Colombia esperanzada: Petro ya es Presidente

En este artículo: 
Colombia esperanzada: Petro ya es Presidente
Fecha de publicación: 
8 Agosto 2022
0
Imagen: 

Lo que parecía imposible ya no lo es, con la asunción a la Presidencia de Gustavo Petro, un líder de izquierda en una nación como Colombia que solo ha conocido, y para mal, regímenes conservadores que han pisoteado los derechos humanos de su pueblo, causantes de una guerra civil de más de cinco décadas.

Ante más de 100 000 personas, jefes de Estado latinoamericanos, una amplia representación de la sociedad -incluidos un obrero, un campesino y una vendedora ambulante destacados- y por vez primera ante la Espada del Libertador, Petro, quien debe gobernar hasta el 2026, habló ampliamente sobre el futuro que tratará de dar a Colombia, con la participación de todos, en lo que llamo una segunda oportunidad, citando los principales puntos de un plan que gira principalmente sobre la necesaria paz.

Las palabras de Petro fueron antecedidas por el presidente del Congreso, Roy Barreras, quien estuvo a cargo de la investidura presidencial, quien también dio detalladamente todo lo que se espera en esta nueva era.

Con el exguerrillero víctima de torturas físicas y mentales, asume como vicepresidenta Francia Márquez, una luchadora social afrodescendiente, quien proviene de los sectores más pobres del país.

Tal como expresó al vencer electoralmente, su mensaje es de paz y amor, carente de venganza y odio, y subrayó su voluntad de transformar a Colombia en una nación feliz, que a muchos cubanos recordaba el espíritu del Héroe Nacional José Martí, cuando expresaba “con todos y para el bien de todos”, porque, acotaba Petro, “el odio no construye”.

Muchos medios especulan sobre los retos que le esperan a Petro y el orden en que se deben asumir, pero ya el mandatario había subrayado que hay una Colombia dividida, por lo cual se debe llegar a un acuerdo nacional, fundamentado en tres grandes objetivos: la paz, la justicia social y la justicia ambiental, temas que requieren precisión, y en ello el Presidente puede realizar grandes aportes, debido a su formación como economista y ecologista.

Petro ha reiterado que solo en un ambiente pacífico y de fraterndad se podrá crear una economía productiva, que garantice la soberanía alimentaria, la vivienda, un empleo digno, la educación y una salud de calidad, al alcance de todos.

Subrayó que su gobierno devolverá al pueblo sus tierras, y en ese contexto precisó que las 4 000 familias más ricas del país tendrán que aportar generosamente al erario público, porque a ellas también les conviene una sociedad justa y equitativa, donde prevalezca la solidaridad.
Espera que Colombia se convierta en un referente para la humanidad en la grave crisis actual, por lo que es urgente detener la exploración de petróleo y encaminarse a la energía renovable.

En el plano internacional, “se estrecharán los lazos de amistad con Estados Unidos y también con nuestros queridos vecinos de Venezuela. Vamos a convertir a Colombia en líder mundial y hemisférico, de la concertación de todas las fuerzas políticas. El perdón debe vencer al rencor y el amor al odio. Esos ciclos de venganza en Colombia, no tendrán espacio en este gobierno del Pacto Histórico”, destacó.

Se trata de la nueva política que Gustavo Petro viene impulsando durante las últimas tres décadas. Lo primero es lograr deponer todas las armas, odios y rencores. Ese camino violento ha costado ya demasiado, por lo cual, afirma, “hay que enfocarse en un cambio a favor de la vida, no de la muerte”.

LO QUE DEJA DUQUE

Cuatro de cada 10 habitantes colombianos viven en la pobreza y casi 20 millones sin poder cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Es decir, el 6,1% viven en la pobreza extrema.

Según el Banco Mundial, Colombia es el segundo país con mayor desigualdad en América Latina, después de Brasil. Duque deja el déficit fiscal en 83%: los gastos del país superan de largo sus ingresos y, sin embargo, las políticas sociales son extremadamente débiles y en amplias zonas del país el Estado está desaparecido.

Como Duque no intentó reducir la violencia, Petro tendrá que reformar la política de seguridad del Estado para enfrentar a los grupos armados y a las organizaciones criminales en forma adecuada.

Para lograrlo, el Presidente se propone implementar el Acuerdo de Paz con el fin de reducir la presencia de grupos armados en los territorios a través de una política estatal de desmantelamiento y, sobre todo, llamados a acuerdos de paz.

