En EE.UU., Carlos Lazo sobre pedales por la ruta del amor y la esperanza en contra del bloqueo

En EE.UU., Carlos Lazo sobre pedales por la ruta del amor y la esperanza en contra del bloqueo
Fecha de publicación: 
13 Julio 2020
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El maestro cubano-americano Carlos Lazo, familiares y amigos, salieron este 10 de julio desde Seattle para recorrer 5000 kilómetros en bicicleta hasta llegar a Wahington D.C.. Allí aspira entrevistarse con el presidente de los EE.UU., Donald Trump, con senadores, congresistas y pedir que se elimine esa soga que asfixia a los cubanos, el bloqueo.

En medio de una parada, agitado, emocionado, con sudor en las palabras y a través de Messenger, “el profe” ofreció en exclusiva a Radio Rebelde, detalles de las primeras jornadas del recorrido, la distancia 5 veces entre Santiago y La Habana.

    “Este peregrinaje que estamos haciendo, pedaleando por EE.UU., es porque queremos ayudar a tender puentes de amor entre nuestros dos pueblos, Cuba y EEUU. Queremos que se levanten las sanciones económicas que afectan al pueblo de la Isla y que últimamente se han agudizado más”.

En “la ruta de la amistad y esperanza” ya se encuentran con rubios, negros, mestizos, republicanos y demócratas. Desde la Costa del Pacífico y hasta el Atlántico intercambiarán en las comunidades, los barrios, en las iglesias.

    “Ya las personas nos paran en la calle. Cuando nos detenemos para tomar agua y ven el camión con todas las banderas, cubanas y americanas, con los carteles, nos preguntan de qué va esto. Les explicamos la necesidad de crear una buena relación entre nuestros dos países, de la urgencia de que se acabe la política que por 60 años ha impedido que nuestros países se abracen y tengan una buena relación”.

Recorremos los EE.UU., dice el profe, “sacrificándonos, dando pedales, como si estuviéramos haciendo un peregrinaje al Rincón de San Lázaro para que se cumpla un pedido”.

En su perfil de Facebook, el cubano-americano explicaba a sus seguidores que el nudo de la soga que asfixia a los cubanos se aprieta cada vez más y todo este recrudecimiento ocurre en medio de una pandemia, como si la plaga del coronavirus no trajera ya su propio sufrimiento.

Hace unos meses, Lazo escribió una petición al presidente de EE.UU., Donald Trump, para que se levantaran la restricciones financieras y comerciales contra Cuba, en medio de la consecuente crisis económica que impone la pandemia. “Esto no fue respondido de ninguna manera. La misiva fue firmada por 20 mil personas, mayormente cubano-americanos. Una gran parte de la comunidad cubana que reside en la nación norteña tenemos mucho cariño por el país que nos acogió un día, pero también tenemos mucho amor por nuestro país de nacimiento que es Cuba”.

Los ciclistas que usan en su ropa deportiva las banderas de las dos naciones salieron sin la garantía de un encuentro seguro con Donald Trump, pero ya tienen concertadas conversaciones con senadores y congresistas.

    “No sé si nos recibirá alguien en la Casa Blanca o en una oficina, pero sí estamos seguros de que pediremos el fin de las sanciones que castigan a nuestra gente, a la familia cubana, la de aquí y la de allá”.

Para el maestro de español en un colegio de nivel medio en Seattle, el bloqueo también afecta a “los cubanos de afuera, porque no podemos tener una relación normal con nuestra familia de la Isla, tenemos que utilizar mil formas para poderlos ayudar, y cada día disminuyen los vuelos directos a provincias”.

Me cuenta el líder de la Fábrica de Sueños, proyecto donde participan sus alumnos estadounidenses, que en su camino en bicicleta encuentran apoyo: “Nos saludan, se quedan mirando las imágenes que llevamos en la ropa, las dos banderas estrechándose las manos”.

Ya sobre la biela, el profesor se despide de los oyentes.

    “No te puedo decir más porque estamos a punto de salir, me corresponde a mí hacer este turno en bicicleta. Hoy nos cogió un poco tarde. Ayer hicimos 200 kilómetros. Los mantendré informados. Hicimos una ceremonia de salida, explicando las razones y al mismo tiempo nos encomendamos a la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, y al viejo Lázaro para que nos abran los caminos”.

Con la voz rajada, y aunque no pude verle los ojos, aseguro que los debía de tener como un estanque a punto de desbordarse, mandó un mensaje: “Estén con nosotros, hermanos. Necesitamos de su apoyo. Un abrazo para todos”.

No lo dude, profesor Carlos Lazo, con usted, pedalean millones que desean las buenas relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

 

 

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Mis saludos y apoyo desde Cuba

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