Miguel Barnet y sus aportes al Festival Timbalaye en Cuba
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Con la celebración del Festival Internacional de la Rumba Timbalaye, el etnólogo Miguel Barnet vuelve a enriquecer, con su vasto conocimiento sobre la cultura africana, el programa del evento organizado hoy para cerrar el verano en Cuba.
En conferencia sobre la llegada de los congos a este país, el escritor expresó: “Somos ignorantes de la riqueza que África prodigó a la cultura cubana”.
Hablamos solo, por ejemplo, de aspectos que trató en profundidad Fernando Ortiz, como la musicografía o las religiones de origen nigeriano, la de la Regla de Ocha, destacó Barnet.
Sobre este y otros elementos el narrador disertará en la inauguración de la Ruta de la Rumba el 25 de agosto cuando suene toda la percusión cubana en un frenesí, sobre todo, de tambores hasta el 31 de agosto bajo el lema Hay un congo cara’.
El intelectual se refirió a la gran iniciativa del evento y lo que representa este festival para las nuevas generaciones.
Pensamos en África y automáticamente nos viene a la mente la trata trasatlántica, ese comercio triangular siniestro que comenzó en el siglo XVI y concluyó en el XIX y que dejó una impronta fundamental en las comunidades de Cuba y del resto de América, apuntó Barnet.
Cuando hablamos de África repasamos ese tráfico, pero nos olvidamos de que ese continente tuvo una historia de gran riqueza la cual nada tenía que envidiar a la cultura europea del medioevo; África tuvo importantes universidades, tuvo a Tombuctú, el imperio de Malí, los imperios de Ghana mucho antes de la existencia de la trata de esclavos hacia el llamado Nuevo Mundo, narró.
Los imperios bantú también, toda la riqueza de la Cuenca del Congo; los marfiles de ifé, los bronces de Benín, las esculturas de Bukina Fasso, toda esa historia extraordinaria mucho antes del surgimiento de la trata la cual se desarrolló paralela al brutal colonialismo que despojó a ese continente de muchos talentos que quizás hubieran despuntado de no haber sido secuestrados y traídos en los barcos negreros, relató el poeta y ensayista.
Creo que es un acierto que los iniciadores del Festival Timbalaye, Ulises Mora e Irma Castillo, hayan escogido a esta cultura maravillosa y fundamentalmente rural, la bantú, mayoritaria en Cuba, para reconocerlos en este espacio, subrayó.
Barnet señaló, además, sobre la presencia africana incorporada después gracias a las plantaciones de azúcar.
Fueron otros grupos étnicos de la zona subsahariana, como los yorubas, que marcaron una estructura sólida la cual por sus características imprimieron un factor preponderante, pero debajo de esa organización Cuba estaba muy preñada de esos grupos congos, resaltó.
A esas etnias se refirió Barnet como protagonistas del XVII Festival Internacional Timbalaye, a las voces ancestrales de los congos en la rumba las cuales serán este año el centro del evento, con el color verde presente por primera vez en cada actuación y la siembra de una planta de siguaraya en todo el país, distintiva de nuestra herencia, según apuntaron los organizadores.
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