Con Trump a la cabeza: Inframundo norteamericano

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Con Trump a la cabeza: Inframundo norteamericano
Fecha de publicación: 
28 Junio 2020
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Una persona sin hogar en Oakland, California.BEN MARGOT / AP

Independientemente de las actuales situaciones adversas en Estados Unidos, éstas aún no pueden predecir si el presidente Donald Trump será reelecto en noviembre venidero, sea por votos populares o electorales, por cualquier resquicio en las mesas de votación o computadoras que lleven el conteo, si por miedo a un opositor demócrata poco convincente o el temor de que pudiera venir algo peor, aunque, realmente, esto último sólo pudiera ser una hecatombe nuclear.

Lo cierto que el principal causante de que la pandemia de la COVID-19 ponga en peligro la vida en la todavía principal potencia militar y económica, no ha hecho válida su promesa de evitar que una gran parte de la población sea considerada como del Tercer Mundo, sino del Cuarto, como se lo había espetado a su predecesor, Barack Obama, durante la campaña electoral del 2016.

Y lo estuvo repitiendo hasta su victoria electoral, pero ya al tomar posesión, olvidó el bienestar prometido y, por el contrario, comenzó y desarrolló una política de odio a los pobres, a quienes hace vivir en un teóricamente inexistente Cuarto Mundo.

Así, preconizó políticas que eliminaban anteriores del gobierno de Obama para hacer más llevadera la vida marginada, subrayando la que impedía el alza del salario mínimo, pese al apoyo popular.

Una vez uno de mis colegas me dijo con espíritu de chiste que en Sri Lanka (antigua Ceilán) había una gran igualdad, porque todos eran pobres y muertos de hambre. Años después, en ocasión del tsunami de diciembre del 2004, comprobó que, a pesar de la destrucción y la permanencia de lucha armada, la pequeña nación del Índico, además de bella, tenía un buen desarrollo, que ha mantenido y, sobretodo, un espíritu de solidaridad sin importar etnia o religión.

Pero en Estados Unidos no hay nada de esto y, pese a que es la nación más rica del mundo, tiene entre 50-58 millones de pobres, 18 millones en una línea bastante baja de ese malvivir, y por lo menos cinco millones que no tienen trabajo, ni casa, pero sí hambre. Y esto fue antes de la pandemia, que ha hecho contraer la economía en un 5% y dejado sin empleo a 49 millones de personas.

Invisibles llaman a los más marginados, como muestra una película del budista y activista social Richard Gere, quien nos muestra fehacientemente, lenta y concienzudamente, la vida de seres humanos, invisibles para el establishment. Invisible se titula el filme, exhibido por Multivisión, digno de una Séptima Puerta o un Espectador Crítico.

En el propio EE.UU. y muy de cerca, he observado como seres queridos, femeninos, han tenido que abandonar avanzados estudios universitarios y de High School para laborar en la construcción y casa de cuidados de ancianos, mientras otros trabajan desde la madrugada al anochecer, día a día, para poder saldar deudas médicas, además de tener algo que pensar que les puede aliviar la vida allí. Los de más edad no tienen nada bueno que esperar del “país de los sueños”. 

Un estudio de Naciones Unidas encontró que en numerosos condados del estado de Alabama no tienen ni los más mínimos sistemas básicos de alcantarillado, y muchos de sus habitantes padecen de anquilostomas, enfermedad que se encuentra típicamente en los países en desarrollo, y que se pensaba que había sido erradicada de Estados Unidos en los años ‘80.

Con Trump nada de estos problemas desaparecieron, porque sus políticas están deliberadamente diseñadas para eliminar las protecciones básicas de los más pobres, castigar a aquellos que no tienen empleo y hacer que incluso la atención médica básica sea un privilegio para obtener en lugar de un derecho de ciudadanía.

Sin dudas que el desprecio por los pobres en EE.UU. genera políticas crueles, y ello empeora la situación de 46 millones de estadounidenses que dependen de los bancos de alimentos. Y ello antes de la epidemia.
Incluso las personas que trabajan a tiempo completo no pueden permitirse una vida decente. Necesitan cupones de alimentos, el tipo de asistencia que el gobierno puede brindar, pero en cambio lo que hace esta administración es una reducción constante de todos esos beneficios. 

Mucho más se pudiera escribir sobre las ¿vidas?, más bien muertes lentas de los marginales estadounidenses, esos ignorados por el sistema, que no interesan a un sistema que los mantiene invisibles, ocultos en el Cuarto Mundo.
 

Comentarios

No entiendo mucho de política y me limito solo a dar un criterio... hoy en los Estados Unidos gobierna una persona fría y calculadora la cual no tiene sentimiento alguno por hacer valer las leyes y dar orden a su país... muchos ven al país como el sueño de todos... un país donde se puede salir adelante y tener todos los que nos proponemos y tal vez puede ser... pero se han preguntado a qué precio ? Se encuentran bajo el mando de una persona la cual prefiere mantener su estatus social antes de velar por el bien de su pueblo y qué pena por esas personas que lo admiran están tan vacías como lo ha de estar ese señor que con todos sus millones solo refleja maldad y frialdad

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