Legislativas francesas: Primera vuelta: abstención, 53%; resultado final, el 19

Aún la Asamblea Nacional Francesa no tiene rostro, luego de efectuarse este domingo 12 la primera vuelta de las elecciones legislativas, donde se abstuvo el 53% del electorado y la coalición Ensemble, del presidente Emmanuel Macron, apenas sacó el 0,10% a la izquierdista NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social), de Jean-Luc Mélenchon: 25,75% por 25,65%, un empate técnico.

Ello representa un retroceso macronista, porque sería la primera vez en muchos años que un presidente acabado de elegir, o reelegir en el caso de Macron, tenga tan poco margen de ventaja en una asamblea aún sin conformarse, pero que la tendencia demuestra que no alcance posiblemente la mayoría, y se sienta amenazada por una izquierda ascendente, que por fin se unió, y una extrema derecha aún dislocada.

En cualquier caso, son malas noticias para La República en Marcha y sus aliados, que en el 2017 obtuvieron un 32% de los votos, y en esta ocasión pierden siete puntos, a pesar de la clara reelección de Emmanuel Macron como presidente de la República el pasado mes de abril.

El próximo domingo, la mayoría absoluta (289 escaños) podría escapársele de las manos a Macron. Según el Instituto de sondeos Ipsos-Sopra Steria, Ensemble obtendría entre 255 y 295 diputados (entre 189 y 219 para La República en Marcha, entre 25 y 50 para el MoDem, y entre 21 y 26 para Horizons), NUPES ganaría entre 150 y 195 escaños (de los que 96 a 115 serían para La Francia Insumisa; entre 24 y 29 para el Partido Socialista; de 20 a 30 para Los Verdes, 10 a 16 para el Partido Comunista, y entre 15 y 25 para los llamados diversa izquierda).

Por su parte, Marine Le Pen anunció su paso a la segunda vuelta de las legislativas. Ha obtenido un 55,4 % frente al 22,6 % de la representante de la NUPES, un porcentaje que debería adjudicar directamente el escaño, pero a causa de la baja participación, tendrá que esperar al próximo domingo para confirmar los resultados.

La líder de la Reagrupación Nacional se felicitó de que su partido haya progresado siete puntos en comparación con el 2017, e invitó a los electores a movilizarse el 19 de junio para permitir a su partido un grupo muy importante de diputados de la formación de extrema derecha a la Asamblea Nacional.

La primera ministra, Elisabeth Borne, que se presentaba ayer por primera vez a unas elecciones, terminó en cabeza, y se enfrentará en la segunda vuelta al candidato de la NUPES.

A Los Republicanos, también de derecha. se les escuchaba poco anoche, quedan en un cuarto puesto con un 11% de votos, pero las proyecciones en número de escaños los sitúan como tercera fuerza de la Asamblea, con entre 40 y 60 escaños.

DEFINICIÓN

A pesar del empate en los votos conseguidos, los resultados definitivos, subrayo, llegarán el próximo domingo, cuando los candidatos a diputado en los 577 distritos electorales se midan, distrito a distrito, y definan la repartición de escaños en la Asamblea Nacional francesa. 

De ese resultado, que los expertos auguran más cercano a Macron que a Mélenchon, depende la gobernabilidad del presidente recientemente electo: de sacar una buena mayoría -no necesariamente absoluta-, no habría que cambiar a la actual primera ministra. De ganar una mayoría la coalición de izquierda, podría imponerse la cohabitación, con Mélenchon como premier.

Desde 1958, cuando se estableció la Quinta República Francesa, nunca había habido tanta abstención en la primera vuelta de las legislativas. El 53% de este domingo superó al récord anterior, del 2017 (51,3%), y forma parte de una tendencia general de crecimiento de la abstención en las elecciones francesas.

Algo que ha perjudicado al actual mandatario es el uso abusivo de la fuerza policial. Este tema habitual de controversia en Francia ha sacudido la campaña de las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio. 

Tras el bochorno en la final de la Liga de Campeones —partido que empezó con retraso, aficionados gaseados por la policía y también robos perpetrados por delincuentes—, las fuerzas de seguridad vuelven a estar en el centro de la polémica tras un suceso trágico ocurrido el sábado en París: una joven de 21 años murió víctima de una bala en la cabeza después de que los agentes dispararan nueve veces contra su vehículo. Es la cuarta muerte en las mismas circunstancias en los últimos meses.

Desde la revuelta de los Chalecos Amarillos a finales del 2018, sofocada por una mano dura policial inédita en décadas en Francia (una persona murió, cerca de 30 manifestantes perdieron un ojo y cinco se quedaron sin una mano), el supuesto mantenimiento del orden divide a la sociedad gala. 

Los habitantes de la “banlieue”, los militantes de movimientos sociales y las nuevas generaciones suelen mostrarse especialmente críticas con la policía, mientras que las clases acomodadas se declaran incondicionales de las fuerzas de seguridad ante un supuesto aumento de la delincuencia, desmentido por los datos oficiales. 

Esto ha irrumpido en el nuevo duelo entre Macron y Mélenchon, conocido por sus malas relaciones con los sindicatos policiales. El mismo dirigente de la Francia Insumisa asumió haber querido generar polémica para introducir en el debate el uso desproporcionado de la violencia policial.