Brecha digital: una herida abierta en la piel del planeta
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Foto: Andrew McConnell
Unos 2 mil 600 millones de personas permanecen hoy excluidas del mundo digital. El año pasado, el 93% de la población en los países de altos ingresos utilizaba internet, en comparación con solo el 27% en los países de bajos ingresos.
Se necesitarán entre 2.6 y 2.8 billones de dólares para alcanzar en 2030 una conectividad universal significativa que incluya no solo infraestructura física, sino también acceso asequible, regulación adecuada, alfabetización digital e inclusión.
La desigualdad en el acceso a Internet y las TIC se conoce como brecha digital. Imagen: tomada de periodicoopcion.com
Son datos y estimados contenidos en el informe presentado a inicios de este septiembre por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo de las Naciones Unidas para las tecnologías digitales, y la Comisión de Comunicaciones, Espacio y Tecnología de Arabia Saudita.
Plan de Acción para Conectar a la Humanidad es el título del documento, que detalla los desafíos, costos y estrategias de colaboración para garantizar que todas las personas, en cualquier lugar del planeta, puedan usar internet, incluyendo ese tercio de la humanidad que sigue desconectado.
"La conectividad digital significa crear oportunidades para la educación, el empleo y el acceso a servicios esenciales que pueden transformar vidas y comunidades", asegura al respecto la secretaria general de la UIT, Doreen Bogdan-Martin.
La brecha digital impacta en la educación de muchos. Foto: tomada de unicef.es
Contar con la infraestructura digital requerida demanda entre 1,5 y 1,7 billones de dólares, inversión en donde ampliar las redes de banda ancha para poblaciones desatendidas implica el mayor desembolso.
El informe hace también referencia a los costos de desplegar redes de fibra óptica en áreas urbanas y sus alrededores, redes inalámbricas fijas 4G en regiones rurales, y satélites en las ubicaciones más remotas.
Pero como la conectividad por sí sola poco resuelve y es necesario también que las personas cuenten con las habilidades necesarias para usar internet de manera efectiva, debe invertirse también en la alfabetización digital.
El estimado en ese orden es de 152 mil millones de dólares, lo cual tributaría a una alfabetización digital a gran escala que permitiría a todos acceder a la educación en línea, optar por mejores empleos y participar de modo activo en una sociedad que lleva la impronta de lo digital.
Causas de una brecha
Según asegura el informe, el progreso global en conectividad ha sido desigual, y los 46 países menos desarrollados del mundo se encuentran rezagados debido a barreras de financiamiento, falta de experiencia técnica e infraestructuras poco confiables.
No son esas las únicas causas que condicionan en el mundo digital las desigualdades, que también se multiplican en muchos otros espacios y, de hecho, son de los más dolorosos signos que distinguen la vida en el planeta.
Foto: tomada de aecid.es
Además de una infraestructura digital insuficiente o inequitativa, de un acceso limitado a conexiones y dispositivos, de la falta de habilidades digitales esenciales y de regulaciones, marcos regulativos más ajustados al presente, también el informe destaca obstáculos estructurales y sistémicos que dificultan el avance hacia una conectividad universal y significativa.
Califica de retos a esos obstáculos, entre los que sitúa como primero la profunda desigualdad socioeconómica entre países.
Foto: tomada de es.weforum.org
No podía ser de otra forma, con solo recordar que el 10% de los más ricos del mundo concentra el 76% de la riqueza global, mientras el 50% más pobre posee solo un 2% de ese total. Y así está pasando, con solo pequeñas diferencias, desde 1995.
De entre los países menos desarrollados, el informe menciona que unas 46 naciones “enfrentan barreras especialmente agudas”, entre las que se apuntan limitaciones financieras, falta de experiencia técnica y redes poco confiables, que dificultan incluso el acceso básico.
Foto: Ossewa/ Wikimedia Commons
También la falta de una colaboración eficiente entre actores clave y la necesidad de enfoques innovadores son otros de los retos.
La brecha de las desigualdades
Es claro que las crecientes desigualdades y la polarización política frenan la cooperación e inversiones sostenidas en bienes públicos como la conectividad.
La concentración extrema de riqueza y las ambiciones monopólicas de grandes empresas tecnológicas interactúan para crear y perpetuar la brecha digital. La primera, limita la capacidad de millones de hogares para pagar dispositivos, datos y electricidad; las segundas, modelan precios, condiciones de acceso, infraestructura crítica (nube, centros de datos, cables) y marcos regulatorios, recrudeciendo la competencia y poniendo muy alto el listón a posibles soluciones locales.
Ello, sin olvidar el papel que en este tema podría desempeñar la IA, un mercado de 4,8 billones de dólares, acompañado del riesgo de aumentar la concentración de poderes y, por tanto, también la brecha digital.
Imagen: tomada de lyntia.com
De hecho, la brecha digital es, en buena medida, una consecuencia política y económica, y así queda implícito en el informe de la UIT: no se trata solo de una cuestión de infraestructura técnica.
Solo con una visión integral -que articule inversiones, políticas comprometidas con la sociedad, habilidades digitales y colaboración internacional- podría cerrarse antes de 2030 esa brecha digital, que ahora permanece como herida abierta en la piel del planeta.
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