El desafío de la vivienda en Cuba

El desafío de la vivienda en Cuba
Fecha de publicación: 
2 Julio 2013
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En un mundo donde 100 millones de personas carecen de techo, el "acceso a una vivienda digna y adecuada" -como reza en la Declaración Universal de los Derechos Humanos- suena más a utopía que a posible realidad.

La ONU estima que cerca de mil millones de seres humanos viven en condiciones precarias y para el 2050 prevé que la cifra alcance los tres mil millones. A contrapelo de esto, países como Cuba generan proyectos y aplican políticas para aumentar el número de hogares por habitantes.

Como es de esperar, la mayoría de los sin techos habitan en países del Tercer Mundo, aunque nadie escapa al problema. El Portal Sostenibilidad denunció que las prácticas de ajustes en Europa y Norteamérica propiciaron "exclusión en el sector de la vivienda" y aumento de la precariedad.

El Instituto Nacional de la Vivienda cubano dio a conocer que del fondo habitacional del país -con más de tres millones de casas-, solo el 61 por ciento se encuentra en buen estado, mientras que el resto clasifican como regular y malas.

La isla caribeña sufre el reiterado impacto de los fenómenos meteorológicos, quienes son culpables de ocasionar daños severos a la economía y afectar de una manera u otra a más de un millón de moradas en los últimos 10 años.

Tales perjuicios imposibilitaron la concreción de varios proyectos y programas constructivos estatales, toda vez que los recursos fueron desviados hacia las zonas más afectadas por los huracanes.

Las circunstancias motivaron entonces el desarrollo de una nueva estrategia centrada en la urgente necesidad de renovar el fondo: la construcción por esfuerzo propio.

Mediante esta iniciativa, el gobierno provee de créditos, subsidios y otras facilidades a los ciudadanos interesados en edificar su vivienda de manera individual, sin la mediación de empresas estatales.

En diciembre del 2011, el país aprobó el subsidio individual de hasta 80 mil pesos cubanos (unos tres mil 300 dólares) para la construcción.

"Se trata de un financiamiento, y si bien el dinero no tiene devolución, es necesario que las partes cumplan lo acordado en el contrato", explicó entonces Miguel Limia, del grupo de trabajo que desarrolló la propuesta.

El tope máximo del monto correspondía a la cantidad necesaria para la construcción de una célula básica habitacional de 25 metros cuadrados, con baño y cocina.

Incluía además el pago de la mano de obra, que podía ser hasta el 30 por ciento del total. De igual forma disponía de créditos desde cinco mil y hasta 10 mil pesos para acciones constructivas menores.

Extensión de beneficios

Con la aprobación del Acuerdo 7387 del Consejo de Ministros el pasado mes de junio, el alcance de estas medidas aumentó, tanto en los montos de las ayudas como en el número de beneficiarios y las posibilidades de pago.

Ahora se pueden añadir hasta cinco mil pesos cubanos (unos 200 dólares), destinados a pagar gastos de transporte.

Según Anselmo Pagés, representante de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de las reformas económicas emprendidas por el país, la ayuda para edificar en zonas sísmicas también creció hasta los 90 mil pesos cubanos (tres mil 750 dólares).

Otra de las novedades es que ahora pueden acceder a esta disposición los arrendatarios de inmuebles estatales y quienes habitan en ciudadelas. Anteriormente, solo los propietarios de las viviendas podían solicitar el financiamiento.

Pagés comentó que quienes necesiten recuperar o terminar una construcción de 25 metros cuadrados podrán optar por la ayuda, al igual que quienes pretendan solucionar problemas de obstrucciones o fugas hidrosanitarias.

El acuerdo también introduce la posibilidad de adquirir una amplia gama de productos de mantenimiento y construcción en las tiendas en divisas.

Hasta su aprobación, los subsidiados solo podían comprar en esos establecimientos cemento P-350, mientras que el resto de los renglones los obtenían en los que comercializan en pesos cubanos.

Ahora podrán obtener desde instalaciones sanitarias, pinturas y elementos de plomería y electricidad hasta revestimientos de paredes, entre otros.

La venta de materiales es otra prioridad para la concreción de estos proyectos. Como informó Pilar Fernández, jefa del grupo de ventas minoristas del país, en lo que va de año la comercialización creció en un 46 por ciento con respecto al 2012 y se recaudaron cifras superiores a los 650 millones de pesos.

Hasta marzo del 2013, más de 33 mil personas se beneficiaron de una u otra manera con esta iniciativa.

A estas novedades se agregan la autorización en el 2011 para la compra y venta de viviendas, además del desarrollo de la producción local, con innovaciones locales y otras como el cemento ecológico en el que la isla, junto con Suiza, es puntera a nivel global.

 

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