Sandrine Bonnaire: detrás de las cámaras es diferente
especiales

Llegó como una de las invitadas al 16 Festival de Cine Francés y muchos la reconocieron. Es ella, la rubia del vestido con tirantes, identificaron algunos periodistas y participantes de una de las primeras actividades de la cita, donde se homenajeaba a su colega el clown, actor y realizador Pierre Etaix.
Hace solo tres semanas estuvo por primera vez en Cuba para disfrutar de unas vacaciones y quedó impactada. Me siento como en casa, comentó a Prensa Latina la laureada actriz.
Ahora regresa al encuentro que proyecta lo más actual del séptimo arte de esa nación europea. Pero su visita no es como actriz, sino también como realizadora.
Trajo al público cubano su documental Ella se llama Sabine, su segundo trabajo tras las cámaras, en el que pone al descubierto los avatares de su familia en el tratamiento a su hermana, que sufre autismo.
Durante 25 años la cineasta estuvo al tanto de la enfermedad de Sabine, diagnosticada primero con un leve retraso mental. Cámara en mano, captó momentos de su niñez y adolescencia. A ella, relató Sandrine en una entrevista, le encantaba que la filmara. Me lo solicitaba con frecuencia, e incluso le gustaba actuar. Se volvía más tranquila y concentrada, se sentía más bien consigo misma.
Más allá de reflejar la cotidianidad de su familiar enferma y la situación hogareña, es una denuncia a las consecuencias de un diagnóstico tardío de la patología.
Quería reflejar un retrato de ella, pero más bien abordar las secuelas que generó desconocer durante casi 32 años su verdadera enfermedad. Sabine es una heroína, expresó a Prensa Latina.
Con sus casi cuatro décadas ya no puede viajar, pero cada vez que llego a algún lugar con este documental, ella está conmigo. Constituye para mí un símbolo, un llamado de atención sobre este tema que ya es universal.
Proyectado en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes en 2007, un año después mereció el Globo de Cristal como mejor documental y otros significativos premios. Logré llegar a la gente, sensibilizarlos con este tema. Durante tres años patrociné en Francia la jornada dedicada al autismo, señaló.
Impresionada con la acogida del festival en la isla y la cantidad de público que asiste a las salas para disfrutar del cine galo, Bonnaire destacó el impacto de este acontecimiento cultural.
Es muy fuerte, y conozco cómo a los cubanos les interesa la filmografía francesa. Los considero personas cultas, pues además les apasiona dominar otros idiomas, como el francés. Muchos aprenden cada año esa lengua, destacó.
Del cine cubano tiene pocas referencias, pues a su país llega poco esa cinematografía. Solo he podido ver Fresa y Chocolate, la cinta de los realizadores Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, la carta de presentación de Cuba a los Oscar en la categoría de mejor cinta extranjera. Me gustó mucho, señaló.
Pero Bonnaire es bien conocida en Cuba por varias de sus cintas, una de ellas La jugadora (2009), de Caroline Bottaro, un filme concebido como retrato a la artista, con puntos encontrados con Helene, apasionada y ganadora de campeonatos de ajedrez. Ambas tienen una voluntad y tenacidad inquebrantables, destacó la directora en una entrevista con motivo del estreno de la película.
Una cinta que me consagró en el cine, señaló la actriz en un encuentro con la prensa, a propósito de la cita habanera.
Con ella me di cuenta de que ya sobrepasaba los 40 años y eran tres décadas dedicadas al cine, en el que fui acogida por muchos realizadores.
Entonces reflexioné sobre esto y quedé convencida de algo: para actuar hay que tener deseos, y cada día se torna más complejo seleccionar el tema para una película.
Llegué a la conclusión, relató, de que si no tienes deseos en un determinado momento, debes dedicarte a otra cosa. De ahí surgió la idea de mi primer filme de ficción, y después el documental. Me di cuenta de que la realización no está alejada de la profesión de actor.
Hacer cine, dijo, es contar una historia y estar al servicio de ella, y al actuar estás comprometida con el personaje. Estar detrás de las cámaras me complementa. Es una continuidad del actor, pero algo diferente, subrayó.
Añadir nuevo comentario