Ola de violaciones estremece la capital india

Aún traumatizada por la violación de una estudiante en diciembre, pendiente del estado de salud de una niña de cinco años abusada hasta con diversos objetos, Delhi volvió a estremecerse hoy por otro infame ultraje.

El drama de la fecha tuvo por víctima a otra niña, esta de 13 años, quien fue vejada por ocho hombres que antes la secuestraron y llevaron a una casa en las afueras de la ciudad.

Tres de los sujetos ya fueron capturados, pero la capital india vacila entre la vergüenza, la ira y el dolor: en los primeros tres meses de este año la ciudad ha sido aterrorizada testigo de 393 violaciones, una gran parte de ellas a menores, y a menudo con resistencia por parte de la policía a atender las denuncias.

En la madrugada de este sábado fue arrestado a casi mil kilómetros de aquí al profanador de una niña de cinco años a quien mantuvo durante dos días encerrada, sin agua ni comida y sometida a constantes violaciones, incluidas con velas y botellas.

El acusado es un hombre de 25 años a quien su esposa acababa de abandonar.

Con serias lesiones internas, la niña es atendida en un hospital capitalino donde desde ayer confluyen cientos de insultados ciudadanos para exigir a las autoridades castigos más severos para los responsables de semejantes actos de barbarie y garantizar la seguridad de mujeres y niñas.

La tragedia, empero, no es exclusiva de Delhi: en toda la India se producen a diario decenas de violaciones, sin contar las que no se denuncian por temor al rechazo social o a las represalias de los violadores, que en no pocos casos son familiares o conocidos cercanos.

Los últimos hechos de este género tienen lugar apenas unas pocas horas antes de la llegada aquí de la relatora especial de Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, Rashida Manjoo.

Hace unos días, al anunciar su visita desde Ginebra, la funcionaria declaró tener la intención de estudiar en la India las causas y consecuencias de este fenómeno en su sentido más amplio.

"Acontecimientos recientes, como la tragedia de una joven que fue brutalmente violada, proporcionan una oportunidad para seguir reflexionando sobre las leyes, políticas y prácticas, así como acerca de los obstáculos y desafíos que entorpecen su aplicación efectiva", dijo.

En la noche del pasado 16 de diciembre, a bordo de un ómnibus que circulaba por Delhi, seis hombres violaron a una joven estudiante que murió 13 días después a causa de las lesiones internas que le provocaron los rufianes al usar también una barra de hierro para ultrajarla.

El suceso desató una oleada de protestas por la inseguridad en la India, donde cada 20 minutos una mujer es víctima de un asalto sexual, y colocó el tema como una constante en los medios locales e internacionales de prensa.

"La India está en un momento único en la historia para encarar la cuestión de la violencia contra la mujer y hacer avanzar sus derechos", comentó Manjoo.

Los últimos sucesos constituirán, de seguro, una nueva motivación para su trabajo.