Cuando la histeria se torna catastrófica

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Cuando la histeria se torna catastrófica
Fecha de publicación: 
12 Octubre 2020
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EEUU prueba misil de medio alcance tras dejar el tratado INF

Pudiera pensarse que con la posible salida de Donald Trump de la presidencia de Estados Unidos muchas cuestiones vitales para la humanidad se allanarán, como es la de meter en cintura la loca carrera armamentística emprendida por Estados Unidos, que rompe convenios, trata de imponer esquemas y obliga a naciones como Rusia y China a seguir armándose ante un posible ataque atómico norteamericano.

Suena catastrófico, porque lo es, y el Imperio no conoce fronteras y el establishment que debe controlar de un modo u otro modo al actual régimen estadounidense, lo va dejando ir a insanas posiciones.

Tan es así que en el paupérrimo debate presidencial entre Trump y Biden, el mandatario norteamericano hizo caer en la trampa a su opositor, con interrupciones y denuestos para evitar temas de interés, en lo que el presidente no estaba preparado, y al candidato de la oposición solo se le ocurrió como insulto colocar a su contrario en estrechas relaciones con Vladimir Putin, algo rocambolesco.

Nada más lejos de la realidad, cuando Trump ha intensificado su ofensiva antirrusa con la prosecución de las sanciones impuestas a todas las compañías de Austria, Francia, Alemania y los Países Bajos que están involucradas en el gasoducto de gas natural Nord Stream 2, que une a Rusia con Alemania, haciendo caso omiso de la dependencia europea del producto y que Moscú ha subrayado no utilizará ventaja alguna al respecto como chantaje.

No es la primera vez que mencionamos un informe del portal financiero estadounidense Bloomberg que señala que Trump planea dominar la producción de energía mundial, al establecer políticas de desarrollo de las exportaciones de hidrocarburos del país.

Sin dudas, las sanciones a Rusia forman parte de la campaña de Trump para reelegirse en noviembre venidero, minimizar las consecuencias de su mal manejo de la pandemia del nuevo coronavirus -cuyo centro mundial es EE.UU. - e interferir con la política moscovita hacia otras naciones, principalmente las que tienen gobiernos no gratos s Washington, como el iraní, al que la Casa Blanca le acaba de congelar activos en 12 bancos para que no compre alimentos y medicinas.

The Washington Examinar comentó que, a las amenazas a su seguridad económica, Rusia afirmó que posee la fuerza y los medios necesarios para no permitir que se dé ese escenario, y subrayó su determinación de vender petróleo y gas a terceros países —entre ellos, también, a los de la Unión Europea.

HAY QUE ESPERAR

Algunos expertos estiman que esa histeria antirrusa disminuya después de las elecciones de noviembre, cualquiera sea el ganador, pero hay que verlo en la práctica, y si a los halcones aún dominantes en EE.UU. les conviene la prohibición de exportar a Rusia productos de doble uso como dispositivos y componentes electrónicos; la degradación de las relaciones diplomáticas, la suspensión de los vuelos de la compañía aérea rusa Aeroflot a territorio norteamericano y el cese de casi todas las exportaciones e importaciones.

Asimismo, están prohibidas las operaciones de los mayores bancos estatales de Rusia en el territorio estadounidense y se endurecen las sanciones contra el sector ruso de hidrocarburos.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia declaró que las sanciones estadounidenses se basan en acusaciones infundadas "representan una amenaza para la integridad de la Convención sobre las Armas Químicas y dañan el prestigio de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas".

También señaló que son inadmisibles los intentos de cuestionar la observancia por Rusia de sus compromisos internacionales asumidos en esa esfera.

El acuerdo INF, firmado en 1987 por la entonces Unión Soviética y Estados Unidos con el objetivo de eliminar los misiles balísticos y de crucero con base en tierra con alcance de entre 500 y 5 500 kilómetros, tanto nucleares como convencionales, quedó oficialmente cancelado a iniciativa de EE.UU.

Días después de su salida del acuerdo, EE.UU. probó un nuevo misil de crucero que voló más de 500 kilómetros. El Pentágono declaró entonces que se trataba de una versión modificada de un misil de crucero Tomahawk de la Marina estadounidense y que estaba diseñado para llevar una carga convencional y no nuclear.

Moscú asegura que mantuvo abiertas las puertas para el diálogo hasta el último momento, pero que EE.UU. no aceptó sus propuestas y prosiguió con el proceso de retirada del Tratado INF.
 

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