DIARIO DE UNA ESPERA: Sin librarme de su compromiso

DIARIO DE UNA ESPERA: Sin librarme de su compromiso
Fecha de publicación: 
28 Julio 2016
0
Imagen principal: 

 

Todo parece indicar que acabo de librarme de una explicación futura. Normalmente, de esta en específico, rehúye más de uno. Aunque yo participe, quiero suponer que la mayor responsabilidad va a recaer en mi esposo pero estoy consciente del tiempo restante.

 

¡Varón, positivamente varón! Las nuevas tecnologías y los médicos de genética lo pronunciaron en voz alta y L grabó todo, para que pueda verlo mi hijo cuando tenga la edad comprendida y entender cabalmente la emoción que envuelve el momento. Debo confesar que no había soñado con un sexo específico aunque muchas, debido a los síntomas y malestares de quien escribe, lanzaban sus apuestas sin ventaja para una u otra.

 

Secretamente, habíamos elaborado una lista de ventajas y requerimientos propios de niñas y niños. En mi familia, hacen casi 27 años, la última XX fui yo. Puesto que mis primos, que ya son padres, jugaban al fútbol o con soldaditos empecé a imaginar que había plus para quien lograra la hembrita. Luego, casi inmediatamente, me visualicé aprendiendo peinados y de tanto verlos, también de memoria, los parlamentos de las aburridas películas de Barbie (perdón si a alguien le gusta).

 

Sin embargo ya sabía que ese no sería un punto en contra ni mucho menos un elemento discordante. Empiezo a sentir en carne propia lo de los sacrificios por los hijos y no son tan grandes cuando se piensa en la grandísima recompensa disfrazada de su primera sonrisa.

 

Más tarde, de mutuo acuerdo, pactamos que lo queríamos saludable y lo demás no era un asunto demasiado serio. Preelaboramos listas de nombres y las dejamos a medias para no trabajar en vano. Mientras escribo rememoro que algunos bromeaban con la posibilidad, nunca remota, de un embarazo múltiple. La cara de mi esposo pasaba del blanco a blanco sudorosa y luego él mismo se daba terapia concluyendo que era nulo el chance pues lo más cerca que estábamos se circunscribía a la concordancia genética con la mujer que me había cuidado cuando yo era una niña, o sea, ninguna.

 

También me asustaba de una forma más grata pero lo dejaba escondido para no emocionarme demasiado con esa oportunidad alejada de nuestra realidad más concreta.

 

Hace unos días, cuando le supimos varón, de nuevo me sentí protegida. De un modo paradójico ¿no? Soy yo quien debe cuidar para siempre a este pequeño hombrecito que ya me escucha y crece dentro de mí.

 

Espero, desde ahora, no ser la peor suegra del mundo. Quizás, presumo, algunas muchachas buscarán mi favor, para que interceda delante del rey de mi vida y se decante por ellas. Falta mucho antes de la llegada inevitable de esa fecha, cuando tendré que compartirlo con otra mujer en el mundo aunque crearé con él una cofradía secreta o un pacto de complicidad eterna y que no excluya ningún tema.

 

Haré de todo porque me sienta su amiga, y pediré disculpas a “mi pequeño hombrecito” cuando mi sinceridad sea cortante o le duela. No le daré de mí menos que lo mejor, es mi marcada intención entregarme cuanto soy sin reservas. Preveo librarme de la charla sobre eyaculación precoz o por lo menos de la mayor responsabilidad en el debate pero no dejaré, tampoco ahí, de estar presente.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.