Siguen los kilogramos dorados, y se sumaron pelotaris

Siguen los kilogramos dorados, y se sumaron pelotaris
Fecha de publicación: 
27 Octubre 2011
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Guadalajara.― La alegría y satisfacción de ser campeón se dibuja en sus rostros, besan la medalla y entonan el himno nacional. Es una sensación única el saberse los mejores en la fiesta deportiva de América.

Justamente así se sintieron el pesista Javier Vanega, rey de los 94 kilogramos con biatlón de 370 (170-200), y los pelotaris Rafael Hernández-Assuán Pérez reyes de estreno en la paleta con pelota de cuero varonil a 36 metros, nada menos que ante los anfitriones  Rodrigo Ledesma y Francisco “Pachi” Mendiburu, en tres sets (15-12, 14-15, 5-2).

 

Rafael Fernández y Azuán Pérez lograron el título en la pelota de cuero frontón a 36 metros

 

“Vine por esos totales acá, es un oro sumamente importante en mis primeros juegos y un paso intermedio en mis aspiraciones mundialistas, no podía forzar mucho para no desgastarme”, explicó el granmense, tras dedicarle emocionado el triunfo a sus abuelos y el pueblo cubano. En bronce quedó el ecuatoriano Eduardo Guadamud 365(165-200), quien vio esfumarse la plata por el último ejercicio de envión del venezolano Herbys Márquez 365 (162-203), pero de menor peso corporal.

“Mi ejercicio principal es el arranque, cuando logré los 170 disminuyó la presión y le entré más cómodo al envión. Mis primeros movimientos me generan un poco de estrés, pero luego al calor de la competencia se termina la presión. Ha sido muy importante ganar este oro en la fiesta de América, fundamentalmente porque el morocho Márquez, al igual que en los Juegos del ALBA, me superó en el envión, pero no pudo con mi total esta vez. En París, buscaré hacer secuencia perfecta en mis seis pruebas, sé que si hago eso tendré un mejor resultado. Hasta ahora inicié esta etapa decisiva con el pie derecho”, ahondó henchido de orgullo y sosteniendo su presea.

Estremecieron la Unidad Deportiva Revolución, ante la avalancha de aficionados eufóricos, esos fueron Pérez y Hernández, no tenían pronóstico dorado, aunque ya habían enseñado las garras, al vencer en la clasificatoria a los aztecas, e igualmente en el tie break a los argentinos y doble monarcas Luciano Callarelli y Carlos Dorato (15-11, 14-15, 5-0), quienes por diferencia de puntos quedaron fuera de la final y tuvieron que conformarse con la presea de bronce.

Sometidos a un esfuerzo físico extremo nuestros representantes, pues salvo los partidos ante venezolanos y uruguayos, todos fueron a definición en el parcial de desempate a cinco tantos.

El premio, una corona histórica, su contribución al medallero en la disputa del segundo lugar con Brasil y el respaldo de todo el pueblo de Cuba, desde ahora y hasta su llegada.

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