Leonardo Di Caprio contra política ambiental de Donald Trump

   "Con el aumento del nivel del mar, Mar-a-Lago se convertirá en Mar-a-long gone", rezaba una de las pancartas exhibida por la adolescente Olivia Springberg, con Trump y su staff representados mientras corren el riesgo de inundarse entre las palmeras de la residencia del mandatario en Florida.

   Y en coincidencia con los 100 días de su gobierno pero que ya el magnate mostró claramente su política de desregulación que pretende llevar a cabo, cancelando la herencia 'verde' de Barack Obama: vía libre a los oleoductos, nuevas licencias para las mineras, revocación de las restricciones sobre las emisiones de gas invernadero y perforaciones en el Artico, en espera de decidir antes del G7 italiano si confirma o abandona el Acuerdo de París sobre el Clima.

   La marcha, que tuvo su réplica en otras 300 ciudades de Estados Unidos, es la segunda en la capital en una semana, tras la que se realizó para defender la ciencia, y la última de una larga serie que comenzó el día después de la asunción de Donald Trump, con la Marcha de las Mujeres.

   No existen aún cifras oficiales acerca de la manifestación de Washington, pero las primeras estimaciones hablan de cientos de miles de personas.

   Los organizadores había pedido un permiso para hasta 100.000 participantes.

   El cortejo partió de Capitol Hill y llegó a la Casa Blanca desafiando una jornada muy húmeda y con más de 30 grados: una temperatura récord para el DC, que amplifica el mensaje de los activistas contra los riesgos del efecto invernadero.

   El gentío abigarrado y pacífico, con muchos jóvenes y niños, quienes más sufrirán los efectos del cambio climático.
   Creativos e irónicos los eslóganes contra la degradación del planeta y contra el presidente estadounidense, quien hasta el momento no reaccionó, ni siquiera en la red Twitter.