De fiesta artística la universidad cubana

De fiesta artística la universidad cubana
Fecha de publicación: 
25 Marzo 2013
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El centro del país recibió la fiesta cultural universitaria por excelencia: el Festival Nacional de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), momento en el que los estudiantes de la educación superior de todo el país mostraron sus aptitudes y actitudes en las diferentes manifestaciones del arte.

Nos precedieron 20 ediciones en las que no han faltado los nervios ante un público siempre exigente, la pintura que impresiona por su poderío visual, la voz que resalta por su color y fuerza o la literatura capaz de emocionar, aunque no domine muy bien los tecnicismos.

Los inicios de estas festividades, porque así las considero, amén de la competitividad, se remontan a la década de los sesenta con una amplia participación de los diferentes sectores estudiantiles: los pioneros, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y los propios universitarios así como los trabajadores a través de los sindicatos. En 1963 se organizan los primeros festivales con diferentes estructuras organizativas.

Desde el comienzo de los Festivales Nacionales, estos se han adecuado a la austeridad económica que demanda el país, en un serio esfuerzo por mantener, preservar y desarrollar este importante evento que, a la par de la formación académica, contribuye a preparar un futuro profesional más integral, sensible y creativo.

Es quizás por eso que el Ministerio de Cultura lo haya reconocido como el de mayor nivel y calidad en el país, abalado por su sistematicidad y proyección social. Decenas de nuestras unidades artísticas ostentan la categoría superior otorgada por jurados especializados del Consejo de Casas de Cultura.

Estos certámenes han sido la cantera para disímiles artistas que hoy gozan de un altísimo prestigio, como el cantante Waldo Mendoza, a quien su paso por los festivales le ayudó a encaminar su vocación definitiva por la música. Asimismo les ha sucedido a varios integrantes del proyecto de la Trovuntivitis del centro cultural El Mejunje, de la capital villaclareña, para quienes los festivales fueron la “prueba de fuego”.

En la historia de estas competiciones no podemos olvidar la presencia de varios conjuntos con una larga trayectoria, algunos acumulan más de 30 años y que han llevado a varias naciones lo más tradicional de la cultura cubana. Destacan las agrupaciones músico-danzarias Cinco de Diciembre, de Villa Clara; Maraguán, de Camagüey; Telón Abierto, de Ciego de Ávila; y Tres de Diciembre, de Santiago de Cuba.

Con trazos y colores

Más de una veintena de obras de diferentes formatos y técnicas adornaron la galería del centro cultural El Mejunje, de Santa Clara, en una exposición que evidencia el talento de los artistas aficionados a la manifestación de artes plásticas.

Los asistentes pudieron apreciar obras fotográficas de elevada calidad como la titulada Serie 3, de la autoría de Israel Moya que deslumbra por el excelente tratado del cuerpo femenino así como la pieza El recuerdo de La habana, de Eulalia.

La muestra rescató la ancestral técnica japonesa del origami en diseños coloridos y delicados, confeccionados con maestría y destreza. Asimismo, destacó la instalación habanera que lleva por título 7 formas de morir en el jardín, una obra que impactó por su color y por la dura realidad que recrea.

Sergio Abel Rojas, estudiante de segundo año de Medicina en la universidad médica de la capital trajo su pintura Tu Kola, un rejuego entre la popular bebida y el fenómeno social de la cola física.

“Utilicé códigos propios del retrato con la técnica de la aguada (mezcla entre grafito y agua) para construir una pieza monocromática, lo que ayuda a la recepción del mensaje, pues le impregna mayor emoción a la composición que revela este fenómeno tan traumático para el cubano, las colas”, refirió a CubaSí.

Para él, exponer ante el público universitario de todo el país significó un gran reto, porque muchos tienen una gran cultura y son muy exigentes a la hora de valorar su trabajo.

Durante los días del festival estuvo abierta esta muestra que exhibió piezas de aficionados provenientes de Ciego de Ávila, La Habana, Santiago de Cuba, la provincia sede, entre otras y que confirmó que, muchas veces, el talento no necesita títulos, basta solo con el ingenio y la creatividad.

