Fracaso derechista: Deniega Congreso destitución de Castillo

Durante la madrugada de este martes en Cuba, medianoche del lunes en Perú, el Congreso de la nación suramericana, a pesar de la mayoritaria oposición derechista, denegó la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo por supuesta corrupción y falta de rumbo.

La votación fue de 55 a favor, 54 en contra y 19 abstenciones, lejos de la cifra requerida de 87 para la destitución, luego de ocho horas de intervenciones y debates, violento en una ocasión, con la presencia de seis ministros y un discurso inicial del mandatario, quien llamó a la unidad a elementos reaccionarios que no admiten la derrota electoral, ya habían fracasado en otra moción de vacancia y basan sus acusaciones en informaciones de medios periodísticos controlados por la derecha y sin comprobación válida.

Castillo ha tenido que enfrentar todo tipo de obstáculos para tratar de gobernar y, sin haber cumplido un año de mandato, ha tenido que nombrar cuatro gabinetes distintos, para complacer a un legislativo donde la oposición ha intentado dos veces destituirlo.

Así, ha tenido que gobernar con gabinetes que no han resultado ser los más idóneos, dándole pólvora a sus adversarios, quienes pretenden asfixiarlo y dejar al país ingobernable, luego de 50 años de neoliberalismo y cinco sin un presidente que se mantenga normalmente en el poder.

En la aceptación del cuarto gabinete primó la figura constitucional de que si se producen dos rechazos consecutivos, el presidente podía disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones.

Sin embargo, Castillo siempre ha abogado por la unidad y que esos detractores ayuden a gobernar el país y no interfieran en las decisiones que favorezcan al pueblo.

En fin, Castillo, un maestro rural con solo experiencia sindical, de cuna humilde y nacido en Cajamarca, ha tenido que lidiar con diferencias con aliados, acusaciones de ilegitimidad, peticiones de destitución, investigaciones judiciales contra dirigentes de su partido y los efectos económicos de la pandemia y la constante petición fujimorista de fraude electoral, además de poderosos y mayoritarios medios controlados por una derecha que ve con temor la pérdida de riquezas obtenidas ilegalmente en este medio siglo de neoliberalismo.

ILEGITIMIDAD COMO FANTASMA

“La clase alta limeña, esa que tiene el poder en Perú, compró completamente el cuento de fraude y de la ilegitimidad del presidente”, explica el periodista peruano y conductor del podcast La Encerrona, Marco Sifuentes, a elDiario.es.

Si bien Keiko Fujimori reconoció los resultados electorales “porque es lo que manda la ley y la Constitución” que dijo haber “jurado defender”, también definió la proclamación de Pedro Castillo como “ilegítima”, y señaló en forma de amenaza: “Me toca a mí, como candidata, plantearle al país una propuesta para enfrentar los tiempos difíciles que se nos vienen”. Fujimori aún hoy sostiene que le “robaron miles de votos el día de la elección”.

Para Laura Grados, editora del medio digital peruano Útero, “lo peligroso es que su discurso es reproducido por los medios de alcance masivo. Castillo tendrá que seguir enfrentándose a una acusación de ilegitimidad que, pase lo que pase, va a seguir latente”. 

Pero, además, esta posición política implica una oposición más dura y poco democrática que va mucho más allá de la figura de Keiko. Existen actores de extrema derecha como el excandidato Rafael López Aliaga, de Renovación Popular, que consiguió calar con un discurso político incluso más beligerante que el de Fujimori. “En este caso, la pregunta es si estos sectores más radicalizados van a seguir hablando de un presidente que no es legítimo, si van a obstaculizar las medidas concretas que plantee el Gobierno o si irán con la narrativa de viene el comunismo”, explica Grados.

Lo cierto es que, contra viento y marea y, por supuesto, sin apoyo de los medios, corrompidos en su mayoría, Castillo ha logrado mantener el crecimiento de la economía peruana, pese a la crisis mundial en diversos aspectos. Además, ha enfrentado la pandemia del nuevo coronavirus, con la adquisición de varios millones de vacunas, que está tratando de hacerlas llegar a toda una nación que cuenta con uno de los índices más letales en el mundo.

