De pobres, ricos y un playstation

De pobres, ricos y un playstation
Fecha de publicación: 
13 Septiembre 2011
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Aunque desde hace bastante tiempo los calificativos de pobres y ricos lamentablemente se han ido abriendo sitio en el diálogo cotidiano y aun en otros contextos públicos, Habanastation, el popular primer largometraje de Ian Padrón, ha dejado marcadamente subrayado el binomio durante este verano.

Pero la separación entre cubanos ricos y pobres, simbolizados por el cineasta en las familias de Mayito y Carlos, evidentemente solo alude en la cinta a los niveles de vida y confort, a lo abultado de las billeteras, que, por cierto, no en todos los casos de la realidad es debido al trabajo honrado.

Al abordar el tema, en vez de tal enfoque minimalista, de referir pobreza o riqueza al poder adquisitivo, el investigador y profesor de la Universidad de La Habana, Jorge Luis Acanda González propone una visión con mayor amplitud de ángulo, desplegada en la ponencia de su autoría contenida en el libro "Heterogeneidad social en la Cuba actual."

Acanda, doctor en Ciencias Filosóficas, trasciende el enfoque solo economicista, y por tanto fatalista, del concepto pobreza, y la define como "privación de capacidades básicas", aclarando, eso sí, que existe una relación entre bajos ingresos y pobreza de capacidades.

Podría entonces inferirse que el camino está en atender sobre todo, no a los bolsillos, sino a las capacidades de que disponen esos grupos humanos para hacer uso de las oportunidades a su alcance, y diseñar y llevar a la práctica sus proyectos de vida, según indica el especialista.

De ahí que no sea fruto de la casualidad o del "destino" -ese resbaloso personaje- la vida llevada por Carlos en el ficticio barrio La Tinta, que no es sino una recreación  hecha por el realizador de varios contextos marginales bien tangibles en la geografía citadina. 

Fue precisamente con el fin de atender capacidades que sepan bien usar las posibilidades al alcance, que Fidel, al definir la Batalla de Ideas, convocó a  "…la batalla de la cultura contra la ignorancia; la batalla de la igualdad contra la más infame desigualdad; la batalla de la justicia contra la más brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos…". Era el año 2001, y el III Congreso de los Pioneros sirvió de contexto para esta afirmación.

El propio Ián Padrón, ganador con su filme del premio del Festival de Traverse City, en EEUU, aseguró en declaraciones a la BBC que "Cuba es un país distinto al resto de América Latina, porque ha logrado crear un alto nivel cultural en la población". Y puso de ejemplo cómo "en esos barrios humildes donde filmé la película viven ingenieros y médicos. Más allá de su posición económica, los hijos de todos se mezclan, van a las mismas escuelas y tienen los mismos maestros, eso es una clara diferencia con el resto de Latinoamérica".

Sin duda, la apertura económica puede ser la condición que permita a no pocos engordar sus arcas, pero corre el riesgo de errar quien achaque a estas transformaciones la profundización de las desigualdades. Fue una equivocación, derivada de posturas paternalistas, pretender que todos fuéramos iguales. El igualitarismo solo conlleva al inmovilismo social y económico. Ha de ser el pago por los resultados del trabajo, como afirmara Raúl y desde hace mucho refrendaran los clásicos del marxismo, el que principalmente condicione las diferencias en la satisfacción de las necesidades.

Y habría que entender la pobreza también como fenómeno cultural, que no es sinónimo del acervo solo artístico y literario, Martí anotó hace siglos una frase que no por repetida pierde valía y actualidad en sus tantos significados: "Ser cultos es el único modo de ser libres", y libres también de la pobreza, en tanto se deja de ser cautivo de prejuicios, conductas, y necesidades que marcan el derrotero de pobres proyectos de vida.

Por tanto, la pobreza o la riqueza no estriban en acceder a un playstation, y a todo lo que él puede simbolizar. Erradicar la pobreza, al decir del doctor Acanda González, implica también apuntar contra formas de la subjetividad social al tiempo que las lógicas diferencias sociales, no son un mal necesario sino una riqueza en sí mismas.

Comentarios

El filme Habanastation realmente me impactó a mí y a mi familia. El tema se trató de una manera especial, pudo ser mucho más crudo por los aspectos que trata. Mi hijo de nueve años la ha visto 6 veces y considero que ha contribuido a la formación de valores. Felicito, por esta vía, a todos los que tuvieron que ver con la realización de este filme.- Arocha.
Me encanta el filme, soy fanática a Ernestico Escalona (Mayito), lo amo! Su trabajo es espectacular, no solo en el filme, sino también en La Colmenita, actúa muy bien y además es muy talentoso tocando las tumbadoras. Lo adoro, también Andy Fornaris es muy buen actor y canta muy bien, esencialmente cuando presentó aquí en mi ciudad la obra Elpidio Valdés y Los Van Van. Gracias!

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