Subasta Habana salvaguarda el Patrimonio Nacional

Subasta Habana salvaguarda el Patrimonio Nacional
Fecha de publicación: 
1 Noviembre 2011
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Dentro de las artes plásticas cubanas, uno de los momentos más esperados es la Subasta Habana que este año tendrá lugar los días dos y tres del mes que recién comienza. La compraventa contará con 110 obras de 44 artistas nacionales cuyas obras están fechadas desde 1920 y hasta la actualidad con un valor de 1, 2 millones de dólares.

La colección esta compuesta por 50 piezas de artes decorativas y 60 de arte cubano y en la puja con sede en el Hotel Nacional de Cuba, participarán coleccionistas privados de Europa, Estados Unidos, Asia y América Latina, y de museos europeos y norteamericanos que ya confirmaron su presencia.

Unos de los grandes protagonistas de Subasta Habana serán el óleo “Guitarrista” de Manuel Carreño (1945) y del mismo año: “Brujo” de René Portocarrero. En tanto una de las piezas más modernas será “Gran huevo”, de 2011, de Roberto Fabelo.

Esta edición ha sido catalogada por muchos como la Subasta de las joyas por el gran número de obras importantes inscritas en la puja, según el criterio de los expertos cubanos el término de joya no se refiere al valor comercial de las obras, sino a la calidad y rareza de algunas de ellas. De hecho, la pieza de Jaime Valls —portada de este año-, es toda una novedad pues de este artista solo han presentado una obra en la puja.

“Tenemos obras muy tempranas de Amelia Peláez, de 1924, igualmente de Servando Cabrera, de 1945, de Romañach hay una que, aunque es un lienzo, se considera un boceto del fresco del actual Museo de la Revolución. Una caricatura de Alicia Alonso, de Juan David, de 1949, que es de las obras a las cuales se le va ejercer el derecho de prelación —o sea, quedará aquí y pasará al museo espero que al de la Danza, que es donde debe estar”, explicó en una entrevista con la prensa, Luis Miret, director de Subasta.

La actividad de este año resalta por sus rarezas como la bellísima obra de Tomás Sánchez que si bien no es la primera vez que entra en la puja, este año llega con una pieza de gran calidad, como también es el caso del óleo “Guitarrista” -la más valerosa de la subasta- proveniente de una colección francesa, un lienzo que remontará un gran valor pues en los últimos años los precios de sus cuadros han aumentado. El precio estimado de esta obra oscila entre los 180 y 200 mil euros.

El director explicó que “Subasta Habana es un instrumento para que el coleccionista privado o el artista puedan vender sus obras al mejor precio, pagando los impuestos por ingresos personales establecidos en el país, con una bonificación de un 20 por ciento como estimulación del Estado. Primero se hace un contrato como norma de depósito si la obra tiene que pasar por la Comisión de Patrimonio para establecer su autenticidad, procedencia, viabilidad o no de venta de esa obra, por si tiene que ser adquirida por el museo.

“Después que se apruebe la comercialización, se firma un contrato de consignación. Las normas establecidas de porcentaje tanto para el vendedor, como para el comprador están en nuestro sitio web (www.subastahabana.com). Todas las relaciones contractuales son públicas y se encuentran disponibles en la Web y en los catálogos”.

En el evento también convergen artistas contemporáneos como Osvaldo Yero y Carlos Garaicoa con una instalación y una serie de fotografías, en general el arte contemporáneo ocupa entre un 20 y un 30 por ciento de las obras que se subastan.

Sobre los criterios para que una obra entre en la puja, Miret aseguró que “lo importante para llevar una pieza a una subasta es la propia pieza, debe ser rara, aun cuando sea de actualidad, una pieza digna de poner en una subasta porque si no se vende en un taller o una galería”.

Uno de los elementos más interesantes en este tipo de eventos comerciales es la certificación de los artistas. Al respecto, Miret dijo que la intención de Subasta es incluir a artistas contemporáneos, “pero debemos tener cuidado porque son artistas vivos, con una carrera en desarrollo y no queremos que se le haga daño desde una casa de subasta vendiendo obras con bajo precio como está sucediendo en las subastas más importante del mundo, donde están artistas cubanos con precios muy por debajo de los que hemos logrado aquí o incluso de los que logran en galerías. La Subasta se crea entonces como un mecanismo de apoyo y de organización desde Cuba y en defensa de nuestro patrimonio artístico internacionalmente”.

Desde su inicio en el año 2002, Subasta Habana se ha convertido en el mayor espacio de ventas de obras de arte en el país, respaldado por un estricto control patrimonial, donde la mayoría de las piezas a la venta son donadas por los artistas.

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