Donde confluyen danza y artes plásticas (+obras)
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Dos bailarinas en amarillo y rosa (1898) de Edgar Degas (Francia, 1834-1917)
Imagen tomada de https://historia-arte.com
Desde hace más de 40 años, el 29 de abril es el Día Internacional de la Danza, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Esta fecha fue escogida a propósito del natalicio del famoso bailarín Jean-Georges Noverre (Francia, 1727-1810), considerado fundamental para esta expresión artística por su aporte al ballet moderno.
Se trata de una manifestación del arte muy exigente, de considerable dedicación y empeño físico. Además, su resultado en el tabloncillo es universal, de interés para muchos sin importar valores o creencias culturales y políticas. De hecho, tiene la capacidad de unir porque posee un lenguaje único que supera cualquier barrera.
La danza posee un carácter innovador que obsesiona e ensimisma, es por eso que se me ocurre abordar este tema desde las artes plásticas, a partir de obras de creadores que admiraron el esplendor de bailarines en escena y llevaron tal sensibilidad al lienzo y otras formas.
Un artista referente es Edgar Degas (Francia, 1834-1917), conocido como pintor de bailarinas por gran cantidad de pinturas y dibujos que recrean atmósferas afines. Degas se especializó en captar el movimiento del cuerpo humano y también llevó su afición a la escultura cuando, con los años, comenzó a perder visión.
Estas es una muestra de sus piezas muy distintas que reflejan su regodeo.
La clase de danza (1874)
Imagen tomada de https://historia-arte.com
Bailarina de 14 años (1881)
Imagen tomada de https://historia-arte.com
Muchos artistas del pincel de aquella y esta época mostraron interés por la danza. Pierre-Auguste Renoir (Francia, 1841-1919) con su Baile en el Moulin de la Galette (1876), Georges-Pierre Seurat (Francia, 1859- 1891) con El Can-can (1889), Henri de Toulouse-Lautrec (Francia, 1864-1901) con Jane Avril bailando (1892) y Marc Chagall (Bielorrusia, 1887-1985) con El ballet (1942), son solo algunos ejemplos.
Con estilo completamente diferente aparece después otro francés, Henri Matisse (1869-1954). Su obra La danza (1910), de gran formato, recrea una escena donde cinco personas bailan o juegan en una especie de ritual feliz y despreocupado.
Imagen tomada de https://es.wikipedia.org
Solo un poco más tarde, también el español Pablo Picasso (1881-1973) aportó una pieza singular. Se titula Los tres bailarines (1925), y como le caracterizó, es surrealista y llena de color.
Imagen tomada de https://www.singulart.com
En la escultura tenemos varios exponentes además del mencionado Degas. Auguste Rodin (Francia, 1840-1917) con su serie Movimientos de danza C y D (1903-1912) concibió figuras muy bonitas y equilibradas como esta hecha en barro cocido.
Imagen tomada de https://www.musee-rodin.fr
En Cuba también tenemos exponentes con obras de valor que nos acercan al tema de la danza desde nuestras propias tradiciones. Un ejemplo es el multifacético René Portocarrero (1912-1985) y una de sus series más famosas dedicadas a los carnavales, esas fiestas populares en nuestro país que le obsesionaron por el despliegue de ritmo y color. Esta serigrafía fechada en 1970 es tan solo un ejemplo.
Imagen tomada del perfil en Facebook de Arte Novo
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