Bolivia: Camacho obstaculiza la unidad

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Bolivia: Camacho obstaculiza la unidad
Fecha de publicación: 
5 Agosto 2022
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El gobernador del departamento boliviano de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho

Nuevamente, el gobernador del departamento boliviano de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, incrementa sus ansias separatistas y mantiene una tenaz oposición a los planes oficiales de lograr la unidad del pueblo y obstaculizar la política de nacionalizar todo lo que pueda serlo, luego que el actual gobierno de Luis Arce eliminara el desastre dejado por el anterior régimen de facto, impuesto por las fuerzas retrógradas internas y externas que depusieron a Evo Morales, quien había logrado que Bolivia tuviera un lugar cimero en el crecimiento económico del continente.

Camacho ha desbarrado contra todos, incluso la justicia local y el aval de organismos internacionales, como Naciones Unidas, cuando, en un proceso calificado de limpio y justo, la expresidenta golpista, Jeanine Añez, fue condenada a diez años de cárcel, después de que había aplaudido su detención, porque, según sus palabras, se lo había robado todo.

Desde hace rato lidera los movimientos de protesta contra la política gubernamental de devolver las riquezas usurpadas al pueblo, y se señala que estuvo detrás del ataque con explosivos contra el presente Luis Arce, quien salió ileso.

Algún medio conviene en señalar que, multimillonario al fin, Camacho utiliza su economía para comprar voluntades, lo cual debe ser objeto de una estricta investigación, para evitar la repetición del golpe que derribó a Evo Morales en el 2019.

De acuerdo con una investigación realizada por el portal de periodismo independiente The Grayzone, para concretar el golpe contra el presidente constitucional Evo Morales contó con el apoyo de los gobiernos de Colombia y Brasil, y de la oposición venezolana. Además de su abierto apoyo al fantoche que Estados Unidos reconoció como presidente de Venezuela, Juan Guaidó, escribió mensajes dándole las gracias a Iván Duque y Jair Bolsonaro, luego de haberse depuesto a Evo. 

En ello, por supuesto, estuvo implicado el líder golpista de extrema derecha que surgió de los movimientos fascistas en la región de Santa Cruz, donde Estados Unidos ha alentado el separatismo desde hace una década.

Cuando Camacho irrumpió en el palacio presidencial de Bolivia en las horas posteriores a la repentina renuncia de Evo, reveló al mundo un lado del país que estaba en desacuerdo con el espíritu plurinacional que su depuesto líder socialista e indígena había presentado.

Con una Biblia en una mano y una bandera nacional en la otra, Camacho inclinó su cabeza en oración sobre el sello presidencial, cumpliendo su promesa de purgar la herencia nativa de su país del gobierno y “devolver a Dios al Palacio Quemado”.
“Pachamama nunca volverá al Palacio”, enfatizó, refiriéndose al espíritu andino de la Madre Tierra, y espetó: “Bolivia le pertenece a Cristo”.

PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO

Se trata, prácticamente, de un desconocido fuera de Bolivia, donde además nunca había ganado una elección democrática. Este poderoso multimillonario es un fundamentalista cristiano ultraconservador preparado por un paramilitar fascista conocido por su violencia racista, con una base en la rica región separatista de Santa Cruz.

Camacho proviene de una familia de élites corporativas que durante mucho tiempo se han beneficiado de las abundantes reservas de gas natural de Bolivia. Precisamente, su familia perdió parte de su riqueza cuando Morales nacionalizó esos recursos para financiar sus vastos programas sociales, que redujeron la pobreza en un 42% y la pobreza extrema en un 60%.

Una parte no muy conocida de su vida revela que, según un informe elaborado por una Comisión Legislativa que investigó el asunto de los Panamá Papers, a través de la creación de tres sociedades (Medís Overeas Corp., Nave International Holding y Positive Real Estates), Camacho habría operado como intermediario para “coadyuvar a personas y empresas a esconder sus fortunas en entidades offshore, lavar dinero y establecer esquemas de evasión de impuestos”.

Luego de la innegable y contundente victoria del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia, y sus candidatos Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, con el 55% de los sufragios a su favor, la oposición radical liderada por Luis Fernando Camacho, cual “pataleo de ahogados”, recurrió a su vieja y anterior practica golpista, no reconociendo la constitucionalidad de las elecciones en Bolivia, y desconociendo la transparencia del proceso electoral.

Además de llamar al viejo y recurrente paro cívico en Santa Cruz de la Sierra, ha declarado: “Lo que hicimos en el 2019, lo vamos a volver a hacer ahora”.

Mediante un decreto de la autoproclamada y hoy en prisión Jeanine Añez, que ordenaba una auditoria de los comicios, Camacho, pretendió evitar la posesión de la dupla ganadores de las elecciones.

Desde entones ha arengado a sus seguidores en diferentes paros cívicos, con su tradicional referencia a “luchando con fe en Dios” y su repetitivo slogan de “queremos vivir en un país libre, en un país en el que se respete la pluralidad y la democracia”.

Más adelante agregaría: “Bolivia será la esperanza de toda América Latina, terminaremos el comunismo, tendremos libertad y democracia”, dijo el hombre que afirma querer luchar contra la izquierda en todo el continente, reiterando que “los bolivianos reanudaremos la lucha para restaurar la dignidad de Venezuela, así como a todos los países que han sido humillados”.

 

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