Médico cubano en Timor Leste: Nuestra lucha no es con armas, es con ciencias, ideas, solidaridad

“Timor Leste aún está por escribir las páginas más bellas de una historia que habla del heroísmo y la determinación, pero también de voluntad en post del desarrollo sostenido de la nación”. Así concluía una nota de la Embajada de Cuba en ese hermano país, el pasado 20 de mayo, a propósito de la celebración del 18 aniversario de su independencia.

Y es que Cuba fue la segunda nación del mundo en establecer relaciones diplomáticas con Timor Leste y desde 2003, tras el histórico compromiso entre el Comandante en Jefe Fidel Castro con los lideres Kay Rala Xanana Gusmao y Jose Ramos – Horta, en Kuala Lumpur,  para formar un millar de médicos, unos 1 268 profesionales de la salud cubana han brindado sus servicios allí y también más de 1000 jóvenes timorenses se han formado gracias a la colaboración cubana.

Tras la historia de hermandad y colaboración entre nuestros países, conocí al doctor Maikel Ruballo Dickenson, un espirituano que labora en tierras timorenses hace poco más de un año y que ha tenido desde entonces, la posibilidad de prestar servicios tanto en la atención primaria de salud, como en la Universidad Médica, y a quien la llegada de la Covid 19  impuso nuevos roles y retos. Con el dialogamos vía WhatssAp. 

¿Cuáles han sido las misiones fundamentales que ha cumplido desde su llegada a Timor Leste?

A mi llegada en Diciembre  del 2018 fui ubicado como médico especialista en Medicina General Integral  en el puesto de salud de Manleuana perteneciente a Succo Comoro, municipio Dili, capital del país y fue una experiencia  inolvidable desde los inicios, por la cultura y también porque el idioma oficial que es portugués no es practicado por la población y tuvimos que aprender el dialecto de Tetun. Esto fue una tarea de primer orden para poder comunicarte con los pacientes y fue ardua, de noches de mucho estudio. ¿Pero qué es lo que un cubano no puede hacer? y me dije: ¿tú no viniste de tan lejos para acobardarte con esto? Y nada,  en 15 días de intensas jornadas, logré mi comunicación. 

Tras el primer mes de trabajo y ya aclimatado a la población laboraba también profesor asistente de la carrera de medicina y se me solicitó que pasara a la Universidad Nacional Timor Lorosa’e para impartir la asignatura de Morfo fisiología, un enorme reto porque es una asignatura donde el profesor debe tener una amplia capacidad para integrar muchas ciencias y  lo asumí, te confieso, con un poco de miedo pero al final me he dado cuenta que ha sido otra batalla ganada con empeño, dedicación, estudio, sacrificio, muchas noches de creatividad para mejorar la calidad en el proceso docente con la vinculación de estos contenidos a la atención médica  y esta experiencia me ha permitido combinar estos escenarios: es decir, la teoría con la práctica.

Después de los primeros seis meses y teniendo en cuenta que soy Master en Urgencias y Emergencias Médicas con 11 años de experiencia, comencé a brindar servicios médicos en el  Hospital Nacional Guido Valadares en el área de emergencia. Allí son muchas horas de desvelo atendiendo a pacientes poli traumatizados, infartos agudos del miocardio, edema agudo del pulmón  y las urgencias neonatológicas, gracias también a que había realizado durante mi formación en Cuba, un curso de Apoyo Vital Pediátrico Neonatal. Acá en las zonas de Emergencias se es muy exigente y nosotros los cubanos llegamos a ser referentes y somos también muy observados, compartimos además con colegas de otros lugares como China y Australia. 

Así transcurrió mi primer año de trabajo hasta que a principios del 2020 me incorporo a la brigada de Atención Primaria de Salud mientras continuaba aportando a la formación del personal timorense.

¿Cómo cambiaron las rutinas trabajo a partir de la aparición de la Covid19 y cómo se han preparado para enfrentarla?

Cuando se comenzó a hablar de Covid19  acá nosotros estábamos centrados en la atención a los pacientes en los puestos de salud y tuvimos que prepararnos desde el primer momento para el enfrentamiento. Se nos impartió un curso sobre uso de los medios de protección y comenzamos a atender a los pacientes en los Centros de Aislamiento y todos las personas que llegaban desde los países con más alta incidencia del virus se establecieron en los centros en la ciudad y nosotros éramos los profesionales que les pasábamos visita diariamente, estábamos en la zona amarilla porque no sabíamos si alguno tenia el virus pero cuando encontrábamos signos o síntomas, entonces se activaba el Centro de Mando y se realizaba la prueba. Luego cuando se plantea que se abriría la frontera entonces se nos impartió un curso para el tratamiento del paciente confirmado pues el personal que labora en el Hospital de la brigada si aumentaban los casos debían descansar y se tomó la decisión por parte de la Dirección  de la brigada que los médicos de familia se prepararan para tratar a los pacientes en una fase más avanzada. No se sabía entonces qué podía pasar y ahí estuvimos y estaremos, preparados para lo que haga falta.

¿Y la docencia?

La docencia es algo que amo y me apasiona no solo acá en Timor, en Cuba la disfruto muchísimo, será porque siempre quise ser maestro. Esto  identifica  a la Brigada Médica Cubana, es de muy alta calidad y los profesores hacemos un gran esfuerzo para poder desarrollarla porque nos mantenemos en nuestros puestos de trabajo y además, damos clases, algo muy hermoso gracias a lo cual se logró cumplir el compromiso con nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro y Xanana Gusmâo, para la formación de más de mil médicos de este país. 

Estos recursos humanos reciben capacitación postgraduada por parte de la Misión Medica y se han mantenido junto a nosotros, codo a codo, en las diferentes misiones frente a la Covid 19. El pueblo timorense agradece mucho a los cubanos,  muestra de ello es que cuando nos ven en las calles y reconocen al personal cubano ya que nosotros brindamos amor, cariño siempre pensamos en ellos como ser humanos que aunque son pobres y personas humildes son agradecidos. Además nosotros culminamos la misión pero ellos siempre nos recordaran por lo que les enseñamos por lo que les trasmitimos y por las muestras de cariño de todos los colaboradores para con ellos.

¿Cuánto le ha aportado una misión como esta?

Mucha experiencia tanto en lo personal como en lo profesional. Creo que cuando termine esta misión pensaré en brindar mis modestos conocimientos en cualquier otra parte del mundo, pues las personas necesitadas están en cualquier lugar y el médico cubano se caracteriza por la solidaridad, el altruismo y la ayuda desinteresada a quien lo necesite. Sepan que donde esté un colaborador cubano, estará allí presente Cuba desde nuestro pequeño espacio. Nuestra pequeña isla está a miles de kilómetros de nosotros pero también está aquí, con cada cubano que pisa la tierra timorense.

¿Algún mensaje final?

A nuestro pueblo le decimos que nunca los defraudaremos, que mantendremos la lucha. Nuestra lucha no es con las armas, nuestra lucha es con la ciencia, con las ideas y es una forma también de desmontar todas las patrañas del imperio norteamericano contra nuestro país, contra la colaboración medica. Nosotros no estamos haciendo política, estamos haciendo ciencia, hacemos Revolución,  desde nuestra trinchera que es la medicina cubana.

A mi familia: que no se preocupen, que estoy lejos pero que los recuerdo cada día, en cada momento, las comunicaciones que mantenemos a diario nos permitir mantener y saber cómo se encuentran ellos, como estamos nosotros. Que no se preocupen que siempre estaremos aquí y diremos ¡Presente! para lo que sea.