Israel y su impunidad para matar
Un soldado israelí apunta con su arma al pecho de un palestino con su hijo durante una protesta contra el plan de anexión de Cisjordania
Contando con la anuencia del gobierno norteamericano de turno, Israel, mediante su ejército y los colonos, prosigue la sistemática matanza de palestinos, sin que nadie lo detenga o ni siquiera se píense en el merecido castigo.
Ya no se habla de aquel mamotreto expuesto por Trump acerca de su plan para aislar en tierras baldías, fuera del territorio que le pertenece, al pueblo palestino, sin permitir el regreso de los refugiados, sin que se piense ni un minuto en subsanar las heridas causadas por tanta agresión planeada y ejecutada por Tel Aviv y santificada por Washington.
Hace unas horas, el Ejército israelí y un colono asesinaron a tiros a dos palestinos en Nablús y Saffa, otro ladrón de tierra causó la muerte a un árabe que se dirigía a su trabajo y en circunstancias no aclaradas fue agredida una palestina.
Algo “pequeño” y “normal” bajo la administración ocupante, que ya informaba sobre la destrucción de más de 700 viviendas palestinas y la construcción de unas 3 500 para los colonos en Jerusalén, un proyecto denunciado por Naciones Unidas, los palestinos y grupos de derechos humanos, a lo que Israel les hace el “caso del perro”.
Un total de 2 092 de viviendas están proyectadas cerca del monte Scopus y 1 465 entre los barrios de Givat Hamatos y Har Homá, zonas que se sitúan en la "línea verde" que teóricamente separa el este de Jerusalén anexado por Israel, que los palestinos ven como la capital de su futuro Estado.
Israel se hizo de Jerusalén Este en 1967 y la capturó para sí en un movimiento que no ha sido reconocido por la mayoría de la comunidad internacional. Aun así, el Estado hebreo considera todo Jerusalén como su capital indivisible.
"Estos planes añaden tensión en el terreno y reflejan la descarada discriminación de que el gobierno esté construyendo en Jerusalén Este solo para israelíes, mientras cientos de miles de palestinos en la ciudad apenas pueden construir nada", dijo el grupo antiasentamientos Peace Now (Paz Ahora).
Los organismos no gubernamentales han expresado temor de que estas nuevas urbanizaciones bloqueen los vínculos entre los distritos palestinos de Jerusalén Este y la vecina ciudad de Belén.
Unos 200 000 israelíes viven en Jerusalén Este junto a 300 000 palestinos. Excluyendo estos, otros 475 000 israelíes se encuentran en asentamientos en la Cisjordania ocupada, considerados ilegales según la ley internacional.
ESCALADA
La muerte entronizada del ocupante en los territorios árabes llega en Siria al Golán anexado, los ataques sistemáticos con misiles al puerto de Latakia y apoyo a grupos terroristas; asesinatos de científicos y sabotajes a instalaciones nucleares en Irán y acciones armadas en diversos puntos de Iraq.
Pero prevalece la muerte de palestinos que no preocupa a la prensa de Occidente, que siempre tergiversa o guarda silencio cuando se trata de este tipo de agresión o del propio imperialismo en Afganistán e Iraq, así como los acontecimientos que aún generan dudas en lo relacionado con los atentados a las Torres Gemelas neoyorquinas y el Pentágono.
Las fuertes ofensivas de Israel contra Gaza y la ocupación cada vez mayor por los colonos en Cisjordania solo podría ser superada por la invasión al Líbano en 1982 y el posterior empleo por Israel de 150 tanques, muchos blindados, helicópteros y miles de soldados en Ramallah.
Menos abundantes, aunque también dañinas para la población civil, fueron las respuestas suicidas de jóvenes palestinos desesperados y el lanzamiento de globos con explosivos desde Gaza, porque la violencia engendra violencia.
Los palestinos quieren que Israel les permita instaurar un Estado independiente y autónomo, garantías para poder desarrollarse económicamente, que salgan las fuerzas militares israelíes de los territorios ocupados en 1967, se desmantelen los asentamientos judíos, quede bajo su jurisdicción la zona Este de Jerusalén (un barrio musulmán) y regresen los refugiados que se encuentran en otros países árabes, principalmente en Jordania y El Líbano.
A su vez, Tel Aviv pide el cese de los atentados terroristas contra la población civil, el reconocimiento del Estado de Israel, se acepten los asentamientos judíos en los territorios ocupados, que no insistan en el retorno de los refugiados y le permitan mantener cierto control sobre las áreas palestinas para asegurar sus fronteras.
Los sucesivos planes de paz presentados por Estados Unidos solo satisfacen la voracidad del gobierno de turno israelí, porque se pide dar más al que menos tiene, el pueblo palestino.
ESPERANZA VANA
Todavía hay ilusos que opinan que las ideas pragmáticas deben predominar en la región, y específicamente en el diferendo israelo-palestino.
Este problema histórico fue explotado astutamente por los colonialistas con la creación del Estado de Israel, posteriormente utilizado como punta de lanza imperialista en el Medio Oriente.
Se habla de una cifra de 5 000 millones de dólares anuales otorgados por EE.UU. a Israel, pero en realidad llega a veces al doble, porque su alianza con Estados Unidos es estratégica y forma parte del plan norteamericano de controlar los mayores recursos energéticos de la región.
El contubernio ya había sido reafirmado por la llamada Guerra de los Seis Días, en 1967, cuando Israel prestó un servicio importante a EE.UU., al destruir las principales fuerzas del secular nacionalismo árabe, considerado una amenaza muy seria para la dominación norteamericana en la región del Golfo.
El asunto continuó luego del colapso de la Unión Soviética, y ahora el Estado sionista es su base militar allí, estrechamente vinculada con su economía, militarizada y de alta tecnología. Sólo así, con el apoyo de Estados Unidos, Israel ha podido sostener una situación de guerra sostenida y de represión masiva en un pequeño territorio, donde considera que violar los derechos humanos es obligatorio: murallas electrificadas, expulsión de parientes de los presuntos terroristas, demolición de viviendas con excavadoras…
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Carlos de New York City
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