Guillermo busca otro eslabón para su cadena de podio

Guillermo busca otro eslabón para su cadena de podio
Fecha de publicación: 
1 Abril 2013
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Libre de lesiones, enfocado, fuerte, sonriente, fiel a esa compenetración envidiable con su mentor Isbel Luaces (20 de julio de 1975), y sin dejar de pensar en su pequeña Amanda, porque la nostalgia, cuando se está lejos del hogar y los seres queridos, puede pesar tanto como cualquier otro lastre psicológico.

 

Así encara el jabalinista Guillermo Martínez (28 de junio de 1981) su rutina diaria en el Estadio Panamericano. Por estos días un  tanto más alegre, tras haber quebrado el récord para la Copa Cuba (84.68) con 85.59 metros.

 

Confieso que ni el Guille ni yo somos supersticiosos, pero esa tarde en el Estadio Panamericano todos los breaks rompieron a su favor:

 

Su timonel Isbel, también lleva el signo cáncer en el zodiaco, como el agramontino e incluso este reportero, vestido todo de blanco, muy pendiente a su pupilo desde el calentamiento, lo incitaba a ser paciente, velar por la técnica, buscar fluidez y jugar con el aire, hasta que…

 

Fiel a esas indicaciones y con el aché adicional del atuendo de su entrenador el Guille envió el dardo en su segundo intento a tierra de nadie, los mencionados 85.59 metros. Festejó a lo Hulk, alzando ambos bíceps, en un contraste de ébano, verde y naranja y los tenues rayos de sol persistentes aún.

Así se sacudió de una marca que desde que recaló en el escaño 16 en Londres (80.06) se le antojaba maldita: superar los 80 metros, por si fuera poco exhibía en su dorsal el número 380. Coincidencias que para nada se le antojaron perturbadoras.

 

Dicho registro le reportó además otras gratas noticias como el hecho de pasar a comandar el incipiente ranking mundial por delante del alemán de 21 abriles Thomas Röhler (83.26), y conseguir la marca A mínima exigida por la IAAF de 83.50 para concursar en la lid del orbe de Moscú.

 

Justamente ese rendimiento le permitió al agramontino pensar en extender en la capital rusa su cadena de preseas en lides universales, luego de Berlín 2009 (plata con 86.41) y Daegu 2011 (bronce y 84.30).

 

A la cita moscovita llegará con 32 años, muchos de ellos de total entrega luego de que se iniciara en el atletismo en la escuela Primaria Grandes Alamedas de su natal Camagüey; compitiera en eventos múltiples entonces, —incluso exhibe un 2.18 de marca personal en salto de altura superior a los 2.16 que le merecieron el oro a Víctor Moya en la propia copa Cuba—, pero al decir de Luaces posee todos los parámetros para conquistar su tercera presea en cinco ediciones de justas del orbe. Ambos accedieron a conversar con Cubasí sobre el estado actual de la preparación y otras cuestiones:

 

“Por su constitución física, Guillermo es un atleta que ronda los 120 kg de peso en etapa de entrenamiento. Compitió con 117, necesita sentirse fuerte y ligero a la vez para conjugar esa condición con la técnica y así optimizar sus disparos. La materialización de una buena ejecución depende de la sincronización de la carrera de impulso con el esfuerzo final, coordinación que producto de lesiones y otros inconvenientes perdió antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.”

 

Sobre la técnica profundizó el Guille: “La temporada pasada perdí la fluidez en la carrera (nueve pasos de impulso por cinco de cruce). De eso y el esfuerzo final —consiste en el movimiento rotacional y acción del lado derecho, el izquierdo funciona como una especie de puerta para liberar toda esa fuerza—, dependen mis resultados. Claro, tras tantos años, he compensado explosividad, fuerza, técnica y sincronización, elementos que se combinaron con una carrera fluida en la Copa Cuba y ya ves.”

 

¿Rumbo a Moscú?

 

Isbel: Tenemos la intención de  iniciar el periplo estival en Shangai, segunda parada de la IV Liga de Diamante. Allí buscar una marca parecida y luego incrementar  volumen y registros en cinco o seis confrontaciones previas al certamen del orbe.

 

Guillermo: Voy en busca de otro eslabón para mi carrera, otra medalla.

 

¿Momentos…?

 

El más grande Berlín 2009, ese subtítulo mundial vino acompañado del nacimiento de mi pequeña Amanda. El más doloroso, Londres… ni siquiera accedí a la final. Fue ver derrumbarse como un castillo de naipes el trabajo y la estabilidad de todo un cuatrienio.

 

Otra cábala para terminar, cuatrienio y por coincidencia justo poco más de cuatro meses le restan a la yunta Guillermo-Isbel para encontrar su tercer eslabón de podio mundialista. El tiempo corre, confiemos en que los dardos vuelen, si es igual o superior a su cota de 87.20 metros, mucho mejor.

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