Petro ha indicado que buscará la implementación de los acuerdos con las FARC, así como nuevos diálogos con grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Clan del golfo; agrupaciones que ya han dicho que están dispuestas a negociar con él.

Tras años de negligencia y de desprecio por el gobierno saliente, Colombia vuelve a hablar de paz. Petro acaba de visitar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), con el propósito de asegurar una paz total, por lo cual tendrá que priorizar la implementación de Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y relanzar el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS).

Los PDET son una herramienta esencial para constituir la paz en el territorio, porque son instrumentos especiales de planificación y gestión a 15 años que buscan estabilizar y transformar los territorios más afectados por la violencia, la pobreza, la debilidad institucional y las economías ilícitas para alcanzar el desarrollo rural de los 170 municipios escogidos como parte del programa, en los que viven 6,6 millones de colombianos, el 24% de la población campesina del país.

El PNIS, por su parte, busca promover la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos a través de programas que ayuden a los cultivadores a superar sus condiciones de pobreza y marginalidad que derivaron, por años, en su dependencia de este tipo de cultivos para subsistir, por lo cual puede ser el puente para muchas familias que han dependido por años del cultivo de coca, hacia medios de vida sostenibles y legales, y alejarlos de la economía criminal y de la violencia de narcos y exguerrilleros que tiñe de sangre el campo colombiano.

Si el nuevo presidente de Colombia logra proteger a las comunidades desde un enfoque de derechos humanos, que englobe la relación de la violencia con temas como la pobreza multidimensional y la desigualdad, podrá sostener que el pueblo colombiano ha comenzado, por fin, a superar uno de los problemas más grandes que lo aquejan: la inseguridad generalizada en su territorio, incluidas las masacres y los asesinatos continuos de líderes sociales y ambientales.

La agenda económica con peso social de Petro fue, desde el comienzo de su campaña, uno de los miedos más explícitos para el empresariado y los inversionistas extranjeros en Colombia.

Para afianzar la gran alianza que quiere construir, el nuevo presidente tendrá que trabajar en construir confianza, sobre todo entre los inversionistas, para mantener el crecimiento del país, y asegurarse fondos para sus políticas sociales y ambientales,

Otro punto que definirá el éxito o fracaso económico del mandatario será la reforma tributaria, que será presentada este lunes 8 ante el Congreso, con la meta de recaudar 25 billones de pesos colombianos (5 800 millones de dólares) para, gradualmente, aumentar esa cifra a 45 ó 50 billones.

La propuesta suavizará la carga tributaria para las empresas, pero la hará más pesada para las personas naturales, aunque no tocará la canasta familiar de los pobres y es amable con la clase media y baja. 

El 52% de las tierras está en manos del 1,5% de la población, por lo que es evidente la necesidad de una reforma agraria que, según Petro, disminuya la desigualdad en la propiedad rural, desincentivando los latifundios y subiendo los impuestos a la propiedad rural que no esté en uso.

Si esta reforma agraria es exitosa, saldará una deuda histórica con los campesinos colombianos en nombre de la cual se libró una devastadora guerra de cinco décadas.

La otra gran apuesta económica de Petro es la de crear un nuevo sistema de pensiones, aumentando la participación estatal en lo que tiene gran protagonismo la finanza privada.

Otro reto es el medioambiental y dejar atrás la política de Duque que solo dedicaba 0,5% del Producto Interno Bruto a ese renglón. Aunque tiene muchas urgencias que atender –como frenar la deforestación y detener el asesinato de defensores ambientales –, la dificultad más grande será cambiar la política mineroenergética de Colombia y a la vez encontrar financiación para sus propuestas y el sector ambiental.

Cada una de sus propuestas tendrá que pasar por el Congreso para ser aprobada, y ahí tendrá trabajo extra para convencer.

Pero dificultades o no, este domingo 7 de agosto del 2022 se hizo esperanzar al pueblo de Colombia, con la toma de posesión del primer presidente de izquierda en la historia de Colombia.

Estará apoyado por su emblemática vicepresidenta, Francia Márquez, quien buscará defender las necesidades de los que ella llama “nadie”, los dueños de nada, que luchan por defender algo tan básico como la naturaleza y la vida, por décadas amenazados en una Colombia que, con este nuevo gobierno, se juega la esperanza de un futuro mejor.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.