Reelección de Estrada Palma y segunda intervención yanqui

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Reelección de Estrada Palma y segunda intervención yanqui
Fecha de publicación: 
27 Septiembre 2023
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Tomás Estrada Palma

Para beneplácito del entonces presidente Tomas Estrada Palma hace 117 años, el  29 de septiembre de 1906, se inició la segunda intervención yanqui con el arribo de cinco mil 600 soldados y marines en los acorazados New Jersey y Virginia; y los cruceros Minneapolis, Tacoma y Cleveland, que agruparon una flota solo comparable con la que intervino en la Batalla Naval de Santiago de Cuba durante la guerra contra España en 1898.

La invasión tuvo como antecedentes más inmediatos las ambiciones de poder del mandatario, quien después de cumplir su periodo y alentado por sus aduladores organizó las elecciones fraudulentas del 23 de septiembre de 1905, en las que concurrió como único candidato, al negarse a participar el resto de los partidos y resultó ganador para un segundo mandato.

Semejante arbitrariedad provocó el rechazo de la inmensa mayoría de las fuerzas políticas, incluidos los veteranos mambises, e incitó la sublevación armada del 19 de agosto de 1906, que pasó a la historia como la Guerrita de agosto, encabezada por el líder del Partido Liberal José Miguel Gómez.

Estrada Palma fue autor intelectual de la muerte del legendario General del Ejército Libertador Quintín Banderas, alzado en armas y ultimado a machetazos por oficiales enviados por el mandatario para presuntamente parlamentar su rendición.

Antes, tuvo que ver con la partida del joven Coronel del Ejército Libertador Enrique Villuenda, jefe liberal de Las Villas, quien fue asesinado a balazos por la policía en Cienfuegos en un allanamiento en el hotel donde se hospedaba el 22 de septiembre de 1905, un día antes de los comicios  presidenciales.

Ante la impotencia de reprimir la insurrección, el mandatario invocó la Enmienda Platt y solicitó al gobierno norteamericano la intervención militar en mensaje a la Casa Blanca en el que escribió: “La situación es grave y cualquier demora puede producir una matanza de ciudadanos en La Habana”.  En respuesta, enviaron a los procónsules yanquis en acorazados para imponer sus intereses en la Isla.  

Arribaron el 19 de septiembre de 1906 a la citadina bahía los representantes especiales del presidente Teodoro Roosevelt; William H. Taft,  secretario de  Guerra; y Robert Bacon, subsecretario de Estado, en el acorazado Des Moines, armado con cañones de 300 milímetros, capaces de demoler media capital cubana.

Pero todo no ocurrió según lo esperado por Washington cuando Estrada Palma rechazó la propuesta de William H.Taft, de consentir su mediación para llegar a un acuerdo con la oposición sublevada.

Para hacer inevitable la Segunda Intervención militar, el presidente renunció junto a todo el ejecutivo y dejó acéfala la República, con lo cual allanó el camino para que fuera nombrado Charles E. Magoon como gobernador provisional de Cuba y desplegara las fuerzas interventoras, principalmente en las zonas donde había inversiones de capital norteamericano.

La ocupación estableció la compra de voluntades con la llamada "botella" (cargo por el que una persona cobra sin trabajar) para corromper a los partidos tradicionales liberal y conservador que se alternarían en el poder. Igualmente fueron aumentados los salarios de los efectivos de la Guardia Rural y comenzó su modernización de acuerdo con el patrón estadounidense y hasta los caballos que utilizarían vendrían de Estados Unidos.

Toda esa corruptela y los gastos de la Guerrita de Agosto fueron a costa del tesoro público de la Isla, que quedó empeñado. Mientras, se reprimieron las demandas obreras de jornada de ocho horas, salarios justos, seguridad en el empleo, trato adecuado y otros  reclamos. Pero también los interventores para encubrir su latrocinio promulgaron leyes complementarias para supuestamente adecentar la gestión administrativa.

Lograda la pacificación y la restauración del sistema político cubano, de acuerdo con los intereses estadounidenses, se dio por terminada  la intervención con los comicios presidenciales del 14 de noviembre de 1908, en los que salió electo el  caudillo liberal José Miguel Gómez.

El 28 de enero de 1909 tomó posesión de la presidencia Gómez, quien muy pronto se caracterizó por un sistema de malversaciones que beneficiaron a sus cómplices, por las que fue señalado por el pueblo en estrofas  humorísticas como tiburón se baña pero salpica.

Al parecer, con la salida de los acorazados yanquis y los marines del país todo seguía igual, pero una nueva generación de cubanos superaría aquella frustración nacional de los primeros años de la llamada República e iniciaría el despertar de la conciencia nacional que en la década de 1920 abrió una etapa superior de lucha social.

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