Y a través de Elizabeth… Yislianis

 

FEU

A Yisliani Placencia Castro el teatro la lleva a la cúspide de todos sus sentimientos. Estar en escena la transforma por completo, aunque cuando uno conversa con ella se denota a esa misma mujer desinhibida y simpática que hace solo unos segundos cautivó al público con una fuerza interpretativa voraz.

Así pudieron comprobarlo quienes asistieron a la Sala Margarita Casallas del Mejunje en la primera jornada teatral de esta edición 21 del Festival Nacional de la FEU que convocó a 15 espectáculos durante tres días. Allí encarnó a Elizabeth, una muchacha colmada de complejos, sentimientos encontrados y soledad, cuyo sueño es ser actriz, pero se ve limitada por las frustraciones que la atacan, debido a su obesidad.

“Es un personaje que se pasa toda la vida idealizando a los hombres. Vive en un ambiente disfuncional, pues todos la critican, sienten asco hacia ella, todo su mundo se erige entorno a la gordura”, comentó Yislianis.

Es de ojos vivos, intranquila, pequeña de estatura, pero gigante en su interpretación, a donde, cuenta, llega sin nervios y acude a su ídolo: Corina Mestre, quien la acompaña espiritualmente durante cada presentación. Su unipersonal Una gorda con sentimiento evoca a grandes figuras del mundo artístico y enlaza situaciones hilarantes con momentos dramáticos, que le impregnan a la puesta un gran dinamismo.

Según Delvis del Pino, especialista de teatro de la Universidad Pedagógica de Villa Clara, Yislianis se hizo dueña del escenario y desarrolló completamente su personaje con facilidad, para entregarnos una interpretación magistral.

-¿Qué quiso trasmitir Yisliani con esta pieza?

- Creo que el significado más alto de la obra es que tenemos que estar abiertos a la pluralidad en todas sus formas y más en el mundo actual. Sí existe discriminación en todos los sentidos: discriminación por el color de la piel, por la gordura, por la preferencia sexual… y la diversidad tiene que ser plena.

Resulta esta su primera y última participación en una competencia de este tipo, pues se gradúo hace dos años de Filología en la Universidad Central y ahora se desempeña como profesora de Teoría Socio-Política. Siempre ha estado vinculada a los festivales de base en su facultad como actriz y en la codirección, pero su historia va mucho más allá, pues la mayoría la consideran el alma de estas festividades.

- ¿Cuánto tiene Elizabeth de Yislianis?

- Yislianis es Elizabet. Es todo porque, además, a la hora de concebir el texto conté mis experiencias personales, pasajes muy íntimos míos, me atreví hoy por primera vez a hacer un desnudo, precisamente porque era una atadura que tenía, de no enseñar mi cuerpo, de no mostrar nada. Me inspiré en la situación similar de la película La bella del Alhambra y pienso que los espectadores lo recibieron bien.

-¿Cómo viste la competencia?

-Hay bastante calidad en las obras. Hay grupos que tienen muchos recursos tecnológicos, de vestuario. Yo creo que el teatro mío es muy pobre, pero considero que al público le gustó, y si cojo o no premio eso no es lo importante. La satisfacción mayor estuvo cuando ese público se puso de pie cuando concluyó el unipersonal. Como esa reacción, ninguna.

En la “locuridad” coral

En una verdadera fiesta de voces devino la competencia coral de este festival nacional de la FEU, adonde acudieron cuatro agrupaciones de diversas universidades del país, una presentación única que deleitó a los presentes, cargados de emoción en la sala de concierto de la santaclareña Casa de Cultura Juan Marinello.

FEU

 

Los coros Lux Carmini, de Ciego de Ávila, All vento, de la Universidad Central, la Coral Universitaria de La Habana y Ecos, proveniente de Santiago de Cuba animaron con sus interpretaciones, que denotaron el alto grado de preparación y esfuerzo en busca de salir vencedores de este convocatoria.

