Exponen jóvenes artistas en Camagüey

Exponen jóvenes artistas en Camagüey
Fecha de publicación: 
5 Noviembre 2012
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Incursionar en el cine al margen de los centros de poder y plantear un discurso desde una óptica joven y cuestionadora de su realidad social es el móvil fundamental de la propuesta camagüeyana Hieroscopia*, presente en la galería Larios y en la sala de video Nuevo Mundo, de Camagüey.
 
La muestra integra el compendio de obras que alrededor de doce jóvenes realizan, desde hace cuatro años, alejados de cualquier institución cultural y que, por fortuna, el Consejo Provincial de las Artes Plásticas ha decidido apoyar con el objetivo de promover nuevos talentos de las artes visuales, en una de las ciudades con mayor tradición de esa manifestación en Cuba.

Graduados en su mayoría de instructores de arte, los muchachos decidieron aventurarse como equipo bajo el nombre de El cuchillo de Macbeth. Dayron Porrúa fue el ideólogo inicial del proyecto. Él dirigió el primer trabajo, Oledor de Pólvora (2007) y a partir de allí comenzaron a plasmar su mundo en buenos intentos  de cortometraje, documental, ficción y videoarte.

Además de los audiovisuales,  Hieroscopia  propone —mediante la técnica mixta, el acrílico sobre el lienzo, la instalación y la fotografía digital— un análisis de la sociedad cubana contemporánea. Plasman sus ideas sin tapujos ni complejos dentro de una manifestación artística sumamente contradictoria.

Aunque entre ellos no hay jerarquía y todos colaboran entre sí a la hora de confeccionar sus propuestas; encabezan El cuchillo de Macbeth Pedro Navarro, Eyder Armas y  Javier Sánchez. Ellos esperan recibir apoyo de la Asociación Hermanos Saíz, la que integran desde abril de este año.

Eyder Armas explica los motivos de su unión. “Nuevitas —donde surge y se desarrolla el grupo— siempre fue un excelente sitio para la creación en la provincia, pero en los últimos tiempos nos hemos visto fragmentados y mucho de lo que hacíamos se quedaba en nuestras casa, alejados del público. Decidimos buscar apoyo entre todos, transformar el polémico panorama cultural del municipio, abrirnos paso en Camagüey, y en el resto del país”. 

Para Pedro Navarro, fundador del conjunto, una de las alegrías mayores llegó tras conocer que el documental Costas Extrañas (2009), dirigido por Dayron Porrúa, participaría —junto a dos de los entrevistados— en la pasada  muestra de jóvenes realizadores, organizada en el contexto del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

“Lo que empezó como un hobby se fue convirtiendo en una labor cada vez más seria. Después del Festival, y con el apoyo de Fernando Pérez, pudimos presentarnos en el cine Chaplin, en el Festival de Cine Pobre de Gibara y en el Almacén de la Imagen. También logramos ya nuestro propio espacio con la instauración en Nuevitas del evento Hieroscopia, alentados también por Jorge Luis Santana, presidente del Festival Internacional del Videoarte de Camagüey”.
 
Al mérito de “sobrevivir” como grupo se suman sus constantes creaciones, elaboradas con escasísimos recursos, pero que poco a poco elevan su valor estético y la calidad de sus mensajes, aun cuando los miembros del grupo defienden líneas de trabajo diferentes.

Los miembros de El Cuchillo de Macbeth optan por su propio estilo, explica Eyder Armas. “Nosotros tenemos la intención de lograr una serie de cortos que se realicen sobre la base de tres conceptos fundamentales. Primero, deben llevar por nombre Zona de Conflicto. Segundo, deben durar 60 segundos. Tercero, el protagonista debe estar en conflicto con su medio social o con otra persona de su entorno”.

La mayoría de los audiovisuales se realizan sobre los presupuestos del cine indie, el cine trash y el cine B, subgénero cinematográfico avalado en sus inicios como valor contracultural de una generación y una época, en momentos en que lo kitsch tomaba fuerza.

Como se sabe, con la aparición del postmodernismo la línea entre lo kitsch y el arte se tornó más borrosa. Si a principios del siglo XX teóricos como Theodor Adorno y sus colegas de Frankfort percibían en la popularidad de este movimiento un peligro para la cultura por integrar esa gigantesca industria —donde el arte es controlado y planeado por las necesidades del mercado—, a partir de los años 80 los postulados de la denominada estética camp vienen a defender el valor intelectual y social de lo kitsch, donde se subestima la estructura formal para dar más importancia al qué se quiere decir y al qué significado tiene. O sea: todo, o casi todo, cuenta.

Esta nueva forma de hacer cine cobró fuerza y en la actualidad excelentes filmes han surgido sobre la base del trash, lo indie y la serie B. El éxito de los camagüeyanos radica entonces —como me comentó una amiga— en un excelente esfuerzo por lograr que aquello que parece nada se convierta en arte.

* La hieroscopia, método de adivinación quizás importado de Etruria, consistía en examinar las vísceras de un animal que se acababa de degollar para deducir de ello indicaciones de la voluntad divina. En la Electra de Eurípides, Orestes, antes de matar a Egisto, le ayuda en un sacrificio cuyos presagios funestos anuncian el homicidio inminente:

Egisto toma de las manos de Orestes las vísceras sagradas y las observa. Al hígado le falta un lóbulo, la vena porta y los vasos vecinos de la vesícula biliar muestran a sus ojos manchas funestas. Orestes pregunta: ¿por qué tienes ese aspecto desolado? Extranjero, responde Egisto, temo una trampa de fuera. Tengo un enemigo mortal, el hijo de Agamenón, que está en guerra contra mi casa.  (Eurípides, Electra, v.826-833)

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