El Día Mundial de la Radio

La iniciativa de otorgar un día internacional para la radio surgió en el seno de la UNESCO en 2011. Al año siguiente, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptó la decisión. Por eso, cada 13 de febrero se celebra el Día Mundial de la Radio.

Los principales objetivos de tal conmemoración son potenciar a la radio como un medio interactivo en el que se aborden temas de interés social y mejorar la cooperación entre emisoras en el plano internacional.  

De acuerdo con información compartida por la UNESCO en su plataforma web, el tema de evocación en 2023 será “Radio y Paz”, pues las narrativas mediáticas pueden “aumentar las tensiones o mantener las condiciones para la paz en un contexto determinado”.

En efecto, la radio sigue siendo un medio muy consumido a nivel mundial, de ahí que conserve gran capacidad de incidir en la opinión pública. Su influencia en la toma de postura ante situaciones nacionales e internacionales es irrefutable. 

Una de sus ventajas es que logra llegar a lugares remotos, socializando ciencia, cultura, educación e información en general, a diferencia de tecnologías más modernas. Además, es relativamente barata, con posibilidad de transmisión inmediata. Puede seguir emitiendo cuando, en casos de desastres, otras tecnologías quedan inutilizadas. 

Para las periodistas Zenaida Costales y Lys Alfonso, profesoras de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, este medio de edad centenaria se refuerza ante cada crisis. “Sabe pulsar esas emociones y acudir a la oralidad, a la imaginación para calmar la ansiedad y desencadenar sentimientos y prácticas a través de nuevas formas de narrar la realidad”, han escrito al respecto.   

Ante la interrogante de cuál será el derrotero de la radio en la era de internet, algunos se muestran escépticos o pesimistas y alegan que podría desaparecer o quedar en un plano de muy poca relevancia. 

Sin embargo, profesionales vinculados a la radio sostienen que está sucediendo lo contrario. Es el caso de las citadas profesoras cubanas, quienes argumentan que “con internet, los recursos sonoros se articulan en un discurso más amplio y no se pierden en la fugacidad del éter. Con estas potencialidades, el medio logra insertar también sus contenidos en diferentes soportes comunicativos y aprovecha los rasgos de la comunicación en red”.