Si de romper el hielo se trata… ¡Enhorabuena por el disco y el decatlón!

Romper el hielo, sembrar ese aliento clímax en el resto de tus coequiperos con una actuación épica o no. Como todo en la vida, el debut de nuestros atletas estará marcado por la teoría de las probabilidades. Puede que emerjan vencedores, puede que no.

En el caso de las discóbolas Yarelis Barrios (68.03 cimero y 67.36 este año) y Denia Caballero (65.60-63.47), inscritas en el grupo A; y Yaimée Pérez (66.01) en el B, no deben presentar mayores contratiempos para colarse en una final que exige 63 metros como carta de presentación.

Tampoco sufrirán en busca de la siguiente ronda la fuera de serie croata (69.11-68.96) china Siyu Gu (67.86 y segunda del ranking), la alemana Julia Fischer (66.04), la lituana Zinaida Sendriute (65.97) y la también germana Nadine Müller (68.89 topes).

Repasando en la historia de esta modalidad, cuyo implemento pesa un kilogramo y tiene un diámetro entre 180 y 182 milímetros para las damas encontramos que nadie se ha acercado remotamente siquiera a los 76.80 metros de la  ex alemana democrática Gabriela Reinsch, conseguidos el 9 de julio de 1988 en Neubrandenburg, con implemento más liviano, eso sí. En certámenes del orbe la condición de privilegio supremo recae en su coterránea Martina Hellmann 71.62 desde Roma 1987.

Las nuevas dimensiones del disco hacen que incluso para la Perkovic se antoje de otra galaxia superar los 70 metros. Eso sí, su candidatura al oro, nadie la cuestiona.

Nuestras tres mosqueteros deberán apostar a sus principales armas: maestría y coordinación entre la fuerza y la velocidad del giro Yarelis; y explosividad durante sus giros e inclinación exacta en materia de ángulo de salida tanto Yaimée como Denia, si quieren coquetear con el podio.

Podio, podio, podio palabra recurrente y que de seguro se ha repetido desde Daegu a la fecha en miles de ocasiones el pertiguista Lázaro Borges. Allí atestiguamos su coqueteo con la ingravidez a 5.90, pero desde que su pértiga se quebró en tres pedazos en Londres no ha superado la varilla cercana a esa altura. Incluso una molestia en tu talón se antojó escollo durante su preparación en la actual temporada, en la que únicamente ha rebasado los 5.71 metros e intentado 5.81. por fortuna el factor confianza parece haberlo recuperado del todo, al igual que su carrera con 16 pasos, elementos ambos que necesitará sobremanera para buscar el ase a la definición de metales entre 40 garrochistas. En su llave B, con siete hombres entre los 20 inscritos le igualan o superan en materia de registros, incluido el francés Renaud Lavillenie (6.02), el estadounidense Brad Walker (5.83 en el 2013 y 6.04 como marca personal) y Bjorn Otto, de Alemania, quien posee marcas respectivas de 5.90 y 6.01, no será cuestión de coser y cantar.

Aunque parezca sorprenderle a muchos no es el zar de las alturas, el ucraniano Sergey Bubka, quien ostenta el primado para estas lides, en poder del australiano Dmitri Markov (6.05 en Edmonton 2001).

Frisando la condición de uno de los 12 trabajos de Asterix, así ven muchos, entre los que me incluyo, el posible avance del ochocentista Andy González en el segundo de seis heats preliminares. Los tres primeros de cada uno de ellos y los seis mejores cronos serán los agraciados en semifinales, pero Andy, dueño de (1:45.72) recala en el puesto 55 del escalafón universal y 30 de sus rivales han detenido los relojes antes, con 24 papeletas a la siguiente ronda. ¿El gran ausente? El plusmarquista del orbe, David Rudisha (1:40.91), quien sufre una lesión y no podrá intentar desbancar al plusmarquista de estas justas, el keniano Billy Konchellah (1:43.06).

Rudisha dejó el manjar expuesto a Nijel Amos, de Botswana; Pierre-Ambroise Bosse, de Francia; Duane Solomon y Nick Symmonds, de Estados Unidos, y Kevin López, de España, perfilados como favoritos.

Distante de la verdad igualmente aparece el martillista Roberto Janet, envuelto en el grupo A clasificatorio, especialmente si se tenía en cuenta que los 77 metros exigidos se le antojaban inaccesibles este 2013, donde exhibe 76.75. Aquí se mofan de favoritos, sin arañarle la pintura al tope del bielorruso Ivan Thikon (83.89), el húngaro Krisztian Pars (81.02) y el ruso Sergej Litvinov (80.89).

El accionar antillano concluye en el estreno con otro estelar como el decatlonista Leonel Suárez. La primera jornada se antojaba de incertidumbre total para él, pues en Londres se afectó su tendón rotuliano derecho durante la prueba de salto de altura, y desde entonces no ha realizado ningún decatlón oficial. Confiemos en que el serio trabajo de su mentor Gabino Arzola y el colectivo médico le permitan culminar la fecha inicial ileso y con puntuación de batalla, tras sortear el hectómetro (posee 10.90 segundos cimeros), salto de longitud (7.52 metros), impulsión de la bala (15.20), altura (2.17) y la vuelta al óvalo (47.65). Lógicamente no esperamos que emule esas cotas, pero sí que una vez más esté de a lleno en la puja por metales. Los bávaros Pascal Behrenbruch (8 514) y Michael Schrader (8 427) encabezan la relación anual, eso sí, bien distantes de las 8 902 unidades de Tomas Dvorak, plusmarquista de estos certámenes y del norteño Ashton Eaton, rey absoluto del planeta con 9 039.

Ese es el panorama que presagia el debut cubano en Moscú. Todas las latitudes contarán con miles de personas enervadas desde hoy producto de la magna fiesta del campo y pista. 212 federaciones asociadas no dan margen a pensar de otra forma. Subió el telón… esperemos tenga un pedazo reservado para la bandera tricolor de Cuba.