Las comunidades indígenas silenciadas

En todo el planeta se encuentran amenazadas las comunidades indígenas. Durante siglos han enfrentado la discriminación, el exterminio de sus poblaciones y el saqueo de sus riquezas. Este fenómeno responde, sobre todo, a expresiones racistas que todavía inciden en la humanidad, y en la sed que tienen algunos grupos de pisotear a las minorías.

Los pueblos originarios han vivido tanto el acecho como el olvido. Muchas de sus demandas responden a la poca atención que le dedican las autoridades, no escuchan sus peticiones ni trabajan para resarcir las deudas históricas contraídas por los ejes de dominación durante siglos.

Sus quejas descansan en unos cimientos fuertes marcados por injusticias heredadas con enorme arraigo colonial. Pensemos en cómo la historia nos cuenta “el descubrimiento de América”, y en cómo de Europa vinieron a salvarnos-colonizarnos. Nos impusieron nuevos modos de vida, se apoderaron de nuestras costumbres, de nuestra cultura ancestral, al punto de casi desaparecerla.

Las pocas comunidades indígenas que existen no viven en la inacción, sino, silenciadas, y digo pocas sin minimizarlas sino para dar a entender que eran muchas más. Ellas muestran resistencia y sí abogan por ser escuchadas. En todo el mundo existen grupos que trabajan por darles voz, pero la mayoría del tiempo ni siquiera nos enteramos, salvo cuando ocurre una masacre o un hecho ruidoso.

En nuestro caso, desde la Patagonia suramericana y a todo lo largo del continente, muchísimos son los asentamientos originarios. Los han cercado y desplazado, pero intentan mantenerse donde siempre vivieron, permanecer en armonía con la naturaleza, y defender su idiosincrasia. Suman varios cientos, y entre los más mediáticos se encuentran los Quechua, Aymara, Maya, Guaraní, y Mapuche.

Caso Yanomami

Con más de 200, Brasil es el país que tiene más pueblos indígenas. Durante varios años reclamaron por el abandono de la administración de Jair Bolsonaro, y ahora, el presidente Luis Inácio Lula Da Silva intenta devolverles justicia, en primer lugar, escucharlos y atender sus demandas.

En tal sentido este lunes 23 de enero la Policía Federal comienza una investigación sobre delitos tanto de genocidio como ambientales perpetrados en la reserva indígena Yanomami.

Medios de prensa indican que el Yanomami es el territorio indígena más grande de la nación brasileña, y en reiteradas ocasiones reportaron violencia e invasión de grupos mineros que contaminan tierra y agua, con gran repercusión para la salud.

Afortunadamente Lula posee gran sentido de justicia social y respeto por las comunidades ancestrales. Prueba de ello es que, con solo tres semanas en el poder, y a pesar de la agenda cargada de conflictos pendientes, prometió atender la crisis sanitaria de los Yanomami, tan seria como catalogada tragedia humana. Seguramente planificará escuchar las demandas del resto de las poblaciones.

Fotografía tomada de https://www.iwgia.org