerza la tesis, según expertos, de que las imágenes constituyen un gran montaje para inculpar al país.

Los medios de prensa y políticos que aducen que "el gobierno sirio resulta el único actor en el conflicto armado capaz de desatar un ataque químico" parecieran pasar por alto que en esta nación levantina grupos radicales islámicos, dentro de los cuales sobresale la red Al Qaeda, vienen cometiendo desde el inicio del conflicto actos atroces contra la población civil.

El Frente al-Nusra, una derivación de la entidad terrorista liderada por el asesinado Osama Bin Laden, no ha dudado en colocar coches bombas, atacar con proyectiles de morteros y cohetes y hasta cometer masacres de centenares de civiles en nombre de su ortodoxa interpretación del islam y los deseos de fundar un califato.

De igual forma, los extremistas protagonizaron incluso actos de canibalismo divulgado ampliamente por las redes sociales.

A inicios de diciembre de 2012, un inquietante video colocado en Youtube mostró a integrantes de la autodenominada Todopoderosa Brigada del Viento (Kateebat A Reeh Al Sarsar), uno de los tantos grupos mercenarios en Siria, probando armas químicas en conejos de laboratorio y amenazando con usarlas contra civiles sirios.

Varios medios se preguntaron en aquella ocasión: ¿Pudiera ser este el pretexto que lleve a algunos gobiernos a intervenir en el conflicto sirio para derrocar a al-Assad?.

Pese a ello, pocos se han cuestionado, basado en aquello del beneficio de la duda: ¿No pudieron ser los presuntos rebeldes quienes lanzaron gases tóxicos para frustrar la misión de la ONU, frenar el incuestionable avance ofensivo del Ejército, ofrecer los pretextos para una intervención armada y evitar sentarse a la mesa de diálogo de la proyectada Ginebra 2 y reconocer su derrota?

Otra pregunta queda : ¿quiénes son los máximos beneficiarios en tan complejo panorama?

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