Españoles creen en corrupción de derecha gobernante, según sondeo
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La encuesta, realizada por la consultora Sigma Dos para el diario El Mundo, refleja que la confesión del pasado lunes del extesorero del PP Luis Bárcenas, en prisión provisional desde el pasado 27 de junio, apuntaló algo más que una sospecha.
Bárcenas reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ser el autor de una contabilidad secreta, así como haber pagado retribuciones opacas a altos cargos de la agrupación conservadora, incluido al propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Para la mayoría de los entrevistados por Sigma Dos -un 66 por ciento, entre ellos un 43 por ciento de votantes del PP-, entre los dirigentes que cobraron esas primas ilegales se encuentra el jefe del Ejecutivo español.
El grueso de los seguidores de la fuerza que conduce los destinos de este país desde finales de 2011 cree en la versión del antiguo pagador, quien entregó a Ruz documentos que supuestamente involucran a los populares en una financiación ilícita.
Sobre esas hipotéticas cuentas en B, Bárcenas manifestó al magistrado que el sistema establecido en el seno de la agrupación consistía en el pago por parte de empresarios de comisiones para obtener a cambio adjudicaciones.
Según la indagación publicada por el Mundo, en base a mil entrevistas telefónicas realizadas los día 16 y 18 de julio, un 89 por ciento -incluido el 79 por ciento de votantes del PP- considera que Rajoy debe comparecer de inmediato en el Parlamento para dar explicaciones sobre estos escándalos.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) amenazó con la presentación de una moción de censura para pedir la dimisión del mandatario, si insiste en negarse a comparecer en el Congreso de los Diputados para esclarecer un caso que ha minado su credibilidad.
En una entrevista concedida este domingo al periódico El País, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideró que el jefe del Ejecutivo no podrá seguir en el poder si no dilucida las crecientes denuncias por corrupción en su partido.
Tras los pedidos de renuncia formulados por varios partidos de la oposición, Rajoy descartó dar un paso al costado por los escándalos que salpican a la derecha.
Afirmó que defenderá la estabilidad política y cumplirá el mandato que en su momento le concedieron los ciudadanos, cada vez más descontentos con sus medidas neoliberales para salir de la crisis económica.
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