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Ante todo quisiera reconocer y agradecer el esfuerzo y trabajo diario que a nivel Nacional realizan nuestro Presidente, Ministros y otro personal, para buscar soluciones a todos los problemas que han surgido y se han agudizado ante la difícil situación por la que atraviesa la humanidad actualmente y por supuesto nuestro país, al que le resulta mucho más complicado aun resolverlos por todas las razones bien conocidas por todos. Me dirijo a Ud. porque es un excelente periodista, me gusta escuchar cada uno de sus reportajes y comentarios y ya en varias ocasiones ha hablado del tema sobre el cual le expongo a continuación y más que inconformidad, el sentimiento que me embarga ante cosas que suceden en el municipio donde resido, es dolor. Soy trabajadora del Sector de la Salud desde hace 30 años en este municipio de la Provincia Artemisa, incorporada en estos momentos al pesquisaje activo en la comunidad perteneciente a uno de sus Consultorios Médicos de la Familia (CMF). He visto la mayoría de las Mesas Redondas, Programas Hacemos Cuba, Noticieros de la TV Cubana y otros tipos de programas informativos que se han ido transmitiendo desde que se diagnosticaron los primeros casos de pacientes con COVID-19, con el principal objetivo de mantenerme informada para poder cooperar con todo lo que ha pedido nuestro Gobierno a la población con el fin de mantener la situación más favorable desde el punto de vista epidemiológico, teniendo el menor número de enfermos y por supuesto de fallecidos en nuestro país, así como volver a la normalidad lo más pronto posible. He escuchado en numerosas ocasiones las medidas que se han sugerido y tomado en otras provincias y municipios para priorizar la atención al personal de salud, fundamentalmente a los que estamos trabajando directamente frente a esta pandemia, pues laboramos de domingo a domingo y en nuestro caso en particular debemos salir a la comunidad para identificar personas que hayan sido contactos de pacientes confirmados, sospechosas o con cualquier enfermedad respiratoria, debiendo dirigirnos al CMF correspondiente para entregar la información recogida al médico o la enfermera, quienes se encargan de su posterior tramitación hacia el Policlínico del territorio; por lo que como es de imaginarse no podemos amanecer a las 5 o 6 de la mañana marcando en una cola para poder adquirir los productos, que como el resto de la población, necesitamos en nuestros hogares. Por otro lado, cuando terminamos de hacer nuestro trabajo y llegamos a los centros comerciales, ya las colas son de varias cuadras, repartieron los tickets o se agotaron los productos más importantes. En mi municipio inicialmente, el personal de salud a medida que iba llegando a los establecimientos, se iba intercalando entre el personal que estaba en la cola, parecido a lo que se hace con el plan jaba. Posteriormente, a partir del mes de abril, las autoridades locales y la Dirección de Salud decidieron llevar “algunos productos” para el Policlínico y allí distribuirlos entre los trabajadores, según un listado previamente elaborado y bajo el control de los compañeros del Sindicato. Sucede que las veces que han llevado productos no ha sido en las cantidades suficientes para que todos los trabajadores del sector que se encuentran trabajando puedan adquirirlos, pues como es lógico nuestra plantilla es numerosa. En estos momentos hay trabajadores que todavía no han podido comprar un paquetico de pollo. En una ocasión llevaron unos sobres de detergente de 3 kg y en otra unos pocos pomos de shampoo, que no alcanzó tampoco ni para la mitad de los trabajadores. Según tuve conocimiento se le dio shampoo a quien no había podido coger detergente. Quizás se pueda fregar con shampoo, pero ¿será saludable lavarse la cabeza con detergente? Solamente una vez llevaron un “módulo” compuesto por 1 lt de aceite, 2 paquetes de detergente, 4 jabones de baño y un paquete de chícharos verdes, en que la mayoría pudo adquirirlo, pero no obstante algunos trabajadores no alcanzaron. En el día de ayer se entregó entonces un “módulo” a los trabajadores de las Farmacias y estudiantes de medicina que están pesquisando, consistente en 1 lt de aceite, un paquete de detergente y un tubo de picadillo. Ayer vendieron en varios lugares perros calientes y hoy estaban vendiendo, entre otras cosas, gel de baño, pasta dental y aceite. Quisiera que alguien fuera al Policlínico a verificar si se nos llevó algunos de estos productos para vendérnoslo. Como consecuencia de esta decisión, la población del municipio y los compañeros encargados de organizar las colas fueron informados por parte del Gobierno que no había por qué dar prioridad a los trabajadores de salud; pues al Policlínico se nos estaba llevando “de todo”, y hemos recibido acciones de desagrado y malas contestas por parte de algunas personas que se molestan cuando llegamos y preguntamos si nos permiten pasar. En definitiva se nos niega esa oportunidad y si necesitamos comprar cualquier otro producto que se esté comercializando (papel sanitario, picadillo, puré de tomate, espaguetis, fideos, sazones, etc.) del mismo modo que lo necesita el resto de las familias Güireñas, no nos queda otra opción que marcar y hacer la cola y comprar pasadas 1…2…3 horas o simplemente no poder adquirir el producto porque se agote. El día 29 de abril me encontraba haciendo la cola para el pollo en una de las tiendas, pero como estaba con la bata puesta porque había ido para allá después de haber terminado mi pesquisaje, una señora que estaba detrás de los que éramos los últimos con tickets comenzó a manifestar su molestia e inconformidad porque no entendía por qué si a los trabajadores de salud nos estaban llevando de todo para el policlínico, yo tenía que estar allí haciendo cola para coger pollo “de nuevo”. Confieso que no pude contener mi indignación por la falta de respeto, de consideración y el desagradecimiento por parte de algunas personas y tuve que contestarle. Yo, que no había podido comprar aun mi paquetico de pollo por Salud Pública, estaba en aquella cola para comprar un paquetico de pollo para mi madre que tiene 80 años, es hipertensa y tiene trastornos psiquiátricos, y mi padre, que con 82 años, padece de hipertensión también y enfermedad de Alzheimer. Sigo en otro
lauraseco@infomed.sld.cu
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