El canto de la gusanera a los “nuevos revolucionarios”: te pareces tanto a mí, que no puedes engañarmeee
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Las ambigüedades y puntos de contactos con la gusanera tienen sus consecuencias, y los “nuevos revolucionarios” las están experimentando. Ahora ella los ve como parte suya y les exige como tales.
Antes, a los que les censurábamos sus conductas nocivas, nos tildaban de extremistas, dogmáticos, y un largo etc., pues decían que, los confundíamos o tildábamos de contrarrevolucionarios injustamente, pero, ¿y a estos “confundidos”, qué les van a decir?
Son muchos los puntos de contactos entre ambas “formaciones”, que resultan ser un mismo “ejercito”, con diferente uniforme que, pugna por cambiar el orden político, social y económico del país.
De conjunto, minimizan los efectos del bloqueo, achacan los problemas que ocasiona a supuestos errores del gobierno, defienden a connotados contrarrevolucionarios que, se involucran en acciones provocativas, comparten escenarios en campañas contra la institucionalidad del Estado cubano ante determinados acontecimientos, y otros innumerables abrazos mediáticos, entonces:
¿Son o no, hermanos de causa?, ¿tiene o no, la lacra que desea destruir la Revolución, suficientes argumentos para verlos como parte de ella?
La respuesta evidente es la misma para ambas interrogantes, SÍ.
Ahora los que enamoraron e ilusionaron con sus coincidencias, se niegan a aceptar su aparente “rechazo” y cual damiselas despechadas les comienzan a lanzar ofensas y cuestionamientos sin control. No entienden que, después de publicarlos, perdonarles sus “pecados” revolucionarios, halagarlos y entenderlos, ahora se les viren con fichas y no quieran retribuirles esos favores.
Si aceptaran públicamente el amorío con la fauna contrarrevolucionaria, estarían asumiendo ser parte de ella.
Eso no le conviene a su imagen de “nuevos revolucionarios”, con la cual pretenden encubrir sus verdaderas ideas y posiciones políticas que, no concuerdan con las que durante muchos años hemos defendido. Por eso el desmarque.
Por otra parte, esto que les está pasando, echa por tierra las acusaciones de contrarrevolucionarios, con las cuales de conjunto con el resto de los epítetos injuriosos que les han dedicado, a los que los combaten en las redes, entre los que me incluyo, han pretendido descalificarnos y aislarnos, porque no es en nosotros en los que esos apátridas ven a sus semejantes.
No puede ser de otra manera, jamás hemos practicado el equilibrismo político, ni hemos sido ambiguos, ni intentado justificarlos ni coincidido en nada con ellos.
La contrarrevolución no ve, ni puede ver, en la conducta de los que verdaderamente defendemos la Revolución nada que favorezca sus intereses, o que coincida con estos.
Luego entonces es imposible que se hagan la peregrina idea de que pudiéramos estar en el mismo bando. Todo lo que defendemos es totalmente contrario a lo que ellos desean para Cuba.
En este escenario resulta evidente que, con los “nuevos revolucionarios” no ocurre lo mismo, de ahí la “confusión”. Por eso ahora tienen que soportar y aceptar que la contrarrevolución les cante, “te pareces tanto a mí, que no puedes engañarmeee».
Tomado de Postcuba
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Comentarios
Alejandra
Carlos de New York City
Loro
Mirna Dell Pozo
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