En el poco tiempo en que se le ha dejado gobernar, con todas las complicaciones e imperfecciones en el nombramiento de algunos ministros, no ha dejado de recorrer las más intrincadas zonas del país, enfrentado a la empresa española Repsol por el derrame de petróleo que ha dañado una amplia zona de pesca, y empezado a atender conflictos sociales que, según algunos expertos, son 195 en todo el país.

Castillo es particularmente popular en Cuzco donde hay tensiones como en todo el corredor minero del sur y en regiones amazónicas, principalmente en Loreto, donde se han acumulado 31 casos, principalmente de reclamos de comunidades campesinas e indígenas ignorados por gobiernos anteriores.

FUNDAMENTOS SIN PRUEBAS

Aunque se pudiera decir “ya todo pasó” y el pedido de renuncia fue rechazado, nadie duda de que otra demanda similar sea expuesta en no muy largo tiempo, por cuestiones similares a la más reciente.
El texto de la moción de vacancia fracasada se refirió a 20 “hechos objetivos y que son de público conocimiento”.

El primer fundamento del documento señala las supuestas “contradicciones y mentiras del presidente Castillo en las investigaciones fiscales”. La moción detalla que “el presidente de la República habría incurrido en los delitos de fraude procesal y falsedad genérica”.

La Fiscal de la Nación, Zoraida Avalos, abrió dos investigaciones preliminares a Castillo en relación con estos casos señalados por el Congreso. La primera de ellas por los presuntos delitos de tráfico de influencias agravado y colusión y la segunda por los presuntos delitos de tráfico de influencias y patrocinio ilegal. Si bien, debido a la inmunidad que la Constitución le otorga, el inicio de los actos de investigación quedó suspendido hasta que Castillo culmine su mandato, los hechos, vinculados a supuestas irregularidades en licitaciones públicas y a ascensos militares, son investigados por la fiscalía anticorrupción. En estas indagaciones se ha incluido a la empresaria Areli López como investigada y al presidente Castillo como testigo.

En la entrevista que el mandatario peruano le diera a CNN el 24 de enero negó tener responsabilidad alguna en estos casos, asegurando que no es “responsable de todo lo que se acaba de decir, son especulaciones”.
La designación de personas “más que cuestionables para diversos ministerios” es otros de los aspectos que fundamentan la moción de vacancia: “No resulta constitucionalmente aceptable la designación de personas que se encuentran investigadas o procesadas por execrables delitos como terrorismo, delitos contra la administración pública, violencia contra la mujer, entre otros”. El documento también señala la “existencia de un gabinete paralelo o gabinete en la sombra” y lo señala como “una clara infracción constitucional” y lo sustenta en las denuncias hechas por tres exministros y por el exsecretario general de Palacio de Gobierno. El mandatario también ha negado públicamente la existencia de este gabinete paralelo.

Otro de los argumentos a los que la moción de vacancia hace referencia es el hecho de que “Areli López Arredondo en su condición de aspirante a colaboradora eficaz, con fecha 18 de febrero último, ha revelado ante las autoridades del Ministerio Publico que el presidente de la Republica sería cabecilla de una organización criminal destinada a beneficiarse ilícitamente a través de contradicciones y licitaciones de obras direccionadas”.
Luego de conocida las declaraciones de López ante la Fiscalía, Pedro Castillo, en un mensaje a la nación dijo que “si estos hechos son materia de investigación fiscal, ¿cómo es posible que se debatan públicamente en los medios?”. El mandatario agregó que “esto evidencia que la Fiscalía estaría formando parte de un complot para desestabilizar al gobierno”, así como que “un sector minoritario” busca vacarlo.

CONCLUSIONES

El presidente peruano, Pedro Castillo, tiene que lidiar con la oligarquía peruana, el imperialismo norteamericano y los regímenes reaccionarios en América Latina.

La élite política y empresarial del país despliegan esfuerzos para evitar el avance de Castillo y, en esta vía, atemorizan a la población de que la izquierda en el poder supondría la instalación del comunismo o de un gobierno como el de Venezuela o de Cuba.

Otro obstáculo que tiene por delante Castillo es que el imperialismo norteamericano no se va a quedar tranquilo”, tras su derrota en Cuba, Venezuela y Nicaragua, ganar la izquierda en Chile y ante posibles triunfos progresistas en Colombia y Brasil.

Se pudiera aplicar al Imperio la frase “es mucho para un pobre corazón”, pero ni es pobre ni tiene corazón.