Día Mundial de la Alimentación: Paradojas frente al plato (+ VIDEO)

FOTOS Armando Santana

Enfrentarse a un “Mapa interactivo del hambre” es como recibir un puñetazo en pleno rostro. No solo por lo que en él puede verse, sino porque la propia indicación de hacer clic en la línea cronológica o de ver el mapa a pantalla completa, entraña en sí misma un gran sinsentido. Con tan solo el precio del mouse, es probable que uno de los mil millones de seres humanos que hoy padecen hambre, pudiera atenuar esa aniquilante sensación.

Qué decir entonces de este mundo al revés en que la gente se muere de hambre por montones, sobre todo en el continente africano, mientras los Estados Unidos este año superarán los 700 mil millones de dólares en gastos militares, el 43 por ciento del presupuesto militar global. En tanto 450 mil niños  somalíes entre seis meses y cinco años están en riesgo de morir por malnutrición severa, una famosa conductora de televisión y modelo decide abrir un hotel para perros, y hay quien compra en subasta, por teléfono, el diamante más caro del mundo, pagando 32 millones de euros. Da “vergüenza tener frío/y arrimarse a la estufa como siempre/tener hambre y comer/esa cosa tan simple”, como diría Mario Benedetti.

En vísperas del Día Mundial de la Alimentación, este 16 de octubre, la propia Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura en un informe de este lunes que, lejos de aclararse el panorama a favor de un mundo donde sus habitantes pudieran tener cubierta la vital necesidad de nutrirse, los precios de los alimentos seguirán subiendo, perjudicando de manera particular a las naciones importadoras netas de alimentos.

Tan solo el pasado 2010, los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos gastaron 164 mil millones de dólares en importarlos,  cifra que se erige en récord histórico y representa un aumento del 20% con respecto al año que le antecedió.

Volatilidad es la expresión con que han llamado  a las constantes y drásticas variaciones de los precios de los alimentos, del alza a la baja y viceversa.

Especialmente la subida significa una amenaza bien compleja a la seguridad alimentaria de  los países en desarrollo, al punto que el Banco Mundial indicó que en el período 2010-2011 tal aumento en los costos condujo a  la pobreza extrema a unos 70 millones de personas.

Justo el enfrentar tal volatilidad será el centro de las convocatorias por el Día Mundial de la Alimentación, en el que, al decir de la FAO, la comunidad internacional se propone analizar las causas de la variación de los precios de los alimentos y reducir las repercusiones negativas de ese fenómeno.

Vale la buena intención, incluso la petición que, promovida vía Internet por ese órgano internacional, pretende poner fin al hambre. Pero solo la voluntad política de los gobiernos, y especialmente de los poderosos, podría poner orden en este sensible y vital tema, que en el presente también se ve afectado por la expansión sin freno de los biocombustibles.

El patio de mi casa

Aunque evidentemente no hay buenos motivos para celebrar el Día Mundial de la Alimentación; Cuba, por su parte, dio inicio a la jornada por ese día con una carrera popular el pasado 10 de octubre, y, se prevé hacer coincidir el acto central con el Taller Internacional sobre Horticultura Urbana y Periurbana, concebido por la FAO e instituciones cubanas para realizarse en La Habana entre los días 17 y 20 de este mes.

Más allá de actividades concretas con motivo del Día Mundial de la Alimentación, esta mayor de las Antillas se encuentra involucrada en profundas transformaciones en su economía que también conciernen a la situación alimentaria.

Entre las numerosas acciones que se han seguido, destaca por su trascendencia la entrega de tierras ociosas para elevar la producción de alimentos que tiene lugar desde hace tres años,  y de la que se ha derivado que más de 178 mil personas, miles de ellos jóvenes,  se encuentren hoy trabajando en 1.2 millones de hectáreas que antes eran improductivas, según declaró al periódico Grama el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez.

A la  anterior disposición se agregó este agosto la rebaja de hasta un 60 por ciento del precio de insumos y equipos agrícolas para viabilizar el quehacer de esos nuevos productores, a la par que se estimula la agricultura urbana, con más de diez mil hectáreas de tierra para el cultivo de vegetales y hortalizas.

Muchos e importantes han sido los eventos dedicados a la producción de alimentos en Cuba, al punto que la más reciente sesión de la Asamblea Nacional en agosto pasado enfocó en esa dirección buena parte de sus análisis. El propio presidente de la república, General de Ejército Raúl Castro, refirió ante el Parlamento que “Si bien los resultados en general son positivos,  persisten incumplimientos en la Agricultura, las industrias Alimentaria, Sideromecánica, Ligera y de Materiales de la Construcción a causa de errores en la planificación y falta de integralidad en la dirección de estas ramas de la economía.”

