El regreso olímpico del béisbol

Tras su cuarta y última incursión en el calendario oficial en Beijing-2008, el deporte de las bolas y los strikes no fue tomado en cuenta para Londres-2012 ni Río de Janeiro-2016, pero la pasión que desata en suelo nipón seguramente dio el impulso que necesitaba la disciplina para volver a citas estivales.

Siguen pendientes cuestiones como la presencia de los mejores jugadores profesionales o la implantación de un riguroso control antidopaje en las principales Ligas del planeta, pero ya es un grandísimo paso de avance que se haya tomado en cuenta nuevamente este deporte.

Cuba, que ganó dos de los cuatro oros olímpicos, con dos platas, fue de las primeras en reaccionar a la noticia, y el presidente del Instituto cubano de Deportes, Antonio Becali, mostró satisfacción por la decisión tomada en la Sesión 129 del Comité Olímpico Internacional (COI).

“Recibimos la noticia con alegría por tratarse de un deporte que constituye parte de nuestra identidad. Es un compromiso para seguir esforzándonos en pos de estar presentes en ese evento y aportar lo mejor de nosotros, en apego a la tradición sostenida durante muchos años”, aseguró el dirigente.

Se trata de un gran triunfo para los países amantes de esta modalidad, y un reconocimiento a la labor de la Confederación Mundial de Béisbol-Softbol, que en los últimos años concibió y llevó a vías de éxito una estrategia para conseguir ese anhelado objetivo.

Todos sabemos que el actual momento está bien lejos de ser el mejor para la pelota en Cuba, pero volver al máximo escenario deportivo mundial puede dar un impulso desde todo punto de vista, para mejorar nuestro presente.

Además del béisbol, que fue aprobado por unanimidad de conjunto con el softbol para féminas, en la segunda jornada de la reunión del COI fueron incluidas también en el programa para Tokío-2020 el skateboard (monopatín), el kárate-do, el surf y la escalada, estos últimos debutantes en justas bajo los cinco aros.