Asesinato de Kennedy: no solo la CIA
especiales
Entre los motivos de Robert Kennedy Jr. para abandonar el Partido Demócrata y su aspiración presidencial independiente para unirse al Republicano y apoyar la candidatura de Donald Trump, descuella en primer lugar demostrar la culpabilidad de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el asesinato de su tío, el presidente John Fitzgerald Kennedy hace 61 años.
Robert, quien siempre ha denostado contra los medios de comunicación estadounidenses, a los que acusa de no decir la verdad, ha estado en la mira de los cazadores de brujas, por afirmar repetidamente que eso no ocurre con Rossia Today.
Nominado para el puesto de secretario de Salud y Servicios Humanos en la administración de Trump, pretende promover a su cuñada, Amaryllis Fox Kennedy, al cargo de primera jefa adjunta de la CIA. Una vez en el puesto, ella podría exigir la publicación de documentos clasificados.
Recuerda la agencia Axios que Trump se siente en deuda con Robert Kennedy Jr. por haberle ayudado a ganar las elecciones y está deseoso de ayudarle. El republicano prometió durante su campaña desclasificar todos los registros gubernamentales restantes relacionados con el asesinato si regresaba a la Casa Blanca.
EXPRESO ORIENTE AL REVÉS
Muchos habrán leído Crimen en el Expreso Oriente, de la escritora británica Agatha Christie, donde la persona asesinada representaba lo peor de lo peor y los culpables de su muerte estaban plenamente justificados, tal como lo decidió al final -en contra de sus convicciones- el famoso detective belga Hercules Poirot.
Pero con el asesinato de Kennedy, el 22 de noviembre de 1963 mientras recorría las calles de la ciudad de Dallas, Texas, a bordo de su limosina presidencial descapotable, la cuestión es al revés, porque el mandatario, a pesar de sus errores, era mucho menos execrable que los diversos autores física e intelectualmente del crimen, achacado en su inicio -y aun se considera oficial- al exmarine Lee Harvey Oswald.
Las autoridades aseguraron que Oswald había abierto fuego contra el mandatario desde un edificio cercano, eludiendo que su cuerpo presentaba varios orificios y demostraba que eran varios los autores del hecho desde diversos lugares.
En diciembre del 2022, los Archivos Nacionales de Estados Unidos desclasificaron miles de documentos relacionados con el magnicidio del presidente. Cientos de ellos contienen registros de los viajes de Lee Harvey Oswald a la Ciudad de México semanas antes del magnicidio, así como referencias a la colaboración secreta entre "elementos del Gobierno mexicano" con la inteligencia estadounidense.
Antes se había tratado de implicar al gobierno cubano en el crimen, sin prueba alguna, y en los momentos en que un enviado de Kennedy -quien había dado la orden de la invasión por Playa Girón, fraguada por Eisenhower y santificada por la CIA- se encontraba conversando con Fidel.
SOSPECHOSOS CULPABLES-CULPABLES SOSPECHOSOS
Cierto que cada tiempo salen a la luz nuevos detalles del complot, una de las cuestiones más ocultas y falseadas por el complejo militar-industrial que gobierna a Estados Unidos.
Kennedy era particularmente adverso al Club Bilderberg, un grupo de banqueros privados que trataba de controlar el sistema financiero mundial, el cual fue señalado como culpable intelectual del crimen.
Pero también oímos de la implicación de la mafia, la “gusanera” contrarrevolucionaria de origen cubano y de la ultrarreacción estadounidense, con intentos de implicar a la Revolución Cubana, todo lo cual no contradice, sino que subraya la existencia de un ente conductor.
Relataba hace algunos años en este portal CubaSí que pude observar la foto de Kennedy ya muerto, con más orificios de balas de lo que se decía al principio, y que fuentes de confianza aseguraron que fueron 13.
El investigador Paul Kangas asegura que en el hecho existió una confabulación dirigida por el entonces jefe de la Agencia Central de Inteligencia, George Bush, y el ex vicepresidente Richard Nixon. Ambos estuvieron detrás de la Comisión Warren, todo un “paripé” que tuvo su equivalente en la Comisión Kean del 11 de septiembre del 2011.
Un documento descubierto hace siete años, pero que solo hace meses se comprobó su autenticidad, revela que George Bush estuvo directamente implicado en el asesinato, al situarlo trabajando con el agente de la CIA, Félix Rodríguez (posterior agente del Irán-Contra), reclutando exiliados de la mafia cubana para la invasión a Cuba.
Otras fuentes, como el investigador cubano Gabriel Molina Franchossi, coinciden en diversos hechos con la participación de Richard Nixon en el hecho.
Sería extremadamente largo traer a colación todos los pormenores del caso, que sí cambio el curso, para peor, de la historia de los gobiernos en Estados Unidos.
Kennedy, una figura con carisma, asumía a veces el papel de play boy, se ufanaba de su amistad con el cantante y entonces demócrata Frank Sinatra, de quien se dice facilitó las relaciones del mandatario con Marilyn Monroe, así como con el jefe mafioso Sam Giancana, a cambio este último de facilitar unos 150 000 votos de la central obrera AFL-CIO.
Pero el hermano de John, Robert, impidió que se cumpliera promesas hechas al mafioso a cambio de su apoyo, que granjeó su enemistad, a la que sumó la de los reaccionarios cubanos de Miami y New Jersey que se sentían traicionados por la derrota infligida por el pueblo a los mercenarios que invadieron a Cuba por Playa Girón.
Las personas sospechosas de bajo perfil nunca tuvieron que rendir cuentas a la justicia, porque fueron impunemente asesinadas; y las de alto no han tenido que preocuparse por ello, porque, como los grandes banqueros del Club Bilderberg, solo tienen que afanarse en llevar a cabo sus planes de dominación del mundo.
Comentarios
Javier Hernández Fernández
Añadir nuevo comentario