«Terminator», ¿de buena fe? Neonazis amamantados en Ucrania

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«Terminator», ¿de buena fe? Neonazis amamantados en Ucrania
Fecha de publicación: 
20 Marzo 2022
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El actor Arnold  en su papel de Terminator.

Tal como no hace mucho comentábamos las impresiones que pienso eran sinceras del actor Sean Penn acerca de la operarión militar rusa en Ucrania, más reciente está la crítica realizada, este jueves 17, contra el presidente Vladimir Putin del también actor y exgobernador republicano de California, Arnold Schwarzenegger, quien lo calificó de mentiroso por haber esgrimido la desnazificación del país vecino como una de las razones para ello.

El famoso intérprete de Terminator, quien ha sido el único actor en realizar una película completa en la Plaza Roja de Moscú y afirma querer al pueblo ruso, se basa principalmente en que el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, es judío y tres de sus tíos fueron asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. 

Por supuesto que los medios occidentales han hecho su «zafra» con la declaración del actor austriaco, aprovechando, subrayo, que este nunca ha negado sus simpatías por la nación euroasiática.

Pero quizás Arnold no sepa que la jefatura del batallón neonazi de Azov se le rió en la cara y hasta hicieron burlas hirientes, cuando Zelenski expresó que debía estar bajo sus órdenes, porque era el presidente de Ucrania.

Si se va a la historia, y de esto no se habla mucho, judíos colaboraron con los nazis para conservar sus vidas, trabajaban en sus fábricas y hasta sirvieron de «chivatos» con el fin de ganar la confianza de los jefes de los campos de concentración, huyendo de la muerte mediante gases y posterior despellejamiento para que sus pieles fueran parte de lámparas u otros artículos domésticos.

Pero mucho más reciente es la revelación de que el ejército estadounidense entrenó a los neonazis en Ucrania, contribuyendo a su extensión dentro de las agencias del Estado.

El exoficial de Inteligencia del Cuerpo de Marines, Scott Ritter, dijo al diputado británico George Galloway que «los ejércitos estadounidense, británico y canadiense entrenaron a neonazis afiliados al batallón Azov en Ucrania, que luego tomaron el poder en el país».

Ritter afirmó que las unidades militares extranjeras pertenecientes a Estados Unidos y la Unión Europea visitaron Ucrania para formar grupos nacionalistas extremistas y, después de eso, derrocaron al presidente legítimo electo del país, siguiendo políticas de violencia e intimidación contra la población.

El exoficial agregó que la influencia de esos grupos nazis en Ucrania se ha vuelto tan fuerte, que hasta llegaron a amenazar al nada progresista y multimillonario Petro Poroshenko, cuando en el 2015, como presidente, había declarado estar listo para reconocer el estatus especial del Donbass.

Continuó diciendo que un destino similar le habría sucedido al actual presidente, si no hubiera unido estos grupos a las fuerzas ucranianas y les hubiera dado vía libre en todas partes.

¿Desconocimiento?

Quizás tampoco sepa el intérprete de Terminator la historia de los laboratorios biológicos que pueden desarrollar armas químicas que Estados Unidos estableció en Ucrania, a un costo de 32 000 millones de dólares, y que posiblemente elementos nazis han utilizado para expandir peligrosos patógenos en Rusia y algunos lugares del este de Europa.

Testimonios de otros exoficiales norteamericanos coincidieron en afirmar la falsedad de las declaraciones de personajes del gobierno estadounidense acerca de que esos laboratorios eran para investigar y no para utilizarlos como armas.

O sea, Estados Unidos violó la Convención de Armas Biológicas y Toxinas, al no advertir a los rusos, antes de que estos comenzaran su operación militar en Ucrania, del peligro que representaba bombardear uno de esos laboratorios, porque si se cortaba la electricidad, las muestras de patógenos congelados podrían derretirse y filtrarse.

Tampoco se dice

Algunos pronosticaban que Rusia utilizaría una fuerza abrumadora de su aparato militar, pero no lo ha hecho para tratar de evitar víctimas civiles, esos «daños colaterales» que no preocupan a Estados Unidos cuando emprende una de sus tantas agresiones.

Quizás Terminator no sepa que en Mariúpol y otros lugares de Ucrania los neonazis han utilizado a los civiles como escudos humanos, algo que no dicen los medios occidentales, como tampoco dan a conocer las expresiones de familias ucranianas, incluso de algunas que no simpatizan con Moscú y aún están en el país, que les han dicho a sus parientes en el extranjero que los rusos han sido educados, e incluso se retiraron en varios casos cuando las fuerzas ucranianas contraatacaron un área que habían ocupado, porque no querían luchar en áreas civiles. 

Un general ruso dijo que estaban usando «las tácticas de Siria», no —como afirma la prensa occidental— al aplastar Alepo, sino todo lo contrario: rodearla y permitir que los yihadistas salieran en autobuses, para que no hubiera una guerra urbana. Dijo que un equipo ruso de fuerzas especiales entró en Járkov para negociar el paso, pero el alcalde que lo hizo fue asesinado junto con el equipo ruso por el batallón neonazi Azov.

Lo cierto es que las negociaciones entre ambas partes siguen muy lentas. Kiev trata de ganar tiempo, y no se extrañen de que la batalla se endurezca.

En este contexto, Ritter, en otra declaración, calificó a Zelenski de bipolar, ofreciendo compromiso un día y haciéndose pasar por un héroe al siguiente. «Está dirigido por la tripulación del CIA-MI6. Su discurso ante el Parlamento del Reino Unido y ante el Congreso de Estados Unidos fue escrito por los controladores de la CIA y el MI6. Vergüenza para el Parlamento y el Congreso por permitir que sus agencias de Inteligencia los usen para propagar tales mentiras».

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