Yenia Morales, del coro habanero y participante por primera vez en el festival, manifestó que la preparación para la cita del arte universitario fue muy intensa y que estar aquí es una especie de “locuridad”, pues el movimiento es constante.

Sonoridades suaves, casi angelicales en combinación con otras más enérgicas y de registros más fuertes, introdujeron al auditorio en una serenidad casi misteriosa. Se escucharon temas cubanos, en inglés, de estirpe religiosa, sudafricanos, todos ejecutados con un excelente dominio escenográfico e interpretativo.

El director del coro de la Universidad oriental, Ariel Rodríguez León, comentó que le sorprendió la fuerza con que los veinte integrantes de su colectivo asumieron la actuación, pues para ellos el camino para llegar hasta aquí no ha sido particularmente sencillo. Sin embargo, su trayectoria los presenta como uno de los conjuntos más consolidados, ya que acumulan premios de oro y gran premio en anteriores ediciones.

La representación avileña nos regaló las obras Adestes Fideles y La Maza así como la pieza Cannon rock, acompañados por el solista-instrumentista Arián Rodríguez. La agrupación fue la encargada de “romper el hielo” y dejó en el escenario las vibraciones de quienes viven el arte a plenitud.

Para Javier Alejandro Brito, solista-integrante de la cantoría All Vento, de la universidad villaclareña, alegó sentirse realmente nervioso pero a la vez confiado por el apoyo recibido por parte del coro, el cual protagonizó una presentación movida y ovacionada.

Los encargados de evaluar a los noveles cantores son especialistas y metodólogos del Consejo Nacional de Casas de Cultura, para quienes la decisión no estuvo nada fácil, pues aunque las agrupaciones evaluadas fueron pocas, la calidad la superó con creces.

La música a sus anchas

El programa colateral de la fiesta del arte universitario trajo al Museo de Artes Decorativas santaclareño un encuentro donde la música de concierto anduvo a sus anchas: piezas al piano y voces perfectamente acopladas matizaron la jornada que, pese a no ser competitiva, no decayó en calidad artística.

Los coros de la universidad oriental y de la capital presentaron parte de sus repertorios y al final entremezclaron sus voces en la canción We are traveling,  momento sumamente grato para los asistentes y enriquecedor para ambos conjuntos corales.

FEU

 

Así lo manifestó la directora de la Coral Universitaria de La Habana,  Damarys Gómez García, para quien esta interacción devino en una empatía muy agradable. “Siempre les digo a mis alumnos que canten con grandeza de ánimo para establecer una comunicación con el público, que se conozcan a sí mismos para que después puedan interpretar las canciones”, comentó la directora, quien ya cuenta con seis participaciones en los festivales nacionales.

Nasin Salomón Ismael, estudiante de Periodismo de la Universidad Oriental y solista de la cantoría Ecos, después de interpretar el tema Mulata, de Miguel Matamoros refirió que “estar aquí es maravilloso, no solo por visitar otra provincia, sino por compartir con personas que muestran su estilo cultural muy diverso al mío y del cual podemos aprender mucho”.

En relación con la experiencia de cantar junto a los habaneros contó que nunca pensó acoplar tan bien con ellos, pese a no haber ensayado anteriormente y le sirvió para escuchar otro estilo diferente al de su conjunto, el cual definió como  “potente”.

A la sala de conciertos del museo colonial también llegó Magdie Batista, pianista de la universidad de ciencias médicas guantanamera para regalar la obra Éxodo. “Con este festival me he dado cuenta del gran potencial artístico de nuestro país, no solo en la música de concierto sino en todas las demás manifestaciones”, expresó.

Para este futuro médico, la música de concierto le permite transmitir las emociones que no puede con su voz, un empeño que se hizo visible para el público amante de la música más reposada, pero no por eso, menos reconocida.

A esta cita universitaria acudieron cerca de 400 estudiantes, quienes por unos días sacaron a la luz sus dotes para el arte, esa que les permite a las personas mirar la realidad con un prisma diferente, colorearla, transformarla y sobre todo, sentirla.

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