Víctor, se te va a extrañar

No voy ni siquiera a esperar a que Víctor Mesa explique los motivos por los cuales ha decidido no dirigir más pelota en Cuba. Tengo un par de hipótesis, pero en definitiva, no significan nada, porque casi da igual por qué lo hace, salvo que de alguna manera haya sido forzado por terceras personas, y no creo sea el caso.

En fin, no quiero especular, pero sí llamar la atención sobre las sombras que siguen apoderándose de nuestro béisbol, y en cualquier momento terminarán por tragárselo: la primera y más importante, la fuga de talentos.

Si no bastara con los peloteros, seguimos perdiendo mentores (Jorge Fuentes, Rey Vicente Anglada, Alfonso Urquiola…) y se lo siente no solo la Serie Nacional, sino el equipo Cuba, descabezado ahora con la renuncia de quien fue nombrado para dirigirlo en el Clásico Mundial de 2017.

El devenido manager de Matanzas es sinónimo de polémica, pero también del más puro béisbol, ese que liga la picardía callejera con el conocimiento de los entretelones de nuestro deporte nacional.

Aquí en Cuba, lo único que le faltó fue un título en Series Nacionales como estratega, pues como jugador brilló dentro y fuera, y levantó todo tipo de trofeos. El título le hubiera dado lustre a su carrera desde los dogouts (todavía está en posibilidades de lograrlo), pero no se le debe medir por eso. En toda su trayectoria demostró ser un ganador, aunque no precisamente de títulos, que para muchos son lo único importante.

¿Cuántos campeones cubanos están en el olvido? Me atrevería a decir que casi todos los que ganaron una sola vez, y eso nunca le va a pasar a VM32.

Para bien o para mal, su huella es imborrable y su imagen permanecerá ligada a nuestra pelota por siempre, para gusto de sus seguidores y molestia de sus detractores. Su marcha es otro golpe.

En nuestra depauperada Serie Nacional estamos escasos de espectáculo, y si dentro del terreno es cada vez más difícil encontrarlo, al menos con el villaclareño en los banquillos eso estaba garantizado.

En otras ocasiones este mismo redactor ha criticado algunas de sus “locuras”, pero sé que hasta quienes no lo quieren, lo van a extrañar.