Para bailar en Cuba, todos son días de la Danza

Para bailar en Cuba, todos son días de la Danza
Fecha de publicación: 
22 Abril 2020
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   Las calles del Centro Histórico Habanero extrañaron este abril el ajetreo, la música y el colorido del Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos. La cita, convocada anualmente por la reconocida coreógrafa Isabel Bustos, celebraría su edición 25 en medio de la habitual algarabía generada por las comparsas, los bailes inundando parques y plazas, y el universo de culturas diversas que se entrelazan en su variado programa.

   La acelerada propagación de la pandemia del nuevo coronavirus en el mundo y el aislamiento en los hogares, junto a la suspensión de eventos y presentaciones artísticas como medida imprescindible para ponerle freno, son responsables del silencio que hoy se apodera de la parte más antigua de la capital, reconocida en tiempos de Festival como Habana Vieja Ciudad en Movimiento.

   Mas las calles no serán las únicas que sentirán, este cuarto mes del año, la ausencia de la alegría del baile, pues los escenarios que acogen cada 29 de abril la celebración del Día Internacional de la Danza, no recibirán esta vez el repique de los tambores rumberos, de las zapatillas de ballet, del taconeo español y el chancleteo cubano; y de los múltiples estilos que forman parte de la riqueza danzaria de este país.

   Aunque la fecha se conmemora en todo el mundo desde 1982, instituida por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura para recordar el natalicio de Jean-Georges Noverre (1727-1810), considerado el creador del ballet moderno, en Cuba adquiere connotaciones especiales.

   Y es que a finales del mes en curso, durante al menos tres jornadas, llegan al capitalino Teatro Mella compañías de toda la Isla para celebrar Los Días de la Danza alrededor de la importante fecha mundial, aunque el festejo reserva programaciones especiales en cada territorio.

   En el 2000 la prima ballerina assoluta Alicia Alonso (1920-2019) fue seleccionada para dar lectura al tradicional mensaje por el Día Internacional de la Danza; mientras que en 2018, la celebración tuvo sede por primera vez en La Habana y a la maestra Marianela Boán, entre la vanguardia de la danza contemporánea del archipiélago entre los lectores de ese año.

   Gregory Vuyani Maqoma, bailarín, coreógrafo, docente y actor sudafricano, expresaba en su mensaje de este 2020 que “más que nunca necesitamos bailar para recordar al mundo que la solidaridad todavía existe" y resaltaba:

   “A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredándonos juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando la curación que es tan desesperadamente necesaria. Y el desafío se convierte en una sola danza, invencible e indivisible. ¡Todo lo que necesitamos ahora es bailar un poco más!".

   Puede que aún demoren los zanqueros y los tambores en llenar de alegría las calles capitalinas; y el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso en encender sus hermosas luminarias para recibir funciones y no solo para alumbrar en la oscuridad de la noche; pero si hay algo que no caracteriza a un bailarín, y menos a uno cubano, es la inmovilidad.

   Es por ello que, en estos días de aislamiento, se han armado en casa gimnasios improvisados y se han hecho comunes en las redes videos de ensayos y mensajes de aliento de primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba, agrupación que, en alianza con el Canal Educativo de la Televisión Cubana, llevó al espacio La Danza Eterna una grabación del ballet Coppelia, para compensar la temporada de ese clásico que no pudieron realizar a causa de la Covid-19.

   Así, a través de nuevos escenarios y plataformas, el arte del movimiento no ha dejado de regalar alegría y de hacer conciencia sobre la importancia de quedarse en casa, como hizo recientemente el destacado bailarín cubano Carlos Acosta, quien ahora desde la dirección del británico Birmingham Royal Ballet, regaló una nueva versión de La Muerte del Cisne, icónica pieza creada por Mijaíl Fokin para Ana Pávlova, esta vez en la interpretación de la primera bailarina Celine Gittens.

   Asimismo, al llamado que hizo a través de su Facebook la Premio Nacional de Danza 2013, Rosario Cárdenas, de continuar ejercitando el cuerpo, instrumento fundamental de trabajo de un bailarín, se unió la maestra Lizt Alfonso, seleccionada por la cadena BBC entre las 100 mujeres más influyentes del mundo en 2018, con sesiones de preparación física desde el hogar, compartidas por miembros de su aclamada agrupación Lizt Alfonso Dance Cuba por sus cuentas en redes sociales.

   La maestra Lizt promociona, además, por estos días, un video clip grabado junto a Eliades Ochoa, bajo la dirección de Jorge Perugorría, en el que participaron niños, niñas, jóvenes y maestros de la compañía, convidando a que después que todo pase, “Vamos a bailar un son”, parafraseando el título de la canción.

   Un pueblo bailador como el cubano y que tantas figuras importantes ha legado al arte mundial en esta manifestación, celebrará con júbilo el día que pueda volver a ver en vivo al Conjunto Folklórico Nacional, a Danza Contemporánea de Cuba, al Ballet Español, a Malpaso, Acosta Danza o al Ballet de Camagüey, aunque seguramente bailará desde el hogar, a pesar de las circunstancias, porque para la danza en Cuba, todos los meses son abril, y todos los días 29.  

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