Demócratas: ¿Les favorecerá el voto anti-Romney?

La Convención Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos inició este martes su segunda jornada otra vez a la vista de numerosos de manifestantes que la cuestionan.

Como plato fuerte del día sus estrategas ofrecieron un discurso de la primera dama, Michelle Obama, una carismática mujer afroestadounidense, ideal para ser oída por esos sectores.

Unido a ello, también con evidente intencionalidad, el orador principal de la Convención será una figura hispana, Julián Castro, alcalde de San Antonio, Tejas, descrito por la prensa como “la nueva estrella” de los demócratas.

Tal selección apunta a reforzar la ventaja de Obama entre esa cada vez más importante comunidad electoral, sobre todo cuando, a la inversa, en sentido general es débil su simpatía por Romney.

Hay estados, como la Florida, uno de los que decide, en los que el voto hispano jugará un rol de gran peso el 6 de noviembre, la competencia Obama-Romney allí está bastante pareja, con la ultraderecha de origen cubano junto al segundo.

Las palabras del hispano Julián Castro como disertante principal en la Convención Demócrata, durante el horario de mayor audiencia radio-televisiva en Estados Unidos, lo llevará a transformarse en una personalidad de alcance nacional e, incluso, ya se adelanta, en un  posible candidato de elevada categoría.

Un mensaje de Obama al encuentro subraya que uno de sus objetivos fundamentales es salvar a la clase media, mientras se comenta que el lema de “cambio” esgrimido cuatro años atrás, en estos momentos muchos no lo ven como realizado.

Debido a eso, el nivel de desigualdad entre el uno por ciento de la sociedad y el 99 no cesa y el desempleo resulta muy alto para Estados Unidos, todo lo cual origina dudas y hasta expresiones irónicas en determinados sectores.

Entre los incumplimientos mencionan la promesa de cerrar la cárcel en la base naval de Guantánamo, detener las guerras, mayor control sobre el sector financiero, robustecer los derechos laborales y sindicales.

Eso último hace recordar el escenario en que tiene lugar la  Convención Nacional del Partido Demócrata, pues en Charlotte, su sede, los hoteles no tienen sindicatos, y el estado en que radica esa localidad, Carolina del Norte, echó adelante una ley que los prohíbe.

Debido a ello, indicó el periódico mejicano La Jornada en su edición de este martes, los sindicatos nacionales solo hicieron discretos aportes para los festejos que rodean el acontecimiento, aún cuando mantienen su tradicional respaldo a ese partido.

¿Debido a qué? Ayudó a responderlo un corresponsal del diario en Estados Unidos, David Brooks.

Al igual que muchos, escribió Brooks, estos sindicalistas solo conciben la reelección de Obama, “porque la alternativa de un gobierno Romney y el regreso a las políticas republicanas, es inaceptable”.

El periodista de La Jornada añadió que molesta a un gran número de personas que el jueves cierren la Convención en el estadio Bank of America, uno de los más beneficiados con el rescate financiero y las hipotecas causantes en parte de la crisis.

Mi colega Brooks dio a entender –y lo suscribo- que una parte considerable de los sufragios del 6 de noviembre podrían depositarse, más que a favor de Obama, contra Romney.