Tales errores y carencias en el sector alimentario pudieran estar asociados, por ejemplo, a los tres millones de hectáreas de tierra cultivadas en 2007, de una superficie agrícola total de 6,6 millones de hectáreas. Menos de la mitad estaba en explotación mientras que los desembolsos por importación de alimentos dejaban, y dejan, fuertes magulladuras en las finanzas del país.

 Lentamente la agricultura cubana parece levantar cabeza, pero para este 2012, y como anunció Raúl en su discurso ante el Parlamento cubano, la economía nacional continuará sometida a los efectos de la crisis económica global y a la escalada de los precios de los alimentos anunciada por la FAO.

Tal aumento de precios -que ahora se proponen encerrar en círculo rojo con motivo del Día Mundial de la Alimentación- es uno de los lastres con que cargará el Estado este año, en que se prevén gastar unos 300 millones de dólares adicionales para importar alimentos, también como paliativo al incumplimiento de algunos planes productivos.

Aun cuando las estadísticas indican que la producción agropecuaria creció en un 6,1 por ciento durante este primer semestre, ello no tuvo impacto en la disminución de las importaciones y tampoco, de manera sustancial, en la mesa del cubano. Un enjundioso artículo del colega René Tamayo, publicado en Juventud Rebelde, revela, sustentado por cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas, que “la venta en los mercados agropecuarios disminuyó 5,7 por ciento en valores; y los precios promedios para la población en el total de los rubros agrícolas y cárnicos subieron 7,8 por ciento”.

Además de la necesidad de “acelerar el perfeccionamiento del trabajo de dirección de los organismos y el desempeño de las empresas y otras instituciones y redoblar la recalificación de los dirigentes en todos los niveles para hacer realidad el contenido de los Lineamientos aprobados por el Congreso del Partido”, como indicara Raúl en la sesión ya mencionada de la Asamblea Nacional, un conjunto de expertos convocados por el programa Ángulo Ancho de Canal Habana, precisaron otros puntos donde era necesario ajustar clavijas para “Surcar lo posible”, como se nombró la serie de dos emisiones dedicadas al tema.

El ingeniero agrónomo Miguel Salcines López, hoy administrador del vivero Alamar, aseguró ante las cámaras que “Hacer regresar a los hombres a la tierra incluye reconocimiento no solo social, sino material  porque el mercado de trabajo ofrece hoy otras opciones muy atractivas y con resultados. Hay que priorizar a los hombres del campo. ¿Y es realmente el agrónomo el más importante? ¿Recibe un tratamiento como tal? Es necesario que el hombre se vaya a la tierra, pero que encuentre en la ella la solución a su nivel de vida. Hay mucho talento en Cuba que se premia, como el artístico, ¿son reconocidos los talentos de la agricultura?”

Aunque las matrículas en estudios para técnicos agropecuarios subieron este curso de manera significativa, lo cual no quiere decir que exista una enraizada vocación en los egresados  de Secundaria que optaron por ese camino. Tal falta de “fijador” se tradujo también en los escasos aspirantes a carreras de perfil agronómico que llenaron boleta de cara a este curso escolar. Y ello también tiene una relación directa con el presente y futuro de la producción de alimentos en la Isla, con las motivaciones e incentivos para ello.

Por eso, complementando lo dicho por Salcines en el espacio televisivo de este verano,  la también ingeniera agrónoma e investigadora Mavis Álvarez  al referirse a la necesaria “recampesinización” y a los incentivos que deben acompañar esta vuelta de la fuerza laboral al campo apuntaba: “De la misma manera en que antes se produjo la migración del campo a la ciudad, ahora tiene que haber un proceso de vuelta, basado en el estímulo a quien produce. Hay que incentivar y volver a trabajar, porque en el país hay una cultura de producir, no solo de consumir. Pero habrá que ir cambiando la óptica si de verdad queremos lograr eso que se llama seguridad alimentaria.”

Las ópticas van cambiando fronteras adentro, pero, en el mundo… quizás no abunden los motivos para mucho festejo por el Día Mundial de la Alimentación este octubre 16. Que lo digan si no los casi mil millones de hambrientos que hoy avergüenzan al planeta, los 55 millones de niños con desnutrición severa, o los 10 mil de ellos que mueren cada día y  nunca sabrán de ese mapa interactivo sobre el hambre en el mundo, al cual se accede con un clic, tan fácil para algunos y terrible para otros como llevarse una cucharada de comida a la boca.