Caradura Bolsonaro

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Caradura Bolsonaro
Fecha de publicación: 
11 Julio 2020
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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro

Infectado por la epidemia de la COVID-19, a la que no quiso prestar caso, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se atrevió a decir que ningún gobierno en el mundo ha hecho tanto para combatir a la pandemia como el suyo.

Realmente, es algo que no resiste análisis, cuando una y otra vez el mandatario se negó a tomar medidas adecuadas para atajar el mal que ha colocado a Brasil en el centro de la pandemia en Latinoamérica, y el segundo a nivel mundial, solo superado por Estados Unidos, donde desgobierna su admirado Trump.

Ahora la propaganda de su gobierno se centra en torno al único resultado positivo que puede ofrecer, como es el posible aumento de la producción agrícola, intentando hacer ver que es el logro de una política oficial que ayudará al país en los momentos en que la crisis sanitaria mantiene a millones de personas sin trabajo, con grandes focos de pobreza y una población extremadamente marginada tanto en las grandes ciudades, como en la maltratada Amazonía.

Pero ni los ataques de sus ex colaboradores, ni la epidemia han hecho que el mandatario siga practicando, como recordamos recientemente,  una política de favorecer por sobre todas las cosas a la agroindustria, todo lo cual aumenta la enemistad de los trabajadores, a los que arrebata sus derechos; los campesinos, a los que arrebata sus tierras; los indígenas de la selva amazónica, a los que arrebata un universo que sólo ellos conocen; los países vecinos, a los que intenta arrebatar su autonomía; en fin, su propio pueblo, al que le arrebata sus libertades.

SIGUIENDO A SU LÍDER

Trump niega el cambio climático como líder de un país que ha vuelto a ser, por primera vez desde 1973, el mayor productor mundial de petróleo, por encima de Rusia y Arabia Saudita, mientras que Bosonaro lo hace defendiendo los intereses de la industria minera y del agronegocio, abriendo la puerta a una fase de saqueo neocolonial que vendría a sumarse a lo ya sufrido por los lugares más saqueados del planeta.

Los dos coinciden en que detrás del “climatismo” hay una ideología de izquierda proclive a aumentar las regulaciones y la intervención del Estado y en que los recursos naturales son un conjunto de ganancias.
Para no ser menos, Bolsonaro eligió como ministro de Relaciones Exteriores a Ernesto Araújo, un diplomático que ha escrito en su blog personal que el calentamiento global forma parte de un “complot de marxistas culturales” y que la lucha contra el cambio climático quiere “reprimir el crecimiento económico de los países capitalistas democráticos y promover el crecimiento de China”.

Recientemente, el mandatario reiteró que Brasil tiene como principal aliado al “pueblo americano”, dejando a un lado los lazos que debe tener también con otros pueblos del continente y del mundo, pero no menciona que en Estados Unidos están los verdaderos enemigos de la humanidad, que hacen guerras como si fueran negocios para dominar al planeta, que sólo creen en el lema de que “no tenemos amigos, sino intereses”, por lo cual el propio Bolsonaro tendría que cuidarse, si les deja de interesar como vasallo.

En cuanto a la seguridad y la soberanía de su país, no descarta la posibilidad de abrir una base estadounidense en Brasil, algo que no le gusta a su principal socio, el militar.

Bolsonaro cree que no tiene que cuidarse de Washington, atento éste a si su presencia pudiera provocar un gran estallido social. Pienso que, para evitarlo, están preparando a Sergio Moro, entrenado en territorio norteamericano y actor principal en la injusta prisión a la que sometieron a Lula. 

Y algo que se le debe recordar, y que es recurrente:

En Brasil nació Luís Carlos Prestes, sobre el que Jorge Amado escribió “El Caballero de la Esperanza”, un militar que dirigió la Columna Prestes, un contingente rebelde de 1 500 hombres que recorrió 13 estados de Brasil sin conocer una sola derrota en el campo de batalla, en una marcha de más de 25 000 kilómetros durante 2 años y 5 meses. 

Prestes nunca se doblegó, pese a que Olga Benario, su esposa embarazada de 6 meses, fue entregada a los nazis por Getúlio Vargas, entonces presidente de Brasil, para que esta valiente judía fuera asesinada en una cámara de gas de un campo de exterminio.

La semilla de Prestes ha germinado en Brasil, Lula es prueba de ello, y en cualquier momento pudiera llegar el fin del mandato presidencial de Jair Bolsonaro.

Comentarios

Bolsonaro como el mismo Trump estan pagando la ignorancia y la insensatez de las medidas no tomadas para proteger a la poblaciòn una vez que estuvieron avisados de lo que ocurria en Europa. Ellos tuvieron tiempo de correr a proteger urgente a la poblacion viendo el daño que estaba causando el Virus en la poblaciòn de la tercera edad en Europa. Uno y otro ahora estan pagando su irresponsabilidad e indiferencia ante el Virus.
vita.ramon@libero.it
Ese psicópata sabe que no ha hecho nada porque esos muertos no le interesa son mayormente pobres. El responde así para molestar a las personas y fundamentalmente a la prensa.
Elio@cubizahlg.co.cu

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