La capacidad humana de metabolizar el alcohol se habría desarrollado hace diez millones de años, derivada de la práctica de los grandes simios de comer fruta fermentada.
Llegarán en la próxima Navidad, con lo que la la primera infancia ya no estará preservada de esta tecnología, avisan psicólogos. "El cerebro infantil está moldeándose